Octubre es el mes en que el velo que separa a las dimensiones es más fino y es posible llegar a otros mundos; es cuando las musas de los okami fickers se reúnen entorno a una fogata disfrutando de la fresca brisa otoñal, toman una taza de chocolate...
Los personajes de Sakura Card Captor no me pertenecen, la historia que a continuación leerán, sí. No se permite reproducción o "adaptación" de ningún tipo, para otros fandoms.
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Canción: Solo tú. Carlos Rivera
Era detestable manejar por tantas horas y en completa soledad, Spi dormía en la parte trasera del carro y ni la música lograba transmitirme la paz que necesitaba. más allá de sentirme molesta estaba... decepcionada. Nunca imaginé que Eriol iba a hacerme algo como eso.
En la madrugada me convencí que era una pérdida de tiempo seguir en aquel lugar, así que, al amanecer, tomé mis cosas y regresé a casa. La explicación que di para salir antes, fue que mi esposo estaba atendiendo una emergencia aunque sospechaba que estaba diciendo la verdad.
Afortunadamente había dejado de llover y la autopista estaba casi vacía lo que me permitía manejar sin más complicaciones de las que ya cargaba. Suspiré cansada cuando divisé la sencilla pero hermosa casa en donde Sakura y Syaoran vivían. Al pasar por la caseta de seguridad, saludé al guardia que rápidamente me dejó entrar.
—Ven conmigo, Spi, y no hagas travesuras —le hablé al can, esperando que captara lo que trataba de decirle.
Apagué el motor y observé el hogar de mi amiga, debía estar esperándome porque ya le había llamado en mi necesidad de hablar con alguien. Y ella siendo tan Sakura, me había dicho que su casa estaba abierta para mí y para Spi. Bajé de la camioneta y sostuve con fuerza al avanzar hacia la puerta; no pasó mucho tiempo para que ella me recibiera.
—¡Hola, Tomoyo, qué sorpresa! —Me recibió Syaoran—. ¿Y Eriol? —Él... él tenía una emergencia por atender —respondí—. ¿Ya está despierta Sakura? —Claro, pasa. —Se hizo a un lado para dejarnos pasar—. ¿Este es Spi? —Sí, él es Spi —asentí y Syaoran se inclinó para tocar la cabeza del perro que respondió moviendo la cola. —Es un perro hermoso. —¿Quién llamó a la puerta, Syaoran? —escuché la voz de mi prima y amiga, caminé hasta dónde pensé que estaría y lo confirmé cuando la vi asomar la cabeza—. ¡Tomoyo! ¡Qué bueno que estás aquí! Ven, estoy terminando de preparar el desayuno. Te estaba esperando, ¿traes apetito para compartir conmigo el desayuno? —¿No interrumpo nada? —Nunca lo has hecho —respondió Syaoran detrás de mí—. Bueno, en algunos momentos sí, pero... hoy no traes cámara, ¿verdad? —¿Debería? —le seguí la corriente y pude sonreír de verdad. —Mejor me voy —dijo, acercándose a Sakura para darle un beso—. No hagan locuras sin mí. —¿A dónde va? —pregunté, sentándome en el comedor. —Tiene una reunión con su padre —explicó, poniendo frente a mí una taza de té y un plato con tostadas—. ¿Podrás comer y contarme lo que te sucede? Porque esos ojos brillantes no son de felicidad y no me digas mentiras. —¿Puedo sacar a Spi al patio? Lleva toda la mañana encerrado, necesita libertad.
