Capítulo 10

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Harry nunca había visto nada así. Por lo menos no lo había visto en la realidad. Solo en documentales.

Era en una playa, de lo que supuso debía ser una isla. Por que esas playas siempre estaban en las islas. Era la arena más blanca que había visto. Fina y cálida, pero sin quemar. Las aguas tenían un color que variaba entre el turquesa y el más intenso azul celeste. Algo más lejos podía ver una barrera de arrecifes y tras ella, el color del océano era azul oscuro.

La playa estaba bordeada de árboles. Las palmeras se inclinaban sobre el agua, algunas casi paralelas, con sus hojas rozando la superficie.

Estaban junto a una pasarela de madera que iba desde la cercana arboleda hasta una plataforma sobre el agua. Encima de la plataforma Harry pudo ver una cabaña de madera, con el techo de paja. Tenía forma circular. Con varias ventanas que miraban hacia el océano y la isla y una puerta.

-Ven, te enseñaré esto.- Fueron las primeras palabras que le dirigió Tom. Que por otra parte, parecía encantado con la reacción de Harry. Tom lo acompañó hacía el límite de los árboles.

-Antes de que comiences a preguntarme donde nos encontramos te diré que en una pequeña isla. No figura en los mapas muggles. Esta protegida mágicamente.

Tom se había detenido a la sombra de las palmeras. Observaba detenidamente el rostro de su joven acompañante. Sabía que Harry no había estado nunca en una playa, mucho menos en una isla como aquella. Quería que Harry disfrutase los días que iban a pasar allí.

-¿Te gusta?

-¿Qué si me gusta?... No creía que estos lugares fuesen reales... es... ¡Es un paraíso!.

Harry miraba sorprendido lo que le rodeaba. El sol relucía con fuerza sobre el agua. Las palmeras proporcionaban una agradable sombra. Una cálida brisa mecía las hojas. Y el ambiente estaba lleno de increíbles aromas, totalmente desconocidos para el joven.

-Vamos a ver la cabaña.

La cabaña en cuestión, al igual que la plataforma sobre la que estaba y la pasarela que conducía hasta ella, estaba construida con madera de teca, con el techo recubierto de paja. Era más amplia de lo que parecía desde fuera. Contaba con dos dormitorios, un amplio salón, una gran cocina y un cuarto de baño con todas las comodidades.

Los muebles estaban en concordancia con el lugar. El bambú abundaba. Al igual que los tejidos naturales para vestir la casa, como la seda y el algodón.


No bien hubieron entrado en la cabaña Tom se volvió a Harry.

-Tus cosas están ahí.


Y era cierto. Al fondo de la estancia estaban las cosas de Harry. Pero había algo más que él no había preparado. Su escoba. Sobre su bolsa con sus cosas, se encontraba su escoba.

Hacía tanto que no la podía usar que lo único que había hecho con ella era limpiarla y pulirla hasta la exasperación.

-¿Qué hace aquí...?

-Espera. No seas impaciente. Aún hay algo más que deseo hacer.

Se acercó al joven y puso sus manos alrededor del cuello del mismo. Harry se sobresaltó. Había aprendido a confiar en el hombre. Pero aún había cosas que se le hacían difíciles de sobrellevar.

-¡Tranquilo! No te voy a hacer nada.

La sonrisa en el rostro pareció calmarlo algo. Las manos que se habían levantado y separado de él, volvieron a descender. Se pusieron sobre el collar y... lo abrieron.

Lo que yace en la oscuridad [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora