Sin que Jeongin y Seungmin se dieran cuenta, el curso estaba llegando a su fin y los exámenes estaban ya al acecho, por lo que decidieron centrarse en los estudios. Durante un mes aproximadamente, ambos dejaron de darse cariño a cada momento. Ninguno despegaba los ojos de los libros y, aunque Seungmin a veces no aguantaba las ganas y se ponía meloso con Jeongin, este, haciendo un grandísimo esfuerzo, le apartaba enseguida y seguía estudiando, pues estaba dispuesto a llegar lejos por sus propios méritos.
—Jeongin, deja de estudiar por un momento, ¿sí? Descansa un poco de los libros y mientras ve a botar la basura —habló Seungmin y le dio una bolsa con mal olor.
—Pero ¿acaso eso no es trabajo de Minji?
—Lo es, pero ella está de vacaciones.
—Está bien. Ya lo hago —refunfuñó indispuesto. Agarró la bolsa y, con pasos vagos y lentos, se dirigió a la entrada, abrió la puerta y salió. Apenas había atravesado la rejilla que cercaba la mansión, cuando le llamó una conocida voz que despertó una sensación de nostalgia en él.
—Jeongin...
—Papá.
—Ha pasado mucho tiempo, ¿verdad? —La dulce voz del hombre hizo estremecer a Jeongin, quien no sabía cómo debería actuar exactamente—. Vaya, has crecido mucho. Por fin te has convertido en un gran hombre.
—Y tú has envejecido un montón —pensó en voz alta.
El descaro con el que habló provocó la risa del señor.
—Me alegra oírte ser tan sincero —dijo su padre. Una pequeña sonrisa asomó a sus labios—. Me preocupaba que a este paso nunca pudiésemos tener una conversación más familiar y allegada. —Jeongin abrió la boca para hablar, pero fue inmediatamente interrumpido—. Sí, lo sé, sé que es mi culpa por estar tanto tiempo ausente y lo lamento mucho, más de lo que imaginas. Para los padres, los hijos son lo más sagrado e importante que pueda existir y, aun así, yo... Perdóname. —En su rostro ahora se mostraba una mueca disgustada—. Debí haberte apoyado y permanecido a tu lado... Debí ser un buen padre para ti... Lo siento...
—Ya, es suficiente —dijo Jeongin con voz suave—. No es necesario que te disculpes más. Lo hecho, hecho está y eso nadie lo podrá cambiar; pero, si todavía quieres ser el padre que nunca fuiste, todavía estás a tiempo para serlo. —Sonrió con amplitud. El señor se sintió feliz al verle con tanto explendor.
—Wow, te ves muy feliz.
—Lo estoy.
—¿Se... debe al chico?...
—Si te refieres a Seungmin, sí.
—Debería agradecerle personalmente por haberte hecho tan feliz como nunca.
—Sería lindo, pero creo que aún no es el momento —expresó Jeongin.
—Entonces esperaré lo que sea necesario. —Miró el reloj—. Ya tengo que irme.
—¿A dónde vas? —preguntó, con el deseo de pasar más tiempo con su padre.
El señor dudó si debía responder.
—Voy a ver a tu madre. Al parecer, está dispuesta a aceptar el divorcio. —Yang se sorprendió y un pensamiento fugaz pasó por su mente.
—Un momento... ¿Cómo llegaste hasta aquí?
—Tu madre me dio la dirección y ya no daré más detalles —aclaró, antes de que Jeongin preguntara cómo su madre había dado con su paradero—. No te estreses. —Le sobó el hombro suavemente—. Dudo que ella vaya a hacer algo malo. Parece que está intentando cambiar. —Así, con una sonrisa, abandonó el lugar, mientras que dejaba a un Jeongin pensativo.
El peli azul entró rápidamente a la casa. Se dirigió hacia la cocina y se encontró a Seungmin haciendo la comida, la cual desprendía un exquisito olor. Se acercó a este y le sopló al oído, lo cual le hizo dejar de hacer lo que le ocupaba para prestarle atención.
—¿Qué te sucede, Jeongin? ¿Necesitas un abrazo? —le preguntó, al notar que los ojos del peli azul se estaban aguando—. Ven conmigo. —Abrió plenamente sus brazos y envolvió a Jeongin entre ellos. Ocultó el rostro de este en su pecho. Sintió cómo una ligera humedad se desplazaba por su pecho—. ¿Me puedes decir qué sucede?
—Yo... creí que por ser mayor no... no extrañaría a mis padres. Pero en realidad quiero estar cerca de ellos, abrazarles y que nos convertamos en la familia que nunca llegamos a ser. Sin embargo, tengo que esperar a que ellos...
—Innie, mírame. —Acarició sus mejillas—. Te comprendo completamente; así que, si algún día sientes que no puedes aguantar más la nostalgia, ve hacia ellos, hazles saber que, sin importar lo que los tres hayan hecho, siempre serán tu familia y que deben estar juntos.
—Entonces eso haré. —Esbozó una ligera sonrisa—. Seungmin, ¿por qué eres tan perfecto y maduro?
El peli castaño rio con timidez.
—No creo ser maduro y, mucho menos, perfecto, para nada. De serlo no estuviera cometiendo la equivocación de no correr detrás de mis padres e insistir en que recuperemos la armonía que teníamos en el pasado. Pero la razón por la que no lo hago es porque sé qué es lo que necesito y está frente a mí en este momento.
—Aun así, creo que deberías darle otra oportunidad a tus padres. Ellos de seguro necesitan a su hijo de vuelta.
—Entonces ven conmigo a Jeju. —Atrapó fuertemente las manos contrarias entre las suyas—. Si tú no estás, no tendré la fuerza suficiente para actuar.
—Por supuesto que iré, Seungmin. —Le tomó del mentón y le acercó a su rostro—. Por ti sería capaz de ir hasta la Luna.
Gracias por leer ♡.
El próximo capítulo será el último.
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꒰ 𝗯𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗳𝗮𝗰𝗲 ⋆ 𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨𝘪𝘯 ꒱
Fanfiction.ೃ 𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 ༘ Yang Jeongin es un chico muy apuesto que cursa el segundo año de preparatoria, siendo sumamente requerido tanto por chicas como chicos, bendecido con una sonrisa encantadora, promedios excelentes y una familia perfecta. Pe...