꒰ 𝗯𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗳𝗮𝗰𝗲 ⋆ 𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨𝘪𝘯 ꒱

꒰🌷꒱ Capítulo 15

Advertencia:

En el principio del capítulo habrá una ligera escena sexual, si no es de su agrado puede saltarse los primeros párrafos. Perdón por las molestias.

Jeongin se encontraba recostado en su cama tranquilamente. Miraba su celular. Unos continuos golpes en la puerta de la habitación le hicieron levantarse para ver de quién se trataba. Seguramente era Choi Beomgyu —su compañero de cuarto—, que había olvidado las llaves. Pero cuando abrió la puerta, no fue a ese joven a quien vio, sino a cierto peli castaño que sonreía con una malicia palpable.

—Seungmin, ¿qué haces aquí?

—Mejor pregunta: ¿por qué no estaría aquí? —dijo y entró a la habitación aun sin recibir permiso. A su paso cerró la puerta y, luego, rodeó a Jeongin con sus brazos hasta acorralarlo contra la cama—. ¿Te gustaría que lo hiciéramos ahora?

—¡¿Qué?!

—Dime que quieres que te penetre.

—¡¡No!! —negó Jeongin rápidamente—. Bueno... sí.

Seungmin levantó la camisa de Jeongin y dejó al descubierto su abdomen. Su lengua comenzó a viajar por toda aquella superficie hasta llegar a las tetillas del peli azul y empezar a lamerlas detenidamente. Luego colocó una de sus piernas entre las de Jeongin, para dar movimientos suaves y lentos que de a poco hacían despertar a la hombría de este. Yang se convirtió en una máquina de gemidos ahogados, que, de estar en otro lugar, no dudaría en soltar al viento. Cada vez se sentía más deseoso de ser finalmente penetrado por el peli castaño, lástima que todo aquello había formado parte de una fantasía sexual.

—Estabas soñando conmigo, ¿verdad? —habló Seungmin con una sonrisa, mientras veía como los ojos de Jeongin se abrían.

—¿Qué te dice eso? —Se quitó las hojas que se adhirieron a su espalda.

—Tu erección lo grita. —Jeongin casi escupe al escuchar eso. No creyó que su cuerpo fuese tan poco discreto—. Esta vez te desharás de ella tú solito, pues yo estoy muy cansado. Ahora solamente quiero dormir en una cama cómoda y suave. Además, tenemos que regresar cuanto antes a los dormitorios. No vaya a ser que nos coja la noche aquí.

—No quiero regresar aún.

—¿Por qué?

—Quiero estar más tiempo aquí a solas contigo, pues... siento que... que por el momento, es solamente ahora cuando podremos ser nosotros mismos y actuar como queramos en realidad.

—Está bien, pancito. Nos quedaremos un poco más, ¿sí? —Ambos sonrieron.