08 | NO ES QUIEN SOY

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Luego de que las luces se encendieran, un gran grupo de guardias ingreso en la sala, uno de ellos disparo al aire para terminar con cualquier contienda que se estuviera dando todavía, y nos hicieron darnos vuelta, poner las manos en el cuello y quedarnos quietos para revisarnos. Noté que el matón se quejo cuando le golpearon el costado que había herido con mi navaja y sentí satisfacción. Al menos ese hijo de puta estaba sufriendo. 

Jugador 277, eliminado. 

Jugador 74, eliminado. 

Tomé una larga respiración intentando no pensar en todos los muertos que habían en la sala. Los cadáveres en el suelo y la sangre manchando todo. Sentí aquel liquido viscoso sobre mi y temblé. Lo había hecho en defensa propia pero eso no quitaba la atrocidad que lleve a cabo. 

—Jugador 456...— uno de los trajes le hablo en voz baja a Gi-Hun a mi lado. —¿Está Hwang In-Ho aquí? 

Fruncí el ceño. ¿Hwang? 

¿Ese guardia era Jun-Ho? 

Noté la duda en Gi-Hun. —No sabemos los nombres de los demás. 

Jugador 328, eliminado. 

El del traje comenzó a caminar pero aclaré mi garganta. —Necesito ir al baño. —solo recibí silencio como respuesta, pase la lengua por mis labios. —Por favor. Me siento muy mal. 

Segundos después, el hombre tironeo de mi brazo con poca fuerza para comenzar a escoltarme hacia la puerta pequeña en dirección a los baños. Varios triángulos nos observaron pero nadie dijo nada. Supuse que era la cuestión de rangos. Caminamos en completo silencio y note que a diferencia del otro guardia que nos había escoltado al baño la noche anterior, este ingreso conmigo. Me moví con rapidez hacia uno de los lavabos y comencé a toser con fuerza. Sentía que quería vomitar pero ni siquiera podía hacer eso. Levante mi mirada para observar mi reflejo en el espejo, tenia el pómulo inflamado, la nariz me sangraba, y hasta me había cortado el labio con uno de los dientes, supuse que ante un golpe, pero lo peor eran mis manos llenas de sangre hasta casi mitad de mis antebrazos. Me di asco a mi misma. 

Calmé el temblor de mis manos. 

—No debes preguntar nombres— murmure antes de comenzar a lavar mi rostro con mucha agua. Ni siquiera me detuve a pensar en si era potable antes de beber unos sorbos. El cabello se me pego a la frente y parte del cuello por la humedad. 

Sentí que el de traje se movió detrás mío y sus manos sostuvieron mi cabello para alejarlo de mi rostro y facilitarme el trabajo de sacarme la sangre.  —¿Soy tan obvio? 

Elevé la mirada. Hwang Jun-Ho se había levantado la mascara para dejar expuestas sus facciones. Hice una mueca y agradecí que mi habilidad para reconocer personas siguiera intacta. —No tanto si has llegado hasta aquí— respondí con obviedad. —Pero no confíes en nadie, eso te mantendrá a salvo. 

Él pareció ignorar mi advertencia. —¿Tienes alguna herida de gravedad? 

Negué mientras pasaba uno de mis dedos helados por las marcas en mi cuello —Solo moretones. —cerré la canilla y me gire en su dirección. Ambos le lanzamos una mirada a la puerta principal. Todos los baños estaban vacíos así que el único peligro era si entraba alguien.  —Deberías irte cuanto antes. 

—Estamos en una isla—aclaro elevando las cejas. Separé mis labios ligeramente ante la impresión. ¿Isla? 

¿Una maldita isla? 

—Si que tienes habilidades de espionaje. —fue todo lo que pude murmurar antes de sacarme el abrigo. Sentí un nudo en la garganta ante la sangre. —No soy una mala persona. Esto, no es quién soy.

Quería creer que no lo era. 

Él esbozo una sonrisa de lado. —Lo sé. Hiciste lo que debías. — expresó —Me alivia que la navaja fuese útil...

Le miré con sorpresa —¿Así que fuiste tú? 

—Era todo lo que podía hacer — pareció avergonzarse. Le detuve. No había de que hacerlo, de hecho, me había salvado la vida. 

—Gracias. —nos observamos en silencio por unos segundos. Ignore el hecho de que muy probablemente me había visto en ropa interior al cambiarme y pensé en su situación. —Si no has encontrado a tú hermano entre los muertos, ni esta en la sala, lo más probable es que no esté. ¿Quizás gano? 

Hizo una mueca —No lo creo, esa tarjeta era reciente. —dudó. —Puede que sea uno de estos tipos...—señalo su traje —pero no puedo ir preguntando por alli. De cualquier forma, arreglaré mi situación. Me gustaría decirte cual es el siguiente juego pero realmente no lo sé. —se disculpo. Noté genuina preocupación en su rostro. Sonreí como pude para restar importancia a eso. 

—¿Todo esto es retorcido, no? — cuestione. Debía ser peor observarlo desde afuera. 

—Y seguro hay más debajo de la alfombra— supuse que se refería a lo que pasaba y los jugadores no veíamos. Preparar juegos mortales, encargarse de los cuerpos, y vivir con eso. Suspiró y le miré con atención. Descanso una de sus manos sobre mi hombro dándome confort. —Me alegra que estés bien— declaró. 

Sonreí. —Digo lo mismo. —nos quedamos unos segundos disfrutando de la compañía del otro hasta que me separé ligeramente. —Deberíamos volver, no quiero causarte problemas. 

Él se puso aquella de mascara de nuevo. —Por cierto, ¿Cómo supiste que era yo? Digo, además de que pregunté por mi hermano. 

Aquella voz robótica y su altura provocaban escalofríos. —Entraste al baño conmigo. Los demás se quedan afuera— me referí a los guardias. Hice una mueca —Y digamos que tengo una habilidad para reconocer a las personas. — expresé. Comencé a caminar hacia la puerta, el me detuvo suavemente por el brazo antes de salir. La cercanía se sintió sofocante pero de una manera excitante, como si deseara tenerle aun más pegado. 

—Cuídate en el próximo juego—susurró. Asentí y cuando salimos al pasillo, fingimos nuevamente no conocernos. 

Él era un guardia, yo solo una participante con el destino sellado. 

Él orquestaba la obra, yo actuaba mi papel. 




WILDEST DREAMS | SQUID GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora