Capitulo 22

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Llamé a Fabio, en unos minutos ya apareció por la Clínica, le narré lo sucedido, se encargó de avisar a la familia y de pedir a mi padre que me trajera una camisa porque la mía estaba manchada con sangre, algo que yo ni siquiera había notado

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Llamé a Fabio, en unos minutos ya apareció por la Clínica, le narré lo sucedido, se encargó de avisar a la familia y de pedir a mi padre que me trajera una camisa porque la mía estaba manchada con sangre, algo que yo ni siquiera había notado. Recién pude calmarme un poco, cuando mi hermano se acercó a decirme que Mariela y el bebe, estaban bien pero igual tenía que esperar a que el médico hablara conmigo.

El informe del médico fue mejor de lo que esperaba, hematoma uterino; eso requería reposo absoluto, de esta manera el hematoma se reabsorbe y las pérdidas desaparecen, no había otra forma de cuidar el embarazo.

—Bueno, no contaba con que algo así pudiera pasar, pero vamos a cumplir con sus instrucciones como corresponde Doctor—dije, sabiendo que eso implicaba un cambio rotundo de planes.

No íbamos a viajar, tampoco tendríamos intimidad, realmente Dios estaba poniéndome a prueba...

Me iba a tomar los días que había decidido para el viaje y me organizaría para que Mariela estuviera lo más cómoda posible.

Una vez que la pasaron a una sala común pude verla. No podía evitar retroceder hasta el momento en que la encontré desmayada y en el miedo que sentí.

—Hola – dije acercándome, me senté a su lado en la cama y tome sus manos, se me hizo un nudo en la garganta cuando la vi sonreír, lo único que sabía era que la amaba y que no quería una vida sin ella.

 Acarició mi rostro y me incliné para besarla, nos quedamos abrazados en silencio.

El primer traspié lo tuve con mi madre, mi hizo sentir bastante molesto cuando me pidió que la acompañara a tomar algo en el café de la Clínica mientras Mariela dormía.

—Diego, porque no dejas que Mariela pase estos meses tan delicados en casa de sus padres, a vos te complica esta situación, no vas a poder cuidarla y cuidar la empresa.

—¿Vos me estás hablando en serio, mamá? Estoy casado con ella por si se te olvida, no entiendo este planteo?—

—No me malinterpretes Diego, es para que ella y su bebe estén bien controlados, quien mejor que sus padres para eso—

—¡Yo soy su marido! Me extraña mamá que con tantos años de matrimonio me sugieras algo así. ¿Qué hago? Me abro de pierna s mientras ella pasa por todo esto sola?

 —No te estoy pidiendo eso, hijo. Hablé con Laura, me contó que te habías casado porque ella se quiso embarazar, se que sos responsable y te ibas a hacer cargo, pero pensé que sería una buena idea por la seguridad del bebe— confesó.

—¿Qué haces con Laura?— dije levantando mi voz—¿no me digas que te sigue visitando? te esta poniendo en contra de Mariela.

—No puedo negarme a recibirla, esta muy mal después de como te comportaste con ella, su familia pensaba que algún día ibas a formalizar tu relación, esto nos sorprendió a todos— la interrumpí.

Vulnerable.    (Diegodelig)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora