Parte 13, final. let's cry everybody.

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Maratón 5/5

  SungHoon río, y le ofreció su mano a Ni-Ki.

  Ambos conectaron miradas un segundo, pero que fue más que suficiente para saber que todo estaba bien si lo hacían juntos.

  Ni-Ki dejo entrever una pequeña sonrisa antes de tomar la mano de SungHoon y seguirlo cuando lo guío fuera del pequeño espacio que era la sala de sonido y luces, hacia la pista de hielo.

  —Dime Ni-Ki —comenzó a hablar el alfa cuando la música inició y ambos empezaron a deslizarse sobre el agua congelada. —¿Que es lo que te hace feliz?

  Ni-Ki frunció su ceño ligeramente mientras pensaba en su respuesta.

  ¿Que lo hacía feliz? Bailar, esa era su respuesta rápida y más acertada. Pero también le gustaban las flores, la primavera y las ardillas. Le gustaba molestar a su hermano mayor y disfrutaba de las comidas caseras que su madre preparaba. También sentía felicidad cuando veía a sus mejores amigos siendo tiernos entre ellos, aunque demostrara lo contrario. Las cartas de "P.S" le alegraban el día definitivamente, y las sonrisas del chico que ahora lo sostenía fuertemente por la cintura mientras lo alzaba en el aire eran como un afrodisíaco que le aceleraba el corazón. A Ni-Ki lo hacían feliz pequeñas cosas, como una abeja en una flor, o un niño jugando en un parque. Talvez un gatito ronroneando o una hormiga transportando una hoja. O un caramelo dado en el momento que se sentía mal. Le gustaba escuchar rock a todo volumen o música lenta para dormir. Le gustaba ayudar a las personas, aunque su cara de amargado las hiciera huir despavoridas. Le gustaba jugar juegos con sus hermanos y ayudar a su madre con su pastelería. Le gustaba jugar al football con sus primas chicas y hacerle trenzas a su primo mayor. Le gustaba que le regalaran dulces y sábados de películas con sus amigos. A Ni-Ki lo hacía feliz vivir.

  —El mundo. —respondió luego de un rato, cuando se separaron en una vuelta, lo suficientemente alto para que el Alfa lo escuchara.

  —¿El mundo? ¿Que tiene de interesante? —cuestionó confundido SungHoon, dejando que su pies se deslizaran con delicadeza sobre la superficie resbaladiza.

  —Las estaciones... Las risas, los olores, las palabras, los abrazos, las emociones... La felicidad y la tristeza, el amor y el odio, la nostalgia y los recuerdos... La arena de la playa, el pasto de un parque, la nieve de las montañas, los colores rojizos del otoño. El mundo es vida, y a mi me hace feliz vivir.

  SungHoon observó maravillado como miles de estrellas aparecían en los ojos de su menor, y de repente comprendió sus palabras.

  A SungHoon le gustaban los días de lluvia y cocinar para sus padres en su aniversario. Le gustaba alimentar a los perritos de la calle y darle caramelos a los niños cuando los veía llorar. Le gustaba sentir la brisa del invierno y que los copos de nieve le enfriaran las nariz. Le gustaba ir al cine con sus amigos e ir a los parques de atracciones. Le gustaba pasar horas leyendo Romeo y Julieta, aunque supiera de su trágico final. Le gustaba escribir poesía aunque fuera muy malo en ello. Le gustaba ver a Sunoo ayudando a Jake con el coreano, y a Jake ayudando a Sunoo con el inglés. Le gustaba escuchar los cuentos que su hermano menor escribía. También le gustaban los ceños fruncidos de Ni-Ki cuando se trababa o se caía en la pista de hielo. Le gustaba sentir el sabor del helado en verano, y los estofados de su padre en invierno. A SungHoon también le gustaba vivir.

  —Ni-Ki...

  —¿Si?

  La música llegó a su fin y con ella la coreografía de ambos chicos, pero ellos no se separaron. El aire pareció aligerarse y el mundo paro de girar unos segundos para ver a ambas almas entrelazarse tan íntimamente que no se podían distinguir una de la otra.

  —Me gustas...
 
  Una sonrisa surco el rostro del japonés, mientras sus manos se dirigían al cuello del más bajo.

  «—¿Quisieras sentir y amar la vida junto a mi?

  Ni-Ki soltó un suspiro antes de acercarse al rostro contrario lentamente mientras ambos cerraban los ojos. Sus labios al fin se tocaron, y aunque sabían que el sentimiento que los embargaba no era amor, no pudieron imaginar su futuro cercano alejados uno del otro. Ni-Ki quería experimentar todo con SungHoon, quería aprender a amarlo. Y SungHoon quería conocer todo de Ni-Ki, quería aprender a adorarlo.

  Se separaron cuando el aire les impidió seguir juntos, pero la distancia no se hizo visible.

  —¿Eso es un si? —cuestionó tímidamente el alfa.

  —Es un por supuesto.

  Un poco más alejados, cuatro chicos, separados en dos grupos y alejados por unos metros, miraban la escena y sonreian al ver a sus mejores amigos tan felices.

  —Me gustas—soltó de repente un omega rubio, haciendo que el beta australiano al lado suyo soltara una risa risueña.

  —Si esa confesión no viene con cartas y chocolates, entoces no quiero nada.

  Sunoo río, y Jake tomó su mano para atraerlo en un tierno abrazo.

  Por otro lado, un alfa castaño de nombre Lee Heeseung venía entrando para felicitar a su hermano menor cuando otro alfa, llamado Kang Taehyun y su pareja, Choi Beomgyu, chocaron contra el, deslumbrando a los tres con la belleza contraria. Pero eso es otra historia.

Fin

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Hola queridxs lectorxs. Soñar Contigo llegó a su fin más rápido de lo que imaginé, aunque cuando terminé esto apenas había publicado la carta cinco.

Ojalá hayan disfrutado de leerla tanto como yo de escribirla, nos vemos en futuras obras.

Se despide con un abrazo,

🌿Gibi

❝Soñar contigo「💌」SUNGKI/HOONKI❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora