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"Me llegas al pincho" Isis le masculló golpeando su pecho con toda su fuerza. "Puta madre ¿por qué no puedo tener quince centímetros más para poder golpearte con más fuerza?"

Alexander soltó una risa moviendo los cabellos de Isis.

"De nada te sirvió inscribirte a clases de Kung-fu, Isis" Alexander le guiñó el ojo, bebiendo el agua que estaba en la mesa. "No podrás tumbarme al suelo así te lleve más de cinco años practicar Kung-fu"

Isis lo miró horrorizada llevándose la mano al pecho, dramatizando lo dolida que se sentía.

"Me dueles Alex" Isis dijo limpiando una falsa lágrima. Ahora se puso seria cruzándose de brazos. "Hace dos días traes a mi tito Aldo de amanecida ¡Completamente borracho! Su cuello estaba más chupeteado que yo cuando regresé de una fiesta cov..." Isis se tapó la boca al darse cuenta de que había abierto la boca de más. "Olvida lo que dije"

Alexander negó sentándose en uno de los muebles mirando a la adolescente.

"Cuando traje a tu tío ¿acaso yo estaba borracho?" Alex le preguntó. Ella negó. "No podía decirle qué hacer y qué no hacer a tu tío cuando estaba borracho. Si él decidió aventurarse con cualquier chica... porque tú también conoces a tu tío y sabes lo heterosexual y vulgar cuando está borracho es asunto de él. Yo estuve a su lado hasta que el mismo Aldo dijo basta a las copas de más"

"Te odio" Isis masculló sentándose en el suelo, Bruce yendo hasta su regazo y quedarse ahí para ser mimado. "Igual, me llegas al pincho porque estás de su lado"

Alex la miró confundido.

"¿De qué hablas?" preguntó.

Isis bufó poniendo los ojos en blanco.

"Mi tito Aldo se habrá tragado el cuento de: Aldo, quiero que me acompañes a que conozcas mi nuevo departamento que compré en La Molina" Isis imitó el mismo tono de voz que utilizó Alexander para convencer a Aldo. Luego regresó a su frívola mirada. "Yo no me trago ese estúpido cuento, sé lo que tramas Alexander y no voy a permitir que utilices a mi tito para su fechoría sexual"

"¿De qué carajos hablas Isis?" Alexander preguntó frunciendo el ceño. "No pienso acostarme con tu tío, solo quería que me acompañara ¿De dónde sacas eso?"

"¡A mí no me vas a agarrar de huevona!" Isis lo señaló con el dedo, muy a la defensiva. "Te quiero mucho y todas esas mierdas cursis, pero si se trata de mi tito Aldo ¡Y más si él va a salir lastimado! Yo misma me desconozco"

Alexander resopló sobando su frente mientras negaba.

"No puedo creer que pienses de esa manera de mí, Isis"

"Yo sé que estás de su lado" Isis lo acusó, mirándolo fijo. Alexander sosteniendo la mirada. "Yo sé que esta mierda que estás haciendo es falsa y no me vas a poder engañar Alex. Yo lo sé, porque yo fui la primera opción, aquí tú eres el plato de segunda mesa"

"¿De qué hablan?" Aldo preguntó llegando a la sala, acomodando un poco su polera.

"De los genes Corzo" Alexander mintió sonriéndole. Aldo sonrojándose un poco mirando a otro sitio. "¿Estás listo?"

"Insisto ¿no me pueden llevar?" Isis preguntó haciéndole ojitos a su tío, en busca de una aceptación. "Juro que me quedaré en un rincón del departamento en silencio. No haré bulla y ni se darán cuenta de que estoy ahí con ustedes"

"¿Presentaste álgebra?" Aldo le preguntó alzando una ceja. Isis negó cruzándose de brazos. "La siguientes nos acompañas ¿sí? Al menos intenta resolver las ecuaciones"

"¡Me llega al pincho las matemáticas!" Isis masculló apoyando su mejilla en su mano. "No lo entiendo sinceramente... ¿para qué despejar Y si yo siempre soy X para esa persona? Lo peor, es que mi tutor personal de matemáticas me llega al pincho"

Aldo dejó ir una risa acercándose a dejar un beso en su mejilla y acariciar sus cabellos.

"Voy a regresar sobrio antes de que te duermas" Aldo prometió.

"Está bien" Isis dijo poniendo los ojos en blanco.

"Cualquier cosa te llamo, si tienes hambre ya sabes dónde está la tarjeta ¡Y no lo gastes en ningún álbum vinilo de Kiss por favor!" Aldo advirtió caminando hasta la puerta dándole una última mirada. "Y nada de convertir mi departamento en un hotel telón de mala muerte mucho menos una fiesta ¿de acuerdo?"

"Estoy ofendida"

"Hasta luego Isis"


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"¿Hace cuánto compraste tu departamento?" Aldo le preguntó, apoyándose a la pared del ascensor. "Creí que odiabas estar en La Molina"

Alexander se encogió de hombros restando importancia al asunto.

"Las personas cambian de opinión ¿no es así?" Alexander respondió, para luego seguir tecleando la pantalla de su celular. "En cuanto lo obtuve, quise traerte... ya me jode vivir en un departamento alquilado y no adquirir nada, solo llenando los bolsillos del propietario"

"Al fin pensaste algo bien" Aldo le felicitó. Mirando las puertas del ascensor abrirse por sí solas. "¿Aquí?"

"Algo así"

Aldo siguió a Alexander por el resto del pasillo mirando concentrado en lo bonito y presentable que se veían.

Frunció el ceño cuando Alexander tocaba la puerta.

"¿No se supone que tienes la llave?" Aldo preguntó.

"Oh, sí" Callens respondió asintiendo. "Solo, quería recoger algo que le había encargado a mi vecina"

Aldo asintió suavizando su expresión, pronto palideciendo cuando la puerta se abrió.

No era lo que esperaba, jamás lo había considerado. Mucho menos que esa persona estuviera detrás de esa puerta con su radiante sonrisa, siempre puesta en Aldo.

"Aldo" lo saludó, ampliando su sonrisa. "Qué sorpresa"

"Leila" Aldo dijo sin aliento. Parpadeando en reiteradas ocasiones no asimilando lo que sucedía. "¿Qué haces aquí?"

Ella se apoyó al umbral de la puerta mirándolo fijo, su sincera sonrisa está ahí presente.

"Vine a pasar mi luna de miel aquí" respondió.

Aldo se quedó sin aire en los pulmones, parpadeando sin poder creer lo que estaba escuchando.

No podía creerlo.

Es poco creíble las palabras que dijo Leila. No supo si confiar en ellas.

Pensó en un momento que eso es mentira, pero después vio a Gianluca aparecer detrás de ella con una expresión neutra.

"Aldo"

Aldo no quiso escucharlo.

Go Away → GL & ACDonde viven las historias. Descúbrelo ahora