Gianluca Lapadula era su crush.
Y tontamente enamorado de él, lo entregó todo a cambio de nada.
Buscando mil maneras de enamorarlo, y de respuesta recibió miles de excusas.
"¿Quieres ser mi amigo con derecho?"
"Vete a la mierda, Gianluca"
-A Lapacor...
Gianluca apretó sus puños mirándose en el espejo quebrado por él mismo frente a él. Su reflejo luciendo miserable, sus nudillos le dolían y apostaba que aún quedaban restos de vidrios ahí.
Limpió algunas lágrimas que seguían cayendo por sus mejillas, manchándose con su propia sangre, quizás raspándose un poco la mejilla en el proceso.
Apoyó sus manos en la cama para poder levantarse, los rastros de sangre quedaron ahí.
Ya ni siquiera se sentía conectado con su cuerpo, solo avanzó por la oscura soledad de su departamento y caminó hasta el balcón, donde estaba su piano igual de impecable como siempre.
Tomó asiento frente al piano, sus manos doliéndole cuando tocaron los teclados el piano.
Aquel dolor no era nada común que no hubiera sentido desde hace tiempo.
Inhaló profundo mirando los teclados blancos, ahora un poco manchado por su propia sangre.
Ignoró el dolor que sentía en los dedos y tocó el piano, y sintió un alivio al escuchar las primeras notas de "Love Of My Life" que ahora lo acompañaba y no se sentía tan solo.
Cerró los ojos disfrutando el sonido, en su mente reproduciéndose la voz de Freddie Mercury, quizás el mismo Gianluca cantando en voz alta y ni cuenta se daba. Solo disfrutó del sonido de su piano y el alivio presente ahí en su pecho.
When I grow older... I will be there at your side to remind you
How I still love you
Un pequeño recuerdo vino a su mente, acompañado de una persona que estuvo para él en momentos decisivos para su vida. La necesidad de escuchar su voz se hizo evidente, y al no lograr escuchar su voz recurriría a recursos que no quería volver a hacerlo nuevamente.
Dejó los teclados del piano manchados de sangre y buscó entre sus bolsillos su celular, buscando el contacto entre sus mensajes recientes de WhatsApp, sus ojos borrosos no permitiéndole ver bien la pantalla.
Bibi Aldo (2)
L. (4)
Tocó uno de los contactos y se tragó duro al escuchar el tono de espera hasta que la llamada pueda conectarse.
"¿Gianluca?"
Casi sintió un peso menos en su espalda y suspiró aliviado.
Al escucharla una lágrima bajó por su mejilla.
"Leila, ayúdame por favor"
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