FAMILY ISSIUES

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Billie estaba recostada en la cama, apoyando su cabeza en una mano mientras jugaba con un mechón de su cabello. Me miraba con esos ojos curiosos, pero relajados, como si estuviera esperando algo interesante de mí.

- Oye... -dijo de repente, rompiendo el silencio- Ahora que estamos de vuelta, creo que deberíamos hacer algo interesante.

- ¿Ah, sí? -pregunté, arqueando una ceja- ¿Y qué tenes en mente? -cuestioné segundos después, suponiendo que su propuesta seria tener sexo, y no estaba nada mal-

- Quiero conocer a tus papás -dijo sin rodeos, como si fuera lo más obvio del mundo. Dejandome completamente tiesa-

Sentí que mi estómago se revolvía un poco. Esa conversación no me la esperaba. Me reí suavemente, intentando tomarlo a la ligera.

- ¿Conocer a mis papás? -repetí, con una mezcla de sorpresa y algo de nerviosismo- No creo que sea la mejor idea, Bill.

- ¿Por qué no? -preguntó, inclinándose hacia adelante- Digo, si estamos volviendo a lo nuestro, ¿No tendría sentido que conociera a tu familia? ¿O me vas a esconder para siempre?

- No es que quiera esconderte, pero mis papás... -hice una pausa, buscando las palabras- No tenemos la mejor relación. Nunca entendieron muy bien mi vida ni las decisiones que tomé.

Billie me miró con curiosidad, inclinando la cabeza hacia un lado.

- ¿Lo de la música? ¿O lo nuestro?

- Lo de la música, nunca lo aceptaron de buena manera, creo que más se vieron "obligados" porque de alguna u otra manera, les beneficiaba tener a una hija con dinero, supongo... Y lo nuestro, digamos que, no les encanta la idea... Pero no pueden hacer nada... Espero lo sepan o se los haré saber.

Me quedé en silencio un segundo, sintiendo cómo se me formaba un nudo en la garganta. No había hablado de esto con nadie en mucho tiempo.

Billie asintió lentamente, pero su sonrisa seguía presente, esa que siempre parecía decir que nada la sorprendía realmente.

- Así que, básicamente, soy la rebelde que nunca quisieron que tuvieras en tu vida -dijo con una chispa de diversión en los ojos-

La pregunta me descolocó por un momento. Hablar de mis padres no era algo que soliera hacer, mucho menos en situaciones como esta.

- Sí, muy probablemente si me viesen con vos... Ya sabés.

- Me di cuenta. Pero llevamos días aquí, y no los mencionaste ni una vez... Estamos en tu país, ¿No piensas verlos? ¿Ni una llamadita?

Hice una pausa, desviando la mirada hacia el techo por un segundo. Billie podía ser insistente cuando quería.

- No es tan simple -suspiré, cruzándome de brazos- No tengo la mejor relación con ellos. No es que estemos peleados ni nada, pero, que sé yo. Supongo que no les gusta nada de lo que hago.

- Qué raro, ¿no? Porque yo estoy como, ya sabes, totalmente obsesionada con lo que haces.

Reí suavemente, sacudiendo la cabeza.

- No todos tienen gustos tan geniales como vos, supongo -dije con un tono ligero, intentando desviar el tema, pero ella seguía observándome, como si no se dejara distraer tan fácilmente-

- A ver, cuéntame más -se sentó un poco más derecha, apoyando los codos en las rodillas- ¿Qué pasó exactamente? ¿Te fuiste y simplemente... se enojaron?

Me encogí de hombros, un poco incómoda.

- No es que se enojaran. Solo nunca entendieron por qué elegí la música. Siempre me dijeron que era mejor estudiar algo "serio", algo que me diera estabilidad. Para ellos, todo esto es una especie de locura temporal.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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