¿IRÁS A SU FIESTA?

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Nos dirigimos a nuestro departamento en distintas camionetas, tal como llegamos al evento. Era casi poético, pero en un sentido muy, muy triste. En nuestro vehículo, el camino se convirtió en un concurso de críticas sobre los Grammys, con algunas lágrimas de frustración aquí y allá, recordando cuánto nos esforzamos.
Pero, bueno, nada que hacer para cambiar las cosas, a no ser que tuviéramos una máquina del tiempo.

Sin darnos cuenta, llegamos a nuestro destino.

- Hemos llegado -anunció nuestro chofer, mientras estacionaba el vehículo-

Tae, siempre el primero en salir, abrió la puerta y salió con una elegancia digna de un modelo en pasarela. También bajé de la camioneta, sin nada que lucir más que cansancio.

Justo cuando estábamos a punto de entrar al departamento, vimos llegar a otra camioneta.

- ¡Esperen! ¡No cierren la puerta! -gritó Nam desde la ventana, como si estuviéramos en una película de acción-

Tae, en un momento de confusión, asintió con una sonrisa de desconcierto.

- Procuren no demorar, podrían haber paparazzis -alertó Hobi, como si él fuera el experto en evasión de fans-

- Espera, Hobi -le agarré el brazo, haciendo que girará desconcertado por donde se viese, por otro lado, Tae observaba la escena con curiosidad-

- ¿Qué pasa? -preguntó, frunciendo el ceño-

- Tenemos cosas de qué hablar, creo yo. ¿No? -respondí, poniendo cara de misterio-

- Claro -asintió, su mano temblando ligeramente. No sé si era por nervios o porque seguía enojado por lo del evento-

- Ve a cambiarte, no queremos que ese lindo traje se ensucie -ordené, mirándolo de arriba a abajo con admiración. Él asintió, como un buen soldado-

Hobi subió a su habitación, mientras Tae y yo nos quedamos en el marco de la puerta, mirándonos intensamente, como si estuviéramos en un drama romántico. Entonces, Nam y Jin finalmente entraron al departamento.

El moreno rompió el silencio, sacándome de mis pensamientos.

- ___ ¡Cuenta todo! -exclamó emocionado, cerrando la puerta detrás de él como si estuviera sellando un secreto-

Lo miré sonriente, sabiendo que Tae nunca iba a cambiar. 

- Dale, subamos a mi habitación.

Una vez en mi habitación, abrí la puerta y, sin pensarlo, me lancé sobre mi cama como si fuera una escena de una película dramática. El moreno se sentó en la esquina del colchón, totalmente en silencio.

Que no duró mucho, por cierto.

- ¡Empieza! -exclamó, provocando que diera un pequeño saltito del susto, pero rápidamente me recuperé y sonreí-

- Bueno, cuando fui a saludarla... ¡Dios! Sus ojos... son tan azules que te dejan en shock. ¿Los viste?

Tae me miró con una expresión de "¿De verdad?"

- ___. ¿Cómo se supone que alguien no va a ver los ojos de otra persona cuando se saludan? -suspiró, al ver mi cara de pocos amigos- Pero sí, sí, son lindos.

- Como sea. Me dijo que era mi fan. ¡¿Mi fan?! Billie Eilish, ¿fan mía? Casi me desmayo -comenté, todavía incrédula-

Tae soltó una carcajada.

- Me imagino tu cara de estúpida cuando te lo dijo. Seguro te quedaste ahí, tipo "uh... qué hago ahora".

- Ey, ni tanto, ¿eh? Creo que le gusté -le dije con un tono egocéntrico que no podía evitar. Tae me miró como si estuviera loca-

LIBERTAD PARA AMARLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora