La alarma de mi viejo celular me hizo sobresaltar, aunque despertarme de aquel sueño que se había convertido en una pesadilla sangrienta fue lo mejor que me pudo suceder. Observe la hora, ya era de noche. No me quedaba mucho tiempo para vestirme y correr hacia mi turno nocturno en la tienda. Mientras me ataviaba en el aburrido uniforme pensaba en una excusa coherente para haber solicitado un reemplazo la noche anterior.
Termine enredada en juegos mortales que se suponía eran de niños no era una opción. No con mi jefe.
Acomodé mi cabello en un semi-recogido cuando estuve lista y aferre mi mochila remendada varias veces en las tiras a mi espalda. Observe con cuidado hacia los lados del pasillo una vez que estuve fuera del apartamento. No buscaba una sorpresa que me dejase en la inconsciencia por los golpes. Una vez en el exterior del condominio, pude respirar aire puro, aunque la tranquilidad no me duro ni dos segundos.
—¡Ahí estas, mocosa!
El grito del hombre con el cabello casi rapado me hizo sobresaltar y me moví varios pasos hacia atrás mientras notaba que estaba acompañado de dos hombres más. Note a un joven de casi mi edad a metros nuestro debajo de un paraguas, pero él no me ayudaría. En este barrio no se metían con los problemas de otros. Aquel tatuaje de dragón que mi cobrador tenia en el cuello se hizo más amenazante cuando el se acerco. —¿Dónde esta mi dinero?— preguntó con una sonrisa de lado.
—Bueno, he tenido unos problemas en conseguir la cuota de este mes...— con la cantidad de interés que él le ponía a todo, eso era lo que pagaba. Intereses. Mi deuda no se había reducido ni 100.000 wones.
Levantó su mano contra mi y no pude hacer más que cubrir mi rostro. Él rio segundos después. —¡Yah, Jung Meissa!— grito —¿Te voy a tener que cortar un dedo para que entiendas, mocosa?
Negué con la cabeza y abrí mis labios para suplicar un plazo más largo sabiendo de más que aquel hombre no bromeaba con su castigos pero un grito me interrumpió.
—¡Oye!
Me saque las manos de sobre el rostro para observar como aquel joven del paraguas se acercaba con una de sus manos en sus bolsillos, casi teniendo completa confianza en si mismo. De repente, y con la cercanía, su rostro me pareció conocido. Se detuvo a mi lado sin dejar de mirar al matón frente a mi, el cual, rio con ironía y miro a sus cómplices. —¿Y tú quién eres, idiota? ¿No te han enseñado que meterte en asuntos de otras personas es de mala educación?
—¿Y a ti no te han enseñado que pegarle a una mujer es de escoria?
—¿A quien le dices escoria, hijo de...— el matón saco una navaja y nos apunto, me asuste y pase un mano por delante del desconocido para movernos hacia atrás pero de alguna forma, al tipo del paraguas no le costo mucho moverme con un brazo, así que segundos después estaba viendo toda la secuencia casi escondida detrás de su espalda.
Le arrebaté el paraguas de la mano cuando sentí que aquello era una situación de mucha tensión e intente poner paños frio. No quería que un desconocido terminara con el rostro arruinado por algo que no le incumbía. —No te preocupes, puedo arreglar esto...
Él me ignoro y saco una placa de su bolsillo. Era un policía. Recordé donde lo había visto; la estación en donde habíamos ido con Gi-Hun a hacer la denuncia.
Las caras de los cómplices del matón fueron un poema mal escrito. Compartieron una mirada asustada —Hwang Jun-Ho, policía de Dobong.
El matón retrocedió lanzándome una mirada de odio. Aun así, continuo balanceando su navaja con confianza. —¿Qué no estás muy lejos de tu distrito, idiota?
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WILDEST DREAMS | SQUID GAME
FanfictionWILDEST DREAMS | "Y di que me recordarás de pie con un vestido, labios y mejillas rosadas" En dónde la jugadora 002, Jung Meissa solo quiere salir viva de los juegos del calamar.