Lo que yace en la oscuridad [TERMINADA]

Capítulo 19

El medi-brujo que le había quitado a Harry de los brazos no había hecho ningún comentario. Solo le había impedido el paso a la sala donde había llevado al chico. Casi en el mismo instante en que el brujo desaparecía, se materializaba Sirius. El hombre estaba tan pálido como podía estarlo Tom. Una mirada acosada en sus ojos. Las manos le temblaban ligeramente.

Nadie había dicho nada sobre el estado de Harry. Llevaban horas esperando, sentados en aquella solitaria sala de espera al principio. Sala que con el paso de las horas se había ido llenando. Tras Sirius había llegado Maryam. La mujer había avisado a las autoridades, después de dejar a Draco Malfoy en su casa.

Eso no le había gustado a Tom. Quería al chico encerrado. Quería que sufriese como había sufrido Harry. Quería... En realidad no sabía que quería. Solo deseaba borrar las últimas horas. Deseaba volver al instante en el que hizo preparar la ropa para Harry. Deseaba no haber ido a la maldita fiesta.

Poco después llegaron Hermione y Ron. La chica había llorado desconsoladamente al saber lo ocurrido. Ron había permanecido a su lado, abrazándola, pero en su rostro se podía apreciar el profundo dolor que lo embargaba. Tras ellos sus padres. Primero los señores Weasley. Molly con los ojos enrojecidos y una mirada de dura determinación en los mismos. Poco después los señores Granger. Dumbledore y McGonagall, otros profesores de Hogwarts. Al parecer la noticia de lo sucedido corría como la pólvora. Todo el mundo quería conocer en que estado se encontraba Harry. Todos preguntaban como lo estaba sobrellevando Tom.

Eso es lo que temían. La vuelta de Lord Voldemort. Eran conscientes de que solo la presencia de Harry mantenía a Lord Voldemort encerrado en algún lugar dentro de Tom Riddle.

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Habían pasado varias horas y solo había aparecido un ayudante a decirles que estaban haciendo todo lo posible por estabilizar a Harry. Hermione, Ron y McGonagall se encargaron de traer comida para los que esperaban. Pero ni Tom ni Sirius fueron capaces de probar bocado.

El antiguo Lord oscuro parecía acosado por fantasmas que solo él podía ver. Varias veces se había acercado a la puerta que los separaba del lugar en el que había desaparecido Harry... y otras tantas veces había vuelto para atrás.

Por otro lado Dumbledore, estaba preocupado por lo que estarían haciendo Snape y Lupin. Aun no habían dado señales de vida. Y el brujo temía lo que pudiese pasar. Snape no era dado a sutilezas y Lupin... bueno para Lupin, Harry era como su hijo. Por lo que nadie podría culparlo por lo que hiciese.

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Al fin las ominosas puertas se abrieron y varios medi-brujos salieron por ellas. Tom fue el primero en alcanzarlos... seguido muy de cerca por Sirius. Por primera vez desde el día en el que Sirius se había plantado en casa de Tom, los dos parecían buscarse uno al otro para apoyarse. Sabían que Harry los iba a necesitar. Y no podían fallar al chico.

-Se recuperará.- El suspiro de alivio fue generalizado al oír las primeras palabras del hombre.- Aunque su estado es grave.- Se apresuró a añadir.- Lo hemos llevado a una habitación, donde podrán verlo dentro de un rato. Ahora me gustaría hablar con usted en privado.- Añadió dirigiéndose a Tom.

Pero aunque la mayoría de los presentes se retiraron, Sirius permaneció en el sitio. Sin moverse. De lo que se trataba era de su ahijado, y no iba a permitir que nadie le impidiese saber que era lo que estaba pasando.

Ante la mirada del medi-brujo Sirius permaneció firme en el lugar.

-Lo que tenga que decir puede decirlo delante de él. Es de la familia de Harry.- Aunque estaba dispuesto a aceptar al hombre por el bien de Harry, no pensaba llegar tan lejos como para decir que era de su familia.