Capítulo 17

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Con el paso de los meses Harry había caído en la rutina. Él y Tom llevaban una vida más o menos tranquila. Sirius había llegado a aceptar su relación y ya no intentaba matar a Tom.

También había llegado a dominar sus nuevos poderes y ya no necesitaba el collar que durante tantos meses adornó su cuello. No es que lo quisiera de vuelta, pero a veces sentía que la falta del mismo lo distanciaba de Tom. Era como si desde que se lo había quitado el mundo hubiese dejado de saber que ellos dos eran pareja. Era un sentimiento extraño, pero Harry no podía evitarlo. Quería que todo el mundo supiese que Tom y él estaban unidos de por vida.

El hombre se mostraba infinitamente cariñoso con él, pero Harry sentía que faltaba algo. Un compromiso. Algo que los atase definitivamente, algo que sirviese de prueba ante el mundo. Era consciente de que era una tontería. Tom había dejado bien claro ante todo el mundo que estaban unidos de por vida, pero él necesitaba una confirmación real.

Lo había decido. Hablaría con Tom. Si el hombre no lo pedía, él lo haría. Le pediría que se casase con él. Sí. Lo haría... en cuanto reuniese el valor necesario. Sabía que Tom no creía en esas cosas, pero también sabía que no le rechazaría. Era solo que no quería que lo aceptase por pena.

Unos brazos que lo rodeaban por detrás lo sobresaltaron. Había estado totalmente perdido en sus pensamientos. Pero esos brazos alrededor de él eran todo lo que deseaba en ese momento. Se reclinó y apoyó la espalda contra el firme pecho de su pareja.

-¿Qué haces?

-Pensaba.- Respondió el joven con voz soñadora.

En ese preciso momento estaba imaginando su boda con Tom. Imaginando que los fuertes brazos que lo rodeaban eran, no los de su amante, si no los de su esposo. Suspiró, la mirada perdida en la lejanía.

-Pues deja de pensar y vamos a arreglarnos. No querrás que lleguemos tarde a la fiesta ¿Verdad?

¡La fiesta! La había olvidado por completo. Y tampoco le apetecía mucho ir a ninguna fiesta. Deseaba quedarse en la casa, con Tom. Los dos solos, pasando una agradable velada y luego haciendo el amor hasta el amanecer. Volvió a suspirar, ahora de forma cansina.

-¿Es imprescindible?

Tom notó el tono de voz del joven. Ya sabía lo que venia a continuación. Los refunfuños del chico mientras se arreglaban. Nunca imaginó que Harry fuese tan casero. Le gustaba más quedarse en la mansión que ir a fiestas o reuniones. Podía comprenderlo. Raramente en esas reuniones o fiestas había amigos del chico. Y la mayoría de los que asistían eran bastante mayores que él. Excepto Draco. Pero Harry no era muy amigo del joven Malfoy. Por decir algo. En realidad los dos se evitaban. O peleaban.

-Lo siento Harry. Sabes que es necesario.

Comenzó a empujar al joven hacia el interior de la mansión. Hacia la habitación que ambos compartían.

Al entrar y ver lo que los esperaba, Tom se estremeció. La ropa que llevaría Harry estaba bien colocada sobre la cama. La última vez que algo así había pasado, el chico había peleado y se había negado a ir. Y no había ido. Notó como Harry se tensaba entre sus brazos.

-¿Qué hace eso ahí?

Ya había empezado. Tom se preparó mentalmente para la discusión. Aunque en el interior no pudo evitar alegrarse. Cuando volviesen de la fiesta Harry estaría arrepentido y se sentiría culpable por haberle gritado. Y cuando Harry sentía que debía hacerse perdonar por algo se mostraba muy, pero que muy apasionado.

-Supongo que será la ropa que tendrás que ponerte. Mira, la mía esta allí.

Era cierto, la ropa que él llevaría estaba colgada en una percha, en la puerta del vestidor. Pero también era cierto que él la había elegido, mientras que Harry no había tenido esa oportunidad. Él lo había hecho por el joven.

Lo que yace en la oscuridad [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora