Flufftober Regal Academy

Día 5 cafetería (Shawn x Rose)

El hecho de pedir un consejo de amor no era algo que le agradara, más bien no sabía a quien pedirle el gran favor de guiarlo.
Es por ello que le pidió el favor a Rose de ayudarle a confesar sus sentimientos por Astoria y quien mejor que su gran amiga amante de los zapatos.

Ambos quedaron de verse en la cafetería más cercana para poner en práctica lo que Shawn tendría que decirle a la joven peli rosa.

- ¿Trajiste las flores que te pedí Shawn?

Cuestionó la chica de cabellos rubios tomando asiento en la mesa que habían reservado para aquella plática donde Rose sería de ayuda para confesarse.

- Solo encontré estas rosas - Respondió Shawn mostrando un ramo sencillo de cuatro flores.

- Astoria no es alguien que guste mucho de las flores, ama los libros así que quizá también más adelante le puedas regalar uno - Rose dejó su bolso de mano a lado de ella y entrelazó sus dedos y recargó su mentón para ver de frente al joven  rubio quien se moría de nervios.

- ¿Y ahora qué? - Cuestionó Shawn mirando para otra dirección que no fuera la mirada intimidante de Rose.

- Bueno te haré esto más fácil Shawn, fingiré que soy Astoria y tú dirás lo que sientes.

En ese momento Rose le regaló una sonrisa y tomó las manos temblorosas del joven rubio.
Shawn en ese momento quería que se lo tragara la tierra, trató de relajarse, cerró por un momento los párpados y comenzó a declarar su confesión.

- Astoria yo... Necesito decirte qué...

- ¿Sí? - Cuestionó Rose animada esperando las palabras de Shawn.

- Yo... ¡Caray eso es más difícil de lo que pensé!

Shawn se llevó sus manos a su cabellera desesperado, estaba comenzando a perder la paciencia.

- Shawn lo harás bien, mejor toma mis manos, cierra los ojos e imagina que soy Astoria, visualiza  y todo saldrá bien. Otra vez.

Nuevamente Shawn tomó las manos de Rose, cerró sus ojos y trató de pensar en Astoria.
Al parecer le estaba funcionando la idea.

- Yo... Bueno tú... ¡Tu me gustas!

Listo lo había admitido y hasta lo gritó.

Aunque en ese momento Odette  pasaba cerca de esa mesa tomando un vaso de café y no pudo evitar escupirlo cuando escuchó aquellas palabras.

- ¡No es lo que parece! - Gritaron los dos soltándose del agarre de las manos.

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