Lo que yace en la oscuridad [TERMINADA]

Capítulo 14

La mañana encontró a Harry profundamente dormido junto al cuerpo de Tom.

El hombre lo observó en silencio. Permitiéndose unos momentos de autoindulgencia en la contemplación de la criatura que se acurrucaba contra él.

Harry parecía un ángel. Pequeño y delicado. La mal nutrición de su infancia no le había permitido alcanzar mayor altura. No era excesivamente bajo, pero en comparación con él, parecía indefenso.

Ahora observándolo dormir, con los labios entreabiertos por el sueño, el pelo alborotado y las mejillas sonrosadas se supo el ser más afortunado del universo. Un pequeño puño estaba junto a esos deleitables labios, la otra mano desaparecía bajo la almohada. Tumbado boca abajo, con las sábanas enredadas en su cuerpo... ¡Deseó no tener que despertarlo! ¡Deseó poder pasar todo el día con el joven entre sus brazos!... Deseaba pasar toda su vida junto a Harry.

Pero había cosas que hacer. Asuntos que arreglar y personas a las que ver. Daría lo que fuese para que Harry no tuviese que volver a enfrentarse con Sirius. Pero el joven lo necesitaba en su vida. Y si para ello tenía que abrir la dura cabeza de aquel hombre, Tom se juró a si mismo que lo haría.

Acarició con suavidad la expuesta piel de la espalda del joven. Blanca, nívea. Dejando que sus dedos se deslizasen con suavidad y a la vez intentando que Harry despertase.

-Despierta pequeño- su voz un suave susurro junto al oído de Harry. Su mano apartando el rebelde pelo de la frente.- Vamos, despierta.

Harry se removió un poco, ocultó el rostro en la almohada e intentó seguir durmiendo. No quería despertar. No deseaba enfrentar el día. Tenía miedo.

-¡Venga dormilón!- ahora la voz ya no hablaba en susurros y Tom lo zarandeaba, haciéndolo reír.

Harry se desperezó como un gato. Estirando todos los músculos de su cuerpo de forma sensual. Inconsciente del efecto que producía en Tom. Se sentó en la cama, con la sábana arremolinada en torno a sus caderas y miró a Tom con unos somnolientos ojos verdes.

-Buenos días.- Se inclinó hacía el hombre para el acostumbrado beso matutino, que se había convertido en un ritual al despertar desde aquella primera mañana en la isla.

La sonrisa adormilada del joven por las mañanas se había convertido en una autentica droga para Tom.

-Hemos recibido la contestación de Sirius. Estará encantado de verte hoy.

Al oír eso Harry se sorprendió. No esperaba que Tom se mostrase deseoso de verlo. No después de lo que había pasado hacía unos días. Miró a Tom extrañado.

-Al parecer algo o alguien le ha hecho recapacitar. No me preguntes quien o que. No lo sé.

Harry supuso que debía de haber sido Remus.

-Venga Harry. Te acompañaré y esperare a que termines. Le he pedido a Dumbledore que se reúna allí con nosotros.

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Remus fue el encargado de recibirlos. Los brillantes y sonrientes ojos dorados le dieron la bienvenida a Harry, antes de fijarse en Tom con una mirada algo menos agradable. Les franqueó el camino hasta la biblioteca y pudieron ver que junto al fuego de la misma ya se encontraba Dumbledore. El anciano saludó calurosamente a Harry y estrechaba con fuerza la mano de Tom en el preciso instante en que hacia su aparición Sirius.

Inseguro sobre como proceder el hombre se acercó a Harry.

-Hola Harry- saludó de manera más bien fría y formal.