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—GENIAL CAMISA, JAKE —ROSA SONRIÓ APRECIATIVAMENTE ante la espantosa camisa gráfica.
Las cejas de Charles se fruncieron con preocupación. —Jake, ¿viste The Texas Chainsaw Massacre? Sabes que eso es demasiado aterrador para ti, no vas a dormir bien durante semanas.
—Gracias, Charles —Jake sonrió tensamente, no le gustaba que todos supieran que ahora le asustaban las películas de terror—. Pero esta no es mi camisa. Dormí en la casa de Tasha y derramé aderezo ranch en la mía.
—Le tienen tanto miedo a las películas, estaba demasiado asustado para siquiera usar la camisa al principio —le susurró Natasha a Rosa con una risa, pero ella le sonrió con cariño a su novio a pesar de todo.
—¿No tienes un cajón lleno de ropa en su casa a estas alturas? —Terry se preguntó.
—Sí, derramé el aderezo ranch por todo el cajón —explicó como si debería haber sido obvio—. ¿Qué es tan difícil de entender acerca de esto, chicos?
—¿Por qué no se mudan juntos y ya? —Rosa preguntó—. Pensé que estabas planeando hacerlo.
Natasha y Rosa salían una vez a la semana, alquilaban un almacén, ponían música increíblemente alta y rompían todo lo que pudieran encontrar. Curiosamente, fue muy terapéutico y relajante para ellas. Y durante este tiempo, hablarían, o en realidad gritarían, sobre su semana.
Fue durante esto que Natasha le contó a Rosa sobre sus planes de mudarse juntos pronto.
—Lo estamos. Simplemente no hemos decidido en qué apartamento vamos a vivir. Creo que Jake debería mudarse al mío, porque es más grande, más bonito y no está cubierto de moho negro —ella puso los ojos en blanco.
—¿Moho negro, Tasha? No está bien —se burló Jake ofendido—. ¿Verdad, Terry?
Frunció el ceño en confusión y levantó las manos confundido. —¿Qué?