En las últimas semanas, Jeongin no había estado durmiendo bien. La señora Yang le obligaba a tomar demasiadas clases para aprender a tocar el piano y el violín. En su interior, Jeongin se negaba a lo que su madre tanto le exigía; mas, sumiso ante el pleno control que ejercía ella sobre él, no tenía el valor de contradecirle en alto. Por lo que al final terminaba cediendo ante cada cosa que le impusiera.
—Ah, Jeongin, se nota que tienes mucho sueño —dijo Felix, mientras le agarraba de la cintura y le recargaba de él—. Deberías tomarte el día libre para descansar.
—Lixie, sabes que no puedo. —Sus párpados casi se cerraron—. Mi mamá se molestaría muchísimo conmigo. Quizás hasta me castigue. Y, además, no quiero tener ninguna falta. Tengo que mantener la imagen de chico cumplidor que me han dado, ¿comprendes?
—Claro. Tienes mucha razón.
—¿Qué día es hoy?
—13 de noviembre.
—Mierda.
—¿Qué sucede? —preguntó Felix.
—Hoy tengo un partido de fútbol muy importante.
Jeongin despertó debido a la agitación que invadió su pecho. No se sentía con mucha energía, al menos no la suficiente para dar un buen partido y, mucho menos, quería defraudar a su entrenador ni a sus seguidores, quienes siempre le apoyaron. «Jeongin, eso te pasa por desobedecer a tu madre. No debiste haberte apuntado en un deporte tan consumidor de tiempo y energía como este», se reprochó. Para empeorar, la efímera lucidez que le llenó estaba dejando su cuerpo.
—Lo harás bien —le animó Felix con una sonrisa—. Sé que lo harás tan estupendo como siempre.
—Ojalá sea así.
Pero el partido no fue como era deseado. El equipo de Jeongin estaba cometiendo más errores de lo normal y tal hecho no se debía, exactamente, al peli azul, quien, pese a su desmesurado cansancio, había estado muy participativo. El verdadero error vino después, cuando por culpa de Yang no se pudo anotar punto. Entonces todos le miraron decepcionados. El mismo Jeongin no podía aceptar lo sucedido. No era que fuese orgulloso, simplemente no gustaba de decepcionar a los demás. Y en los últimos días no lo estaba haciendo bien: no estaba captando las prácticas de piano y de violín, posiblemente su madre se había dado cuenta de su inutilidad, para colmo, durante varias clases le requirieron por estarse durmiendo. Absolutamente nada le estaba saliendo bien.
Entonces explotó. Las lágrimas brotaron cual manantial de sus ojos. Vergüenza, repudio y, por último, decepción. No podía con todo a la misma vez, así que escapó, escapó de las curiosas miradas que le despojaban de toda su intimidad. Corrió hacia el exterior del campo; corrió hasta perder de vista a algunas de sus fans que seguramente creían que con un par de halagos le harían sentir bien. Pero Yang estaba cansado de oír halagos, halagos hipócritas y vacíos. Él solo necesitaba estar un tiempo a solas, para perdonarse a sí mismo, para recordarse que él tan solo era un ser humano y, por ende, imperfecto.
—Sabía que estarías aquí.
Jeongin se inquietó al escuchar la voz de Seungmin cerca. Él tenía entendido que ni siquiera su mejor amigo sabía de aquel lugar.
—Me imaginé que estarías aquí —volvió a decir Seungmin—. ¿Fuiste tú quien trajo a este cachorrito? —dijo y se acercó para sentarse en el suelo y acariciar a Fluffy.
—Sí.
Habían varias ocasiones en las que el corazón del peli azul no aguantaba la presión impuesta por su madre, por lo que acababa explotando. En momentos como ese no quería hacer más que llorar y llorar, así como sumirme completamente en la tristeza, permanecer con el ánimo bajo, ser pesimista, ser imperfecto. Lo hacía porque —de un modo u otro— le hacía sentirse bien, le recordaba quién era de verdad. Tal luctuoso acontecimiento se había vuelto una rutina en los últimos años. Tenía más frecuencia de la que hubiera querido, así que, con la intención de no preocupar a Felix, decidió ocultarse en un lugar que nadie frecuentara mucho. Por eso empezó a ir a la zona con la casita para animales. Allí nadie le encontraría, a no ser que fuera alguien valiente y atravesara un montón de arbustos con espinas.
ESTÁS LEYENDO
꒰ 𝗯𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗳𝗮𝗰𝗲 ⋆ 𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨𝘪𝘯 ꒱
Fanfiction.ೃ 𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 ༘ Yang Jeongin es un chico muy apuesto que cursa el segundo año de preparatoria, siendo sumamente requerido tanto por chicas como chicos, bendecido con una sonrisa encantadora, promedios excelentes y una familia perfecta. Pe...