En un intento por cambiar de aires y salir de su zona de confort, Marinette decide visitar a su tía en Londres por todo el mes de noviembre a pesar de saber que es una mujer un tanto especial.
Sin embargo, antes de siquiera empezar, aquel intento d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Prólogo » ¡¿Tú?! «
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
París, Francia. 1:20 pm.
Las orejas gatunas de Chat Noir se movieron al detectar pasos detrás suyo, y él sonrió con emoción antes de voltear el rostro hacia Ladybug.
—Buena mañana, M'Lady —saludó mientras ella se sentaba a su lado—. ¿A qué se debe la reunión matutina?
—Buenos días, Chat —Ella sonrió cálidamente, pero al mismo tiempo con algo de timidez—. ¿Trajiste lo que te pedí?
El súper héroe asintió con alegría para después sacar el pequeño botón rojo con manchas negras que su compañera le había entregado hacía unos meses. Aquel botón que tan solo con verlo, inevitablemente sentía tristeza y nostalgia. Pues le recordaba las palabras de su Lady que afectaron gran parte de su corazón.
Sacudiendo su cabeza ante el amargo recuerdo, la miró expectante esperando algún tipo de explicación.
—¿Me lo estás pidiendo de vuelta? —preguntó al ver que ella se había quedado callada.
—¡N-No! —exclamó negando en estado de nerviosismo, pues realmente no sabía cómo contarle la situación—. Al contrario, quería pedirte que lo volvamos a utilizar.
Posteriormente, Ladybug sacó el gatito negro y Chat Noir aprovechó para presionar su botón, conteniendo la risa al ver rebotar el juguete que su amiga llevaba en manos.
—¿Y eso a qué viene, bichito? —indagó mirando sus juguetes, hasta que cayó en cuenta de lo que aquello significaba, y cambió su expresión a una más decaída—. Tú... ¿Te volverás a ir?
—Solo serán algunos días. Tal vez... ¿Un mes? —Ladybug carcajeó en medio de sus nervios por la reacción boquiabierta de su compañero—. ¡Pero todo estará bien! Con esto puedes...–
—¿Dejarás a Scarabella otra vez con tu miraculous?
—Uhm, no —negó antes de suspirar y poner un semblante más serio—. A eso iba. En realidad me llevaré el miraculous del caballo, y en cualquier emergencia que me reportes —Señaló con una sonrisa sus juguetes—, estaré aquí en un santiamén.
