Octubre es el mes en que el velo que separa a las dimensiones es más fino y es posible llegar a otros mundos; es cuando las musas de los okami fickers se reúnen entorno a una fogata disfrutando de la fresca brisa otoñal, toman una taza de chocolate...
Esta historia está basada en los personajes de Sakura Card Captor. Los personajes no nos pertenecen. La historia que a continuación leerán es obra de LizsaranjeiP. No se permite reproducción o adaptación de ningún tipo.
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Eran las doce de la noche y él no se atrevía a lanzar la piedra a la ventana de su amiga. Seguía pensando que era una locura una sesión para conocer su alma pasada, recordó las palabras de su "casi hermana".
—No debí darle ese libro —dijo en un susurro.
La ventana abriéndose interrumpió su soliloquio. Sakura lo veía desde el segundo piso con una sonrisa de complicidad. Yue suspiró y trepó por las ramas del árbol del jardín, como muchas veces lo había hecho.
La recámara tenía sólo una diferencia en su decoración, el suelo estaba "adornado" con estrellas: La primera y más grande, era de siete puntas, dentro de ésta, otra más pequeña, de sólo cinco completaba el "dibujo". Cada pico externo contaba con una vela larga y delgada de color negro, mientras que al centro, la luz violeta de un cirio color azul con adornos de estrellas moradas esperaba por ellos.
Yue observó todo con extrema seriedad, eso cada vez le parecía más absurdo, lo único que iban a invocar era un incendio y a un furioso Touya.
—¿Listo? —preguntó Sakura.
Yue suspiró y asintió. Decidió guardarse sus comentarios y cumplir con su promesa, después de todo, al terminar de "jugar a los hechiceros" podría volver a casa y mañana buscar junto con ella nuevas alternativas para ayudarla.
—Es muy sencillo, lo único que debemos de hacer es sentarnos entre las dos estrellas —Yue miró a su amiga levantando una ceja en desacuerdo—. Bueno, de hecho, puedo hacerlo yo sola si no quieres participar, tú puedes observarme sentado...
—Dije que te ayudaría, es sólo que, ¿no te parece peligroso que haya tantas velas? ¿Qué tal si te quemas?
Sakura rio, su amigo siempre era tan protector.
—Hay suficiente espacio, me aseguré de ello —expresó con mucha confianza.
—Si tú lo dices —caminó para sentarse, seguido de la joven—. ¿Hay una razón para haber dibujado estrellas?
—El libro pedía dibujar alguna imagen o símbolo que me representara. —Mostró el collar que su madre le había dejado, siempre lo llevaba puesto—. Como sabes, este amuleto me lo dio mamá, además ella siempre decía que era su "pequeña estrella" —sonrió con melancolía mientras observaba y acariciaba el dije que compartía el símbolo dibujado en su cuarto—. Así que me pareció adecuado.
—Comprendo. —Hubo un pequeño silencio, siempre que hablaban de su madre el ambiente se sentía triste—. ¿Qué sigue?
Sakura suspiró, tomó el libro y le mostró las instrucciones. Eran simples en realidad. Se debía sentar en flor de loto, cerrar sus ojos e invocar alguna de las visiones. Si alguien ayudaba en el ritual, esa persona debía pronunciar una serie de palabras que invocaban al alma desde el pasado.
