MIS OJOS RECORRIERON LA FIGURA DE AQUEL HOMBRE POR DEBAJO DE LA MASCARA. Me resultaba familiar, o quizás solo deseaba encontrarme a Jun-Ho con muchas fuerzas y sentía que lo veía en todos lados. Dudé y cuando el comenzó a caminar para pasarme por un lado, hable. —Detente— ordenó. Él se detuvo a mi lado. —Acompáñame. Puedes dejar esa bandeja en mi habitación. — murmure lanzándole una mirada a la bandeja con copas llenas de champagne que llevaba.
Comencé a caminar y sentí sus pasos detrás de mi.
Me sentía más segura.
Confiaba en que era Jun-Ho.
Cuando ingresamos a la habitación, note un gran ventanal así que me moví a taparlo con las pesadas cortinas negras y mire hacia las esquinas del lugar buscando alguna cámara pero no había nada. Al parecer si mantenían la privacidad de los VIP. Él dejo la bandeja sobre una mesa delante de un gran sofá frente a una pantalla y me enfrento. Me acerque a la puerta cuando el se saco la mascara negra que llevaba puesta y la cerré. —¿Qué haces aquí? ¿No estabas jugando? — indagó. Note la desconfianza en sus palabras. Supe rápidamente que creía genuinamente que estaba involucrada de alguna forma con los organizadores de toda esa locura.
Y no estaba tan errado en teoría.
Estaba involucrada pero no por voluntad propia.
—En el último juego me quede sin pareja. — murmure y me saque mi mascara. Quedamos frente a frente. Sentí mi respiración acelerarse levemente. —Pensé que iban a matarme pero me llevaron con uno de los tipos que maneja todo esto.
El frunció el ceño —¿Y eso por que? ¿Te hizo algo? — movió su mirada por mi cuerpo. Negué.
—Es mi ex prometido. — confesé casi con vergüenza. Él se mostro igual de sorprendido a como yo lo estaba cuando todo se revelo frente a mis ojos.
—¿Qué? — soltó por lo bajo. —¿Y porque...— se detuvo, paso una mano por su cabello —No entiendo. ¿Él sabia que estabas participando?
Asentí —Que hijo de puta— susurró. Hice una mueca.
—Ni siquiera tengo una deuda, Jun-Ho— murmure, los ojos me ardieron por lágrimas contenidas. Sentía que era la única persona con la que podia hablar sobre aquello que me dolía. Él único que quizás se sentía tan desolado como yo al no encontrar a su hermano. Quizás se sentía tan asqueado de ese lugar como yo. Su rostro expresó confusión —Él la saldo hace mucho tiempo. Creo que solo me quería aquí dentro por...¿venganza?
—Esto es...no se ni que decir.
Eleve las cejas. —Creo que puedo ayudarte a conseguir pruebas si quieres exponer todo esto. — Jun-Ho asintió —Él quiere que dirija al próximo grupo que juegue. Al parecer esto viene hace muchos años.
—Si, encontré varios registros en una habitación. — confesó — Tomé fotos pero no hay señal para enviarlas. Aunque si una forma para salir.
Fruncí mi ceño. —¿En serio?
—Una cueva con trajes para bucear, unos de los enmascarados la usaban para el tráfico de órganos...
Contuve el aliento. Entonces si hacían algo con los cuerpos luego de muertos, algo que les dejaba aun más dinero. Me tendió el celular que tenia y comencé a ver las fotos: documentos con nombres, edades y demás información de todos los que habían participado alguna vez. Información de los ganadores, de quienes murieron, y fotos sobre una habitación con varios de los enmascarados alrededor de un cuerpo. Bolsas con órganos. —Así que por esto asesinaron a ese jugador, ¿el 111? y a los guardias.
El cabello de su frente se movió con él cuando asintió. —Era médico. Ellos le decían sobre el próximo juego y el sacaba los órganos a cambio. — explico. Bloquee el celular y se lo devolví. Nuestras manos se rozaron, eleve mis ojos hacia su rostro y suspire.
—Pensé que alguno de esos guardias eras tú, que te habían descubierto... — sentí un ligero calor en mi rostro. No sabia con exactitud porque le estaba confesando el hecho de que me había preocupado genuinamente pero ya no podia dar marcha atrás en mis palabras. Sus ojos se movieron apreciando cada parte de mi rostro con rapidez. —Me alegra que estés bien.
Jun-Ho sonrió, y sentí que la habitación se ilumino de repente gracias a eso. Tenia una sonrisa hermosa. —También me alegra mucho que estés viva. — nos observamos en silencio por varios instantes. Era un hombre bonito, y con aquel traje completamente negro, no podia mantener mis pensamientos calmos. Había algo en él que me atraía de sobremanera. ¿Qué enfrentábamos el mismo peligro?
No, no era eso.
Algo más.
Inconscientemente avance un paso hacia el. Una sonrisa estiró sus labios e imito mi accionar.
—Quiero besarte— susurró casi sobre mis labios en una forma suave, como un secreto que solo debíamos saber nosotros dos. Nadie más. Aquella confesión inesperada me sobresalto e hizo a mi corazón palpitar con fuerza en mi pecho.
Yo también quería eso. Y no estaba segura de porque. ¿Solo quería besarle porque me parecía un aliado? ¿Un hombre bonito? ¿O había algo más que no podia reconocer debajo de mi interés? Y pese a que quería acobardarme, hacerme varios pasos hacia atrás o simplemente decir que no porque era completamente consciente de que rompía todo lo bueno que tenia, deje que las comisuras de mis labios se elevaran ligeramente en una mueca clara de seducción.
—¿Qué te detiene?
Aquello basto para que él eliminara el espacio entre nosotros y nos fundiera en un beso que jugaba con dejarme sin aliento. Sentí sus manos a los lados de mi rostro y deje que las mías acariciaran sin pudor alguno la parte posterior de su espalda y cuello. De un momento otro solo el sonido de nuestros besos y aquella sensación arrolladora en mi cuerpo llenaban la habitación.
Su lengua entró en contacto con la mía y cuando nos separamos para tomar largas respiraciones, no me resistí a dejar un beso sencillo sobre sus labios. Él sonrió e hizo lo mismo. Aferré mis manos a sus brazos cuando volvimos a besarnos con intensidad buscando un punto de agarre ante el temblor ligero que experimentaban mis piernas. De repente desee muchísimo no estar en aquel lugar luchando por justicia, ni por una salida. Desee jamás haberme anotado en el maldito juego y haberlo conocido en otro lugar.
No quería dinero, o un prometido que me obligara a participar de juegos letales para probar mi valor ni una gran mansión. Lo quería él.
Quería que continuáramos besándonos justo como lo estábamos haciendo.
De repente, en ese momento desee la vida aburrida de la que tanto había estado escapando.
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WILDEST DREAMS | SQUID GAME
FanfictionWILDEST DREAMS | "Y di que me recordarás de pie con un vestido, labios y mejillas rosadas" En dónde la jugadora 002, Jung Meissa solo quiere salir viva de los juegos del calamar.