17 | ESCAPE

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ME REMOVI EN MI ASIENTO UN MINUTO DESPUES DE QUE JUN-HO HABIA DESAPARECIDO DE LA MANO DE UNO DE LOS VIEJOS RICOS, sabia que no seria difícil encontrar la supuesta habitación vip de la sala, pero tenia que levantarme del sillón y para eso debía soltar la mano de Do-sik que parecía casi pegado como lapa a mi cuerpo. Aclaré la garganta y me moví un poco más lejos de él antes de mirarle. —Necesito ir al baño...— murmure. 

—Qué uno de los guardias te acompañe— le detuve antes de que hiciera una seña con la mano para llamar a uno de los tipos de rojo. 

—Puedo ir sola...— murmure. Él no soltaba mi mano. —¿No puedes darme cinco minutos? —me queje con la respiración agitada. Estaba harta. —Suficiente con que me estés obligando a ver esto— me encogí en mi lugar cuando alguien más cayo del puente. Pareció sentir la angustia en mi voz y se apiado de mi. 

Dejo que mis dedos se deshicieran entre los suyos. Fui libre parcialmente. 

—No tardes— pidió. Dudé sobre lo que iba a hacer pero su mirada fija sobre mi me dejaba en claro que estaba desconfiando de ese movimiento. Que no dejaría de verme ni por un segundo cuando me alejara de su lado. Que quizás enviaría a un guardia detrás de mi. Tenia que hacer que la mentira de que iba a volver fuese lo suficientemente creíble. Que él confiara en mi o estuviera distraído con otra cosa. Tenia que hacerle creer que tenia algo por lo que volver. 

—Gracias — susurré cuando me acerqué a él. Levante ligeramente mi mascara negra, solo lo suficiente para que mi mentón y labios quedaran expuestos y deje un beso en la base de su cuello. Sentí como movía su cabeza hacia un lado para darme más espacio y dejaba escapar un suspiro solo audible para nosotros dos debido a la cercanía. Me separé cuando lo creí conveniente dejando que sus ojos escanearan mi cuerpo cuando me levante del sofá. Le lance la última mirada antes de comenzar a caminar con la tensión en los músculos de mi espalda. Fuera de la sala de sillones, la desesperación me arrollo y aunque intente no demostrarlo, buscar la habitación donde estaba Jun-Ho me hizo sentir la misma adrenalina que estar participando de esos malditos juegos. 

Miedo. Sudor. Taquicardia. 

Abrí la puerta de la sala vip y aprecie el panorama más rápido que una luz laser; el rico de rodillas en el suelo, desnudo y Jun-Ho apuntándole con un arma. Cerré la puerta y me acerque a él. —Tenemos que irnos— recordé cuando llegue a su lado lanzando una mirada nerviosa a la puerta. Estaba segura de que Do-Sik no tardaría mucho en preguntar por mi, y que los demás ricachones buscarían a su amigo luego de una sospechosa tardanza. 

Jun-Ho apunto su celular hacia el hombre. —Dime todo lo que sabes sobre lo juegos. 

El anciano tartamudeo varias veces pero realmente soltó lo que sabia: los vips, los países en donde se jugaban, y el entorno de dinero que mantenía todo bajo un manto de confidencialidad. Cuando termino, Jun-Ho le golpeo con la culata del arma que tenia y le dejo inconsciente. Ambos respiramos pesadamente cuando nos miramos. Tendió una de sus manos en mi dirección. La tomé. Y corrimos por los pasillos con las mascaras puestas. 

Sentía mi corazón latir desbocado por el terror de ser atrapados mientras observaba su espalda. Estábamos escapando, estaba dejando a Do-Sik sin saber como iba a reaccionar cuando descubriera que en realidad no lo había elegido a él, ni al juego. Había elegido a Jun-Ho, un policía. Había elegido ser libre sin ningún tipo de beneficio luego de haber sobrevivido a todo aquello. 

Cuando volvimos a aquella habitación con el pasillo de muchas puertas donde había descubierto que Do-Sik era uno de los lideres de todo aquello, pensé por unos segundos que estábamos condenados a morir alli, pero extrañamente, Jun-Ho abrió un mueble que tenia un espacio hueco dentro. —Baja con cuidado— me ayudo a entrar en aquel espacio y comencé a bajar por unas escaleras de pared en lo que parecía ser un túnel que solo iba hacia abajo. 

WILDEST DREAMS | SQUID GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora