09 | ESTRATEGIA

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Al regresar a la sala, Gi-Hun se levantó de su lugar para corroborar mi estado. —Estoy bien. —murmure antes de tomar asiento justo a un lado del anciano. Dejé mi chaqueta llena de sangre en el suelo. 

—¿Te duele?— preguntó señalando mi cuello. 

Asentí —Un poco. Pero estaré bien — aseguré mientras masajeaba con suavidad la zona. Saldría un moretón y se hincharía un poco, hasta me estaba doliendo hablar, pero seguía viva. Eso era lo importante. —¿De que hablaban? 

—¡Ah, si!— de alguna forma que no lograba comprender, Gi-Hun parecía ser una luz andante. Siempre intentaba ser amable y divertido. —Nos presentábamos bien. Él es...

Le detuve —Sé sus nombres —respondí —Gi-Hun, Sang-Woo, Ali y el anciano — les fui señalando. Observe a la número 067 sentada detrás de nosotros. —No se tú nombre. 

—¿Tengo que decirlo? — pregunto ella. 

—Ahora estamos en el mismo bando— explicó Gi-Hun. —Al menos necesitamos saber el nombre del otro para ganar algo de confianza. 

—Kang Sae-Byeok. — respondió con recelo. 

—¿Sae-Byeok? — repitió Gi-Hun. —Bonito nombre, pero no te queda bien. — bromeo. 

Sonreí antes de mirar al anciano —¿Y usted? ¿Cuál es su nombre?  — indague. 

—¿Qué? ¿Mi nombre?— se veía desorientado. Aquella pelea había sido un desastre para todos, comprendía que para una persona de su edad aquel tipo de sobresalto podía ser letal. —Mi nombre...mi nombre es...

—Debes haberte asustado mucho antes— le interrumpió Gi-Hun —Cuando estoy estresado suelo olvidar la dirección de mi casa y mi número de residente. 

—Si. Además, lo hiciste muy bien, digo, llegaste alli arriba como te lo había pedido. — aseguré. Eleve mi pulgar en señal de aprobación —¡Bien hecho, anciano! 

Gi-Hun me secundó —Todo mejorará cuando descanses. 

—Si podemos...

Apoyé mi espalda contra los fierros de una cama. Todos nos quedamos sentados en alerta. 






La maldita música y la luz me encandilo de un momento a otro, note que me había quedado dormida sentada y que mis compañeros no habían corrido mejor suerte. Los músculos me dolieron de sobremanera apenas me moví. Cada golpe estaba pasando reclamo. 

—Hey, señor, ¿estuvo despierto toda la noche?— pregunto Gi-Hun al anciano. Refregué mis ojos con fuerza para despertar completamente de una buena vez. 

—Oh, si. Temía que volvieran a atacar. — expresó. Hice una mueca de lastima. 

—Yah, abuelo, tendría que habernos dicho. Podíamos turnarnos. — murmuré. 

—Debes estar muy cansado. 

El anciano asintió levemente —Estoy bien. No duermes mucho cuando envejeces. No pude ser de mucha ayuda, al menos puedo hacer la guardia nocturna. 

WILDEST DREAMS | SQUID GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora