LA ENCRUCIJADA. PARTE 1

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Hay una cosa, queridos lectores, que no os conté. Por ello, me disculpo públicamente, porque os engañé, oculté parte de la espeluznante historia de Winden. Los secretos que contiene esta historia nos los llevaremos juntos a la tumba; porque hay un evento predecesor al entramado que todos conocemos que marca la tónica de lo que ya sabemos que sucede. Algo que perdurará en los siglos, que os dejará el corazón en un puño mientras contenéis el aliento, vuestro bello se eriza y las pulsaciones se os disparan. ¿Estáis preparados para comprobar que nadie se va nunca del todo? 

WINDEN, MUNDO ORIGEN, 4 DE NOVIEMBRE DE 1919

66 AÑOS ANTES DEL ENTRAMADO

La nieve se fundía con el asfalto formando una fina capa de agua resbaladiza. Limpié el vapor de la ventana con el dorso de mi mano para ver como el bosque se teñía de una blanca pureza. Los inviernos en Winden eran puramente nórdicos. Aunque cabe decir que el país entero se había sumido en una glaciación social y política tras el fin de la Primera Guerra Mundial. Habíamos partido el corazón del mundo, habíamos quebrantado nuestro aliado más poderoso: el amor, la fraternidad y la libertad. Nos cortamos las alas a nosotros mismos porque la codicia escaló por nuestro cuerpo hasta dominarnos por completo.

Me encendí un puro y por no llenar el salón de mi casa de humo, cosa que mi madre detestaba, abrí la ventana. El aire gélido me hizo cosquillas en las mejillas, sonrojándolas suavemente. Aquella noche necesitaría el abrigo más grueso que tuviera. 

-Señor Kahnwald, el coche está listo. -me anunció el chófer.

-Enseguida bajo. Gracias Alexander.

Apagué el puro y me dispuse a cerrar la ventana cuando un suceso inusual captó totalmente mi atención. En la acera, junto a un hombre con traje y sombrero negro, caminaba del brazo con una muchacha joven vestida con un vestido negro largo y ajustado. La pareja frenó en seco para intercambiar unas palabras que acabaron caldeando la conversación. El señor sacó un artilugio extraño, una especie de esfera que emanaba polvo dorado. Ella lo empujó con violencia y gritó:

-¡GUARDA ESO! ¡NOS CONDENARÁS A TODOS POR UN SUEÑO ESTÚPIDO! ¿Es que no has aprendido nada de estos años? Quien no conoce su historia, esta condenado a repetirla.

-Por favor, tienes que creerme. Vamos a cambiar el mundo, a arreglar todo aquello que hemos destruido. -se arrodilló para suplicarle- No puedo hacer esto sin ti.

Ella lo miraba negando con los ojos enjuagados en lágrimas y una decepción profunda en el corazón.

-Pues yo sí, porque ya no sé ni con quién me he prometido. -se quitó un anillo del dedo y se lo arrojó. -No eres el hombre del que me enamoré. Te miro y ni siquiera te reconozco.

-Estás fuera de ti. Te ciega la ira y no hablas enserio. -se quejó levantándose para intentar agarrarla. -¡No entiendo como no puedes confiar en mí después de todo!

Ella esquivó su mano con un gesto cargado de enfado y repulsión.

-¡Ni se te ocurra ponerme la mano encima, jamás! Me he hartado de ir en contra tuya, de tratar que entraras en razón. -ella se quedó a escasos centímetros de su boca para escupir con violencia: -A partir de ahora, haz lo que te dé la gana, pero mientras pise este mundo, nunca te saldrás con la tuya.

Él, desventuradamente, trató de cogerla una vez más; lo que hizo que se ganara un buen bofetón por parte de ella. Y así fue como empezaron a pelearse en medio de la calle, cosa que me hizo bajar rápidamente las escaleras. Sin embargo,  me encontré con una acera absolutamente vacía; como si todo lo que había presenciado anónimamente hubiera sido un espejismo. Salvo por un pequeño detalle que recogí del suelo, la prueba del delito; el anillo de compromiso.

EL ENTRAMADO [Dark Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora