Me miro en el espejo por un rato para ver si esto era lo correcto para ir al médico pero en encojo de hombros restándole importancia, acomodo un poco el pantalón holgado que tenía junto al suéter y mis zapatos deportivos antes de poder hacer algo escucho como la puerta se abre y te miro a través del espejo.
-Te tardas más que mi madre cuando va a una reunión importante -Dice un tanto divertido y al verlo con aquel traje formal frunzo el ceño -Después de ir al médico tengo que ir a mi empresa, me acompañarás - Me informa y asiento ligeramente regañándome mentalmente por las fachas que tenía para estos momentos.
Ambos bajamos las escaleras y salimos de la casa despidiéndonos de Tatiana quien fue la que tocó la puerta en la noche, resultando ser la que limpiaba la casa y hacía la comida siempre que el venía.
Nos montamos en el carro y el chofer empieza a manejar mientras veo la ciudad por un momento, siento sus manos ir a mi cintura y sentarme en su regazo mientras me acaricia el brazo para después acomodarme en su pecho.
-Si hubiera salido ayer si me hubiera congelado -Te miro y rio ligeramente ya que en el poco momento que estuvimos afuera el frío me había calado los huesos - Lo más probable es que la gente pensara que quería morirme de hipotermia o que era prostituta buscando trabajo - Rio y al ver tu cara seria alzo mis dos manos en señal de rendición.
-Si todo sale bien ya no lo serás nunca más -Murmuras en mi oído para después abrazarme colocando tus manos en mi abdomen y besarme el cuello antes de que parara el auto y nos bajáramos, al ver el gran hospital no puedo evitar sentirme intimidada de alguna u otra forma. Entramos y veo como hablas con una enfermera y ella me señala para que la siga por un pasillo hasta una habitación donde me pide que me recoja la manga del suéter para poder sacarme la sangre.
Al verte sentado a mi lado tomo tu mano apretándola cuando me duele el pinchazo y suspiro leve haciendo una mueca ya que no me gustaba nunca una aguja, cuando termina dice que esperemos aquí para hacernos algún tipo de recipe y entregárselo al ginecólogo que también tenían en aquel hospital.
-No quiero que me revise un hombre - Te miro un tanto seria mientras juego con mis manos y me acuesto en la camilla que había en la habitación bostezando un poco, pasas la punta de tus dedos por mi brazo un tanto distraído hasta que me miras.
-Créeme que nunca dejaría que alguien viera lo que me pertenece -Dices serio y me sonrojo leve - Le diré que te revise una chica, tranquila si? Me imagino que debe ser incómodo que te revisen ahí - Rio ligeramente y me siento para verte mejor.
-Para ser honesta yo le tengo pánico a esas cosas, cuando era niña y mi mamá quería que fuera siempre ponía una excusa así que en otras palabras nunca he ido a esa mierda y tampoco quiero ir - Me sonrojo leve y paso una mano por mi cara - Si no me tienen que revisar ahí abajo mejor para mi - Besas mi mejilla y veo como la chica entra dándonos un recipe y nos dice donde tenemos que ir para que mr revisarán
*
Después de casi una hora salimos del lugar con una bolsa llena de medicinas y una hoja donde decía cada hora que tengo que tomarla, vamos a la empresa y la gente me veía cuando estaba a tu lado mientras sostenías mi mano. No se si por mi forma de vestir que parecía una harapienta y el alguien millonario o tal vez por nuestra diferencia de estatura tan drástica o tal vez ambas.
Al llegar a su oficina me siento en el sofá que había mientras revisaba un rato mi teléfono, algunas de las chicas con las cuales trabajaban preguntaban por mi para saber cómo estaba y sonrío leve mientras hablo con ellas en su tiempo libre.
Te veo por un rato hasta que decidí tomarte una foto pero como siempre no puede faltar mi estupidez suena cuando la tomo haciendo que me veas y sonrío leve con inocencia.
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Diario de una prostituta (+18)
RomanceRose al enterarse de que no puede tener hijos decide integrarse al mundo de la prostitución, disfrutando la vida y cuerpo que tuvo. Marcos Díaz le ofrece una vida llena de oportunidades a Rose lo cual cambia todo, le ofrece lo que más anhela en la...