En un intento por cambiar de aires y salir de su zona de confort, Marinette decide visitar a su tía en Londres por todo el mes de noviembre a pesar de saber que es una mujer un tanto especial.
Sin embargo, antes de siquiera empezar, aquel intento d...
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Día 24 » Espectáculo histórico «
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Félix no había agarrado su celular hasta que sus clases acabaron. Salió de la enorme academia y rápidamente consiguió un taxi que lo llevara hacia la mansión de su madre. Solo en cuanto se encontró cómodamente sentado en el carro que lo transportaba, se permitió sacar su celular y contactar a Claude lo más pronto posible al recordar que le había pedido un favor.
Hace más de dos horas, se recordó con algo de culpa, pero no dejó hacerla notar en su voz cuando su amigo contestó su llamada.
—Me ganaste —Claude tenía una sonrisa en el rostro—. Estaba por llamarte yo.
—¿Qué es lo que necesitabas hace un rato? —fue directo al punto, sin querer desviarse tanto del tema.
—Estás por ir a la casa de tu madre, ¿verdad?
—Uh, sí —contestó ligeramente confundido—. ¿Qué hay con eso?
—Oye, por cierto, ¿Marinette sigue ahí contigo? —Claude cuestionó con genuina curiosidad—. ¿Te había acompañado a uno de tus ensayos acaso?
—¿Qué? No —negó de manera fugaz—, claro que no. ¿Necesitas algo en la casa de mi madre?
Escuchó cómo Claude suspiraba rendido al otro lado de la línea ante su directa respuesta con el tema de Marinette, pero poco le importó aquello.
Aún no podía digerir el hecho de que se la había pasado tan bien con Dupain, que había terminado despistándose y llegando tarde a sus clases de violín.
¿Qué es lo que pasaba últimamente con él?
—Bueno —Claude dijo después de refunfuñar ante su negativa al querer decir algo con respecto a la linda chica francesa—. En vista de que no me quieres contar nada —remarcó con dramatismo la última palabra, a lo que Félix solo atinó a rodar los ojos—, quería pedirte de favor si podrías decirle a tu madre que me preste su libro de recetas sobre licores.
