Capítulo 6

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Se encontró recostado en un diván con una manta cubriéndolo. En la chimenea un fuego ardía, iluminando la habitación con su cálido resplandor. Sentado en un sillón junto a la misma estaba Voldemort. Un libro abierto sobre sus rodillas. Parecía absorto en la lectura.

-Buenas tardes.

La abstracción del oscuro señor era una ilusión. Estaba claro que era bien consciente de todo lo que sucedía a su alrededor.

-¿Qué ha pasado?.- La voz de Harry somnolienta.

-¿No lo recuerdas?

-Algo.- El joven intentaba rehuir la mirada del otro hombre.

Lord Voldemort se levantó de su asiento y se acerco hasta donde yacía Harry. Una curiosa expresión iluminaba el rostro, normalmente serio y adusto, del hombre.

-¿Qué es lo que recuerdas?

Harry pareció enrojecer, palidecer y volver a enrojecer casi simultáneamente. Tal vez recordase algo mas de lo que decía.

-El periódico, y...

-¿Sí...? ¿Qué más?

-Te pegue.

El rubor que cubría todo el rostro se intensifico. Sí, recordaba bastante bien lo que había pasado. Quizás intentase olvidarlo.

Lord Voldemort cambio abruptamente de tema. No quería acosar a Harry y que este se sintiese incomodo. Ya habría tiempo para comentar todo lo que pasaba. Y para las explicaciones que fuesen necesarias.

-¿Tienes hambre? No has comido nada en todo el día. Además, debes de estar agotado ¿No?

Harry creyó detectar un toque de burla en la voz. ¿Cómo iba a estar agotado, si había estado todo el día durmiendo?

-Tengo hambre.

-Bien. Ven conmigo y hablaremos mientras cenamos. Luego podrás descansar y mañana, sin falta, iremos a que te hagan algo de ropa. No puedes seguir vistiendo así.

Harry observó los desgastados y rotos pantalones, demasiado grandes para él. Así como el jersey, que colgaba suelto de sus hombros.

En el comedor con el que ya empezaba a familiarizarse encontraron la mesa puesta. Solo faltaba que se sentasen para que la cena apareciese.

Voldemort había ayudado a un más que cansado Harry a llegar hasta la mesa. No se había dado cuenta de lo agotado que estaba hasta que intentó caminar.

Mientras iban hacía el comedor, Harry pudo observar algunos arañazos en el cuello del hombre. Debía de haberle golpeado con más fuerza de la que recordaba. Voldemort noto la mirada del joven y sonrío.

-No te preocupes. Parece más de lo que es en realidad.- Su sonrisa se amplió.- Eres más fuerte de lo que pensé. Tus brazos están en peor estado que mi cuello.

Ya sentado a la mesa, Harry se miró los brazos. Pudo observar los hematomas que comenzaban a formarse, aunque no sentía dolor. Debía de haberle aplicado algún ungüento.

Las fuentes sobre la mesa se llenaron con distintos platos, todos pensados para tentar el apetito de un joven. Pero Harry, después de servirse algo de carne asada y guarnición, se limito a picotear un poco. No se encontraba con fuerzas para comer.

Al final, y convencido de que no conseguiría que Harry comiese nada más, Voldemort lo llevó a una de las salas a las que se accedía directamente desde el patio de la alberca. Por la ventana frente a la cual estaba el sofá en el que se sentó Harry podía observar una magnifica vista del valle en el que se encontraba la fortaleza y al fondo las majestuosas montañas con sus cumbres ya apenas nevadas. El aíre estaba cargado de los intensos aromas de las flores de los jardines.

Lo que yace en la oscuridad [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora