Flufftober Regal Academy

Día 6 Cartas de amor (Hawk x Astoria)

La idea de intentar escribir unas líneas para una doncella no era lo suyo.
Desde que le dejaron de tarea escribir unas cartas para una princesa con el objetivo de ser un poco más detallista era su dolor de cabeza.
Y esta ocasión tuvo la suerte que aquella afortunada doncella se tratara de una amiga suya.

En la clase tuvieron la oportunidad de hacer un sorteo donde a los jóvenes príncipes se les revelaría el nombre de la princesa que sería merecedora de sus escritos.
Hawk nuevamente arrugó esa hoja y la aventó lejos de él porqué no le salían unas simples palabras para la damisela que le tocó en el sorteo.

- Esto es terrible.

Se quejó llevándose su almohada a su rostro, el ruido proveniente de la puerta interrumpió sus pensamientos.

- Hermanito ¿Puedo pasar?

Hawk se retiró la almohada de su rostro y le contestó a su hermana mayor.

- Adelante.

- La abuela me mandó para avisarte que la cena está lista.

Contestó Fala cerrando la puerta,  con pasos firmes se fue acercando a su hermano menor para ver que pasaba con él, lo notaba muy estresado.

- ¿Qué tienes Hawk?

- Debo hacer cartas de amor para la princesa con la que me tocó trabajar - Se quejó molesto cubriéndose nuevamente el rostro.

Fala dirigió su mirada al escritorio de su hermano y si, efectivamente tenía varios papeles sobre la mesa junto con su pluma y su tinta listos para ser usados.

- ¿Para quien es tu carta?

- Para Astoria.

- No debe ser tan malo escribirle una carta a la nieta de Rapunzel ¿Ó sí?

- Lo es... ¿Cómo escribirle algo bello para Astoria? Es bien mandona.

Fala dejó escapar una pequeña sonrisa, se acercó al escritorio de su hermano y comenzó a redactar la carta.

- Veamos... Querida Astoria, tu belleza es tan grande que no se compara con la biblioteca más grande que pueda existir, tienes un encanto tan sutil y una sonrisa que irradia a cualquiera...

En ese momento Hawk tomó la carta que su hermana redactaba con parsimonia y la leyó.

- Creo que le falta algo más.

Fala le entregó la pluma para que terminara de escribir lo que le faltaba.
Notó a su hermano muy animado que tomó la idea de dejarlo en su habitación con aquella labor de seguir escribiendo con esmero su carta.

Las últimas palabras que le agregó fueron:

- El hecho de verte sonreír me da fortaleza de seguir luchando cada vez que tenemos alguna misión. Tal vez tu no lo notes pero me gusta mirarte aunque no te des cuenta.
Me gustas tal como eres tan enigmáyuca y tan sublime, con un gran corazón que cautiva a cualquiera.

Aquellas palabras le salieron desde lo más profundo de su ser.
Dejó su pluma a un lado y después dobló su hoja en cuatro para entregar su escrito.

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