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Yo lo sé, tú lo sabes

¿Qué pasaría si te dijera que me gustas?

Nos quedamos, nos vamos

Johnny Orlando – What If Ft. Mackenzie Ziegler




Toc, toc, toc.

Gruñó molesto agarrando la almohada y cubrió sus oídos.

Toc, toc, toc.

De nuevo ese molesto sonido inundando sus oídos, gruñó esta vez, pero más bajito haciendo pucheros.

Toc, toc, toc.

Gianluca hizo sus pucheros más intensos y se sentó en la cama lloriqueando mientras buscaba sus pantuflas.

"Gianluca sé que estás ahí, abre la puerta. Soy Aldo"

Soltó un pesado suspiro y fue al baño, se mojó el rostro para regresar en sí y no parecer que recién se había levantado. Caminó hasta la entrada de su departamento y luego de bostezar abrió la puerta.

En serio ¿Quién era Gianluca para despertar y encontrarse con tal bonita sonrisa?

"Buenos días dormilón, traje a alguien que quería verte" Aldo lo saludó mientras soltaba la correa a Bruce.

Gianluca sonrió recibiendo gustoso a Bruce, quien le alzó las patas en busca de un poco de mimos y caricias por parte suya.

"Buongiorno, Aldo" le dijo mientras se ponía de cuclillas y recibía lamidas del can en todo su rostro evitando que haga contacto directo con su boca, no evitando reír. "¿Por qué tan temprano por aquí?"

Aldo esperó que Gianluca se llevara a Bruce a la sala para así poder ingresar al departamento jalando una pequeña bolsa de compras con él.

"Resulta que ayer mandé a Lili con sopa de pollo porque no quisiste venir conmigo a cenar. Sabía muy bien que no ibas a ir a un restaurante a cenar así que le pedí un favor a Lili para que te enviara y según ella, la mandaste a la mierda" explicó Aldo caminando sonriente hasta la cocina, sacando los productos que compró. "Luego preocupado por el estado en el cual Lili te encontró, llamé a Yoshimar para que se asegurara si estabas completamente borracho y que te haga comer a la fuerza la sopa de pollo"

"¿De cuándo aquí Lili es tu mensajera?" le preguntó Gianluca llegando hasta la cocina, terminando de ponerse otra camiseta que no apestara.

"Desde ayer, no tuve otra opción que pedírselo" Aldo sacó las fresas y las dejó caer en un recipiente que encontró. "Extrañamente, Lili es muy agradable. Cualquier otra persona en su lugar me hubiera mandado a la mierda, pero ella no se negó. Así que le debo un cebichito de carreta por haberte preparado la sopa de pollo ¿todo bien anoche? ¿Te duele la cabeza? ¿Te preparo un poco de té para que te recompongas? ¿Algo en especial que desees hoy"

"Estoy bien, no hay de qué preocuparse" Gianluca le sonrió amable, mirando curioso las fresas que Aldo se ponía a lavar. "Aldo, ¿no crees que Lili es un poco...? No lo sé, ¿Lanzada?"

Aldo suspiró bajo dejando las fresas a un lado para mirarlo.

"No puedo juzgarla, Gianluca. Sería muy cara de palo de mi parte hacer eso" Aldo se rió de sí mismo, buscando entre los cajones algún cuchillo para cortar las hojas que veían junto a la fresa. "Yo en su lugar haría lo mismo si estoy enculado de alguien"

"¿Enculado?"

"Si"

"¿Qué es eso?"

"Es como estar... templado de alguien..."

"Cero jergas, que no entiendo nada" pidió rascando un poco su cabello.

Aldo soltó otra risita quitando las hojas de la fresa con cuidado, dándole uno a Bruce que le estaba alzando la pata a cada rato.

"Me veo en la obligación de aprender italiano si voy a tener que comunicarme bien contigo" Aldo admitió entre risas. "Estar enculado o templado de alguien sin importar su sexo, es estar como ilusionado. Es lo que Lili ahora siente, una ilusión o gusto hacia mí, así que tengo que rechazarla de la manera menos cruel. No quisiera hacerla sentir mal. Si yo también estuviera ilusionado de alguien, haría lo que esté a mi alcance para que esa persona sienta lo mismo que yo, que de esa ilusión se vuelva a un enamoramiento y quizá un amor verdadero"

"Hablas como si estuvieras enculado" Gianluca señaló, mirándolo coqueto.

Aldo sintió sus mejillas arder, un sutil rojo subió por sus mejillas.

"No, no lo estoy" negó él concentrándose en las fresas.

"Aldo, está enculado..." canturreó Gianluca provocando que Aldo se volviera más rojo. "Aldo, está enculado. Aldo, está enculado"

"Cállate por favor" pidió bajando la cabeza, una risa vergonzosa saliendo de sus labios.

"¡Aldo enculado! ¡Aldo enculado! ¡Aldo enculado!" siguió cantando, añadiendo unos aplausos.

"¡Cállate Gianluca!"

"Bruce" Gianluca llamó al perro, al mismo instante apareció él, mirándolo atento. "¿Tu papi Aldo está enculado?"

Bruce le ladró afirmativo en todo momento.

"¿Vez?" Gianluca señaló al perro. "Hasta Bruce sabe que estás enculado"

"Putamare" se quejó Aldo lanzándole una fresa en la cara, cayéndole justo en la boca. "Haces que suene vergonzoso mi enculamiento"

Gianluca abrió los ojos mientras mordía la fresa.

"Entonces ¿sí estás enculado de alguien?" le preguntó.

Aldo hizo pucheros volteando junto con las fresas, siguiendo su trabajo en limpiar bien las fresas.

"Calladito te vez bien bonito, así quédate hasta que termine el desayuno"

Gianluca soltó una carcajada, casi atorándose con la poca fresa que aún quedaba en su boca.

Las oportunidades se presentaban una vez, no iba a desaprovechar esta.

Se acercó hasta Aldo, quedando justo detrás de él. Aldo sintió la respiración del italiano golpeándole la nuca provocando escalofríos en todo su cuerpo y que su piel se pusiera de gallina.

Carajo.

Las mejillas de Aldo no pararon de estar rojas, intentó concentrarse en terminar su labor de limpiar bien las fresas ignorando una presencia detrás de él. Sus manos casi temblando cada vez que quitaba las hojas de las fresas.

Sintió sus piernas flaquear al sentir una mano en su cintura, una mano.

No quería voltear a verlo, ahora sentía su aliento justo detrás de su oído.

Tragó duro mirando las fresas en todo momento, ya no sabiendo que hacer porque ya había terminado de limpiarlas por completo. Y tenía que moverse de algún modo para buscar la licuadora y hacer jugo, pero mierda, no quería romper ese momento.

No ahora.

"Lindas piernas, Aldo"

Sintió unos suaves labios besarlo detrás de la oreja y vio una mano traviesa quitarle las fresas que había en el recipiente.

La mano que estaba en su cintura desapareció al igual que la presencia de Gianluca.

Para su grandiosa suerte, o gracias a lo que sea que estuviera ahí arriba, recibió una leve nalgada en el trasero acompañado de una pequeña risa de Gianluca.

"Aldo, está enculado" cantó otra vez Gianluca.

Si, definitivamente Aldo Corzo estaba enculado.

Hoy lo comprobó.

Go Away → GL & ACDonde viven las historias. Descúbrelo ahora