Lentamente salí de su cuerpo, caminé al baño si volverme a mirarla, me sentía descompuesto, asqueado de mi comportamiento.
Abracé el inodoro y vomité todo el alcohol que había tomado, abrí la ducha y ahí me quedé, apoyado en la pared sintiendo el agua correr sobre mi.
Pase mi mano por las marcas que dejaron sus uñas en mi pecho, me costó despejarme y seguía confundido, no quería creer lo que había hecho, podría haberla matado, estaba loco, nada justificaba este arranque de violencia.
Tenía que verla, salí del baño y en el camino me puse el bóxer, porque ya no quería seguir intimidándola.
Me detuve justo antes de llegar a la cama, estaba recostada en posición fetal, podía ver su espalda desnuda, escuche su llanto ahogado por la almohada y la llamé.
—Mariela―
Enseguida se puso de pie tomando la manta para cubrirse, me freno gritándome: — Por favor no me toques, no me hagas más daño, Diego—
No sabía cómo calmarla, estaba descontrolada, intenté hablarle.
— Te juro que no voy a volver a lastimarte, tengo que sacarte de aquí y llevarte a un médico, ¡perdón! no sé qué me paso, me volví loco, por favor déjame ayudarte – le supliqué.
— No, (negaba con la cabeza) quiero ir a casa por favor– sus palabras se ahogaban por el llanto.
Note las marcas que habían dejado mis golpes en su cara y como le sangraba la nariz y el labio, me acerque para tocarla y se me vino encima, empezó a golpearme el pecho con los puños mientras gritaba:—¿Por qué, por qué? Diego, ¿por qué?
Lloraba con una desesperación que me asustó, hasta que se desmayó en mis brazos.
El miedo me paralizó y empezaron a temblarme las piernas, la tomé en mis brazos y la llevé a la cama
Busque mi celular entre mi ropa, y llamé a Fabio, necesitaba que viniera urgente, aunque no tenia idea de como iba a explicar lo que acababa de suceder.
—Fabio, tenes que venir urgente, estoy en Potrerillos―
—No puedo hermano, estoy de guardia hasta las ocho de la mañana―
—Necesito tu ayuda ― dije, prácticamente gritando
— Cálmate Diego decime que pasa ¿estás bien? ― preguntó preocupado.
—No, no soy yo, es Mariela yo (hice una pausa antes de continuar) Me mande una cagada terrible―
—¿Cómo? ¿Pero está bien ella? ― Preguntó nervioso.
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Vulnerable. (Diegodelig)
Romance¿Qué pasaría si el hombre al que amas, en una noche de celos y locura te lleva al borde del abismo? Lo tenia todo, millonario, arrogante, adicto al sexo, a las mujeres, sin inhibiciones. Portador de una belleza irresistible. Impulsivo y celoso, def...