De virtudes a pecados. (Catradora UA)

¡Hijo de puta!

-Vale, a ver que me entere. - Bow se encontraba con los ojos cerrados con fuerza mientras su índice y pulgar sujetaban su tabique y su expresión mostraba una clara disconformidad. - Tu plan. - Exhaló en un intento de calmarse. - Consiste en que vuele hasta el edificio en el que tu entres mientras mi figura física es ocultada por unas...- Volvió a exhalar. - nubes grises. -La menor se encogió de hombros mientras le miraba con inocencia.

-A términos básicos si, ese sería mi plan.

-Glimmer. - El moreno se puso frente a ella con ambas manos juntas, como si fuera la quinta vez que intentaba explicarle a un niño porque no podía jugar con la pelota dentro de casa. - Sigo siendo una fuente de energía sagrada y en ese entorno me seguirán notando ¡Seguirán sabiendo donde estoy!

-Pero no te verán. - Dijo con obviedad, consiguiendo que su compañero la mirara perplejo.

- ¡¿Y eso que soluciona!?- Mencionó exaltado.

- ¡Todo! - Respondió como si fuera lo más obvio del mundo. - Si no te ven solo sentirán una presencia divina.

- ¡Glimmer ese de por sí ya es un-

- ¡En el cielo! - Aquellas palabras irrumpieron las dudas del moreno comenzando a ganar su interés, cosa que Hambre logro apreciar, por lo que continuó con su explicación. -Solo sentirán unas ganas enormes de venerar al cielo, no a algo en concreto, si no al lugar donde se supone que habita Dios.

- ¿Y cuando baje para seguirte?

-Tus flechas.

- ¿Mis flechas?

-Creas flechas de luz, eso es prácticamente energía sagrada condensada.

-Quieres que lance una como señuelo. - Musitó levemente el mayor. - Pero su energía sagrada sigue siendo mucho menor a la mía.

-Pero brillan. - Respondió sin rodeos. - Los humanos son simples, les das algo que venerar, un señuelo visual y ya no prestan atención a nada más. Luego simplemente la haces explotar a un rango seguro y ¡Puf! Nosotros logramos entrar mientras todos en el vaticano vivirán felices el resto de sus vidas por creer que han presenciado un pequeño milagro, que en realidad no era nada más que un fuego artificial con más potencia de la que debería.

-Esa... explosión los dejaría ciegos.

-Temporalmente, bueno, dependiendo del rango, pero me entiendes. - El moreno le miró confuso.

- ¿Es parte de tu plan?

-Claro. - Y una enorme sonrisa surcó su rostro.

- ¿¡Por qué?!- Y aquella sonrisa se juntó con una mirada que claramente le expresaba lo lento que estaba siendo para ella.

-Porque una vez el espectáculo de luces se acabe nosotros seguiremos allí y volverás a ser el centro atención, con la ceguera al menos ganaremos más tiempo.

-Entonces no lo verán como un milagro.

-Cuando la recuperen si, acabarán viéndolo como una advertencia del bondadoso Dios al que sirven, lo humanos son así con cualquier cosa, por ejemplo, una vez Adora me estaba enseñando un hechizo de fuego y sin querer incendie una zarza, para cuando nos quisimos dar cuenta ya había un humano allí y...- Su voz murió lentamente antes de taparse la boca y mirar a su compañero con mirada inocente.

- ¿Una zarza? - Preguntó justo antes de la iluminación llegara a su rostro. - ¿¡Fuisteis vosotras las que mandasteis a Moisés?!

- ¡Fue sin querer!

- ¿¡Fue sin querer?! ¡Hacerse pasar por Dios para mandar a un humano a liberar a todo un pueblo de la esclavitud de un imponente reino! ¡¿Fue sin querer?!- La peli rosa se rio nerviosa.