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—DETENTE.
—¿Detener qué?
—Eso.
—¿Sonreír?
—Eso no es sonreír —se burló Natasha—. Eso es ser raro.
—No estoy siendo raro —se rió Jake mientras caminaba con sus manos entrelazadas mientras se balanceaban.
—Sí, lo eres. No has dejado de "sonreír" como un psicópata en toda la mañana. ¿Cómo es que tu cara aún no está rota? —ella frunció el ceño con genuina curiosidad.
—Porque estoy feliz —le sonrió con cariño antes de darle un beso en la mano—. Finalmente conseguí a mi dama.
Natasha sonrió tímidamente y miró hacia otro lado antes de alzar una ceja. —Creo que fui yo quien te atrapó.
Jake hizo una pausa y frunció los labios. —No, no creo que eso sea correcto.
—Mhm —asintió con una sonrisa—, no creo que estés recordando todo bien.
—No, no, creo que sí —sacudió la cabeza con confianza mientras se encogía de hombros con ligereza.
—Bueno, Rich tiene una grabación en video de todo el asunto —recordó Natasha con falsa indiferencia—. Eso te refrescará la memoria.
—Maldita sea, me olvidé de eso —se quejó.
—Seguro que lo hiciste —cantó Natasha riendo.
—Meh —murmuró mientras se encogía de hombros con torpeza.
—Impresionante —se rió y envolvió su brazo alrededor de su cintura—. Está bien. Sabía cómo estabas antes de preguntar.
Natasha sonrió al recordar aquella noche en Shaw's Bar cuando besó a Jake.
Después de que ella se apartó, él la miró fijamente en un silencio atónito mientras el resto del bar estallaba en vítores y aplausos.
