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Los sueños que mis papás tenían

Y los sueños que yo tenía

Unir ambos no era realidad.

One Ok Rock – Nobody's Home




"Aldo me pidió que te enviara esto" Lili le dijo con una tímida sonrisa, extendiéndole una pequeña olla con un poco de sopa de pollo. "Y que me asegure de que hayas comido"

Gianluca suspiró rendido, agarrando la olla y sonriéndole por pura amabilidad nomás. Intentó verse sobrio luego de terminar casi una botella de licor solo.

"Gracias" le dijo. "No es necesario que hagas todo eso, soy demasiado grande como para que cuiden de mí"

"Aldo te debe conocer bien para pedir que cuide de ti" Lili contradijo, Gianluca gruñendo bajo. Intentó mantenerse a la raya unos minutos más y botarla educadamente sin sonar grosero. "Solo lo hago porque Aldo me lo pidió a maneras. Quiero asegurarme de que has comido por completo, a Aldo no le gustará saber que estás bebiendo"

"No estoy bebiendo" Gianluca le masculló.

"¿No crees que la bebida sería mejor acompañado de alguien?"

Gianluca suspiró sobando su frente con su mano libre, un poco más de paciencia por favor, un poco más.

"Lili, no es necesario que intervengas en mi vida privada ¿Capisce? Yo puedo cuidarme solo, así que hazme el favor de irte a la mierda. Le escribiré a Aldo que comí todo si es eso lo que te preocupa. Adiós"

"Oye..."

No escuchó nada más de la irritante voz de Lili luego de cerrarle la puerta en la cara.

Miró la olla que tenía en la mano y respiró profundo.

Su departamento olía a cigarrillos, alcohol y a la deliciosa sopa de pollo que Lili le había entregado

Una muy mala combinación en estos momentos.

Dejó la olla sobre la mesa y retiró la tapa, inhaló el aroma que desprendía y no pudo evitar sonreír a lo delicioso que olía. Tapó la olla nuevamente y la empujó a un lado, mirándolo con seriedad.

"No voy a comer ninguna mierda que haya enviado Lili, puede que esté con veneno" se decidió.

Ignoró por completo la sopa y fue al estante donde estaban licores, y optó por un pisco ahora. Con la botella en la mano regresó hasta el piano que estaba cerca de la ventana.

Miró la pantalla de su celular encenderse por sí sola mostrando notificaciones de mensajes que le llegaban. Bufando agarró molesto su celular y silenció cualquier tipo de notificación, olvidándose de mirar la hora.

Dejó su celular a un lado y se sentó en la silla que estaba frente a su piano. Llevó la botella a su boca y le dio un largo trago, ya acostumbrándose a ese típico ardor que sentía en la garganta.

No tomó importancia. Con alcohol pasando por sus venas y tristeza en el pecho, volvió a hacerlo nuevamente. Lo hizo en su soledad, sin que nadie lo escuchara o le dijera de cómo lo hacía. Si lo que hacía estaba bien o mal.

Sus dedos fueron al piano y lo presionó suave escuchando las primeras melodías de estas sonar. Era un leve alivio escuchar el sonido inundar sus oídos, y acompañarlo nuevamente en la soledad de su departamento.

Go Away → GL & ACDonde viven las historias. Descúbrelo ahora