6. El conejo de jade

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Fictober 2021

El conejo de jade

Los personajes de Sakura Card Captor no me pertenecen, la historia que a continuación leerán, sí. No se permite reproducción o "adaptación" de ningún tipo, para otros fandoms.

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―Papá, tranquilo ―Meiling colocó sus manos en los hombros del recién llegado―. Yue me prestó su computadora, porque no he terminado la presentación para la junta de consejo.

―Adelante, señor Li ―Yue llegó hasta la puerta―. Bienvenido, estábamos esperando la cena, será un honor si gusta acompañarnos ―hizo un ademán para indicarle que se adentrara en el departamento.

Bohai le tomó la palabra y entró mirando todo detenidamente, la computadora estaba encendida y en ella se veía el trabajo de Meiling. El hombre de largo cabello negro miró al artista a los ojos, que tenía una expresión tranquila. Meiling tomó a su padre del brazo y lo guio hasta la sala, mientras le ofrecía algo de tomar.

Bohai aceptó, inmediatamente Yue fue por un poco de té helado, mientras Meiling le explicaba cómo había sucedido todo el desastre en su departamento:

―Olvidé programar una alarma para que me avisara que ya estaban listas las galletas, además el sistema de rociadores estaba averiado, se activaron hasta los de mi recámara ―explicó con un puchero―. Sin embargo, Yue llegó justo a tiempo y evitó que entrara en pánico; amablemente me prestó su computadora y algo de ropa seca.

―Es curioso el atuendo que le prestó, señor Song ―inquirió Bohai, que miraba con los ojos entrecerrados al artista, mientras el aludido colocaba en la mesa de centro tres vasos de té.

―Era un conjunto entero, pero me quedó grande, papá. Se me caía el pantalón y no tenía manera de ajustarse. Además, esta camiseta me hace lucir como si me hubieran invitado a una fiesta de Halloween y este mi disfraz de alma en pena fuera una simple sábana ―parloteó, se levantó del sillón, para abrir la gabardina de su padre y analizar el reflejo que le devolvía el cristal del ventanal, trató de ajustar un poco su cintura con sus manos―. Estoy segura de que Tomoyo y mis primas estarían muy decepcionadas de mi estilo ―sonrió juguetona.

Bohai respiró profundo tomando el puente de su nariz, negó con la cabeza al confirmar que su hija no lograba ver lo sugestiva que podía llegar a ser portando solo la enorme camiseta del chico, se levantó y volvió a cerrar la gabardina envolviendo por completo a Meiling y finalmente ordenó:

―Ve a terminar con tu trabajo. ―Señaló el escritorio―. El señor Song y yo iremos a buscar algo de ropa de tu talla. ―Miró al de ojos azules, que alzó sus cejas al escuchar la resolución del empresario―. Ni creas que te dejaré solo con mi hija, mientras ella solo usa esa enorme prenda. Tu vienes conmigo.

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