Flufftober Regal Academy

Día 4 Beso indirecto (Señor Rana x Joy)

Le había dicho su abuelo que tenía una visita inesperada por parte del señor Rana.
Joy no sabía ni que atuendo usar, eso de tener una cita no era lo suyo.

No era el hecho que se compara como lo era Rose, Astoria o incluso Ling Ling pero ella era diferente.
¿Qué había visto el señor Rana en ella?

- Joy... Es de mala educación dejar a tu visita esperando - Esa era la voz de su abuelo quien hablaba desde el otro extremo de la puerta.

- ¡Ya voy! - Gritó Joy desesperada.

Nuevamente se miró frente al espejo, estaba rendida.
Se dejó caer sobre su mullida cama para pensar con claridad las cosas.

Ya había sacado todas sus prendas y ninguna la convencía.
Aunque al desviar su mirada a la silla donde tenía algunas cosas de la escuela, ahí se encontraba un vestido de color verde claro.
Aquel que le llegaba a la altura de las rodillas; tenía poco que lo había usado pero si no le quedaba de otro lo usaría, después de todo tenía detalles coquetos como en las mangas contaba con detalles de encaje, en la parte de enfrente con pedrería y en la parte del vuelo algunas flores en tono esmeralda le hacían u  perfecto juego con su atuendo.

Tomó el vestido y comenzó a cambiarse para la cita, después sacó una caja que tenía bajo su cama para sacar sus zapatos, se los colocó con cuidado para evitar no caer.

Cogió su bolso de mano y salió de su habitación para dirigirse a la sala donde su cita lo esperaba ansioso.

- Lamento la demora señor Rana, yo...

Accidentalmente al  bajar las escaleras, Joy pisó mal uno de los escalones lo que provocó que  cayera justamente cerca del señor Rana.
Entre aquel incidente ligeramente logró rozar sus labios con aquella Rana.

El lugar se envolvió de una gran capa muy destellante, el señor Rana se había transformado en su forma humana.

Ayudó a levantarse a la joven Joy, tomó con delicadeza su mano y depositó un beso en el dorso de su mano.

- De esta manera me será más fácil salir contigo pequeña Joy.

- El... El placer es mío señor Rana.

Ambos se perdían en la mirada del contrario, una chispa nacía de ese bello encuentro entre ellos dos.

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