Capitulo 7

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Aurora

Antes de salir apago la carne que ya se estaba quemando. Todo se había arruinado.

Todo está oscuro afuera, sino fuera por las grandes luces del patio de Will, no vería nada.

Me acerco al granero y veo a Will pasando unas pajas de un lado a otro.

Su yegua Hera, está a su costado.

Busco las palabras correctas para decir algo. No sé cómo empezar y creo que él aún no me ha visto.
Solo se me ocurre una cosa.

- Mark te llamó... - comento entrando al granero, el alza la vista hacia mi, mientras alza una paja.

- ¿Que dijo? - pregunta llevando la paja la otro lado evitando mirarme.

- Que no se pudo hacer nada...- comento.

- Como lo supuse - asegura dejando la paja- Lo lamento, no lo pude...

- No - cierro los ojos - Deja de disculparte porfavor.

Solo escucho como levanta otra paja más y abro los ojos.

- ¿Que quieres que haga entonces? - pregunta soltando la paja. Él debería estar enojado sin querer hablar conmigo, pero solo quiere hacer lo que yo quiera. Me siento peor.

- Que me disculpes - agarro mi codo con mi otra mano - Yo... no quise decirte eso en verdad, solo... que todo fue tan rápido mientras miraba las noticias y tu exclamando nada sorprendido....- trato de explicar con las manos - Solo... fue lo primero que pensé, ni siquiera me detuve a razonar sobre aquello.

- Esa es la cuestión - señala - ¿Por qué pensaste eso? ¿Por qué fue lo primero que pensaste de mí?

- Yo...- me cogo la frente - No lo sé Will, créeme que no lo sé, solo...

- Entiendo - asiente - Aún no confías al cien por ciento en mi.

- Si, pero debes entenderme - insisto tratando de e acercarme a él - En los días que me enamoré de ti, me mentías al mismo tiempo - Will baja la mirada al suelo - Te he perdonado, te juro que lo he hecho - le aseguro - Pero que quieres que haga cuando me sigues mintiendo...

- Solo quería protegerte...- susurra.

- Y mira a donde nos ha llevado - insisto estirando los brazos - Quiero confiar en ti... pero también déjame hacerlo.


Will

Ella tiene razón. También le mentí. Como pido confianza cuando le estoy mintiendo siempre.
Solo he querido protegerla, pero tampoco debo hacerlo en base de mentiras.
Debí contarle lo de la prensa desde el principio, pero fallé y no tengo derecho a reclamarle confianza cuando no hago nada para que me la dé.

Solo asiento y bajo la mirada.

Ella se acerca a abrazarme rodeando sus brazos en mi cadera y apoyando su cara en mi pecho.
La abrazo igual hundiendo mi cara en su hombro.
Su olor de ella es dulce, como a vainilla.

- Tu carne se quemó - comenta desapoyándose para mirarme, sin dejar de abrazarme.

- Tengo más - sonrío besándole la frente - Lo lamento yo también.

- Deja de lamentarte, me haces sentir mal  - pide y luego saca una sonrisa - Lo bueno de todo esto... es que ahora todo el mundo sabe que eres mío.

Suelto una carcajada mientras beso su frente y asiento.

- Entonces también es bueno para mi - sonríe - Todos sabrán que eres mía.

Nos reímos y nos adentramos a la casa a seguir en lo que estaba antes de todo esto.

Mientras aderezo otra carne y Aurora baila como loca encima de los sillones.
Me pongo a pensar que probablemente esté había sido la primera pelea como pareja en si.

Nunca había tenido una.

Cada cosa que hacemos, siempre lo veo como algo nuevo porque jamás había tenido una novia.

- Nunca habíamos peleado - digo mirando el cuchillo cortando - Claro, desde que somos pareja.

- No, nunca - afirma ella bajando del sillón.

- No me agradan - aseguro y ella sonríe.

- A mi tampoco - se acerca y se pone al lado mío para ver como corto la carne- Hace que quemes las carnes.

- Muy graciosa - sonrío y ella se pone detrás mío abrazándome. Apoyando su cabeza en mi espalda y rodeando mi torso con sus brazos- Yo también estoy pasando contigo muchas "primeras veces"

- ¿Como cuáles? - pregunta divertida

- La primera vez que tengo una novia - cuento y noto que sonríe - La primera vez tengo una cita...La primera vez que cocino para alguien... - pienso bien en decirlo - La primera vez.... Primera vez que amo a una mujer...bueno, Mark se puede considerar como una...

- ¿Amas a Mark? - pregunta riendo.

- Nunca le digas que dije eso - bromeo mientras le echo sal a la carne - Pero ese no es el punto...

- ¿El punto es que me amas? - sonríe ella haciendo un giro que logra mirarme a la cara desde abajo pero aún abrazándome, algunos asegurarían que es la pose de un mono - Aún tengo tu carta, ya lo decía ahí.

- Lo leíste - corrijo - ¿No quieres escucharlo?

- Me encantaría - asegura volviendo a su antigua posición, no digo nada. No me sale las palabras. - Pero sé que no es fácil para ti decirlo, y no me preocupa. Solo sé que lo sientes y eso me basta.

Me hace sacar una gran sonrisa. Me volteo y ella me suelta mirándome sonriente como siempre.
Una de las cosas que me enamoró de ella, de todas maneras, es su sonrisa.

Con los brazos estirados ya que mis manos estaban sucias. Le doy un beso en su frente y ella sigue con su gran sonrisa. Le encanta los besos en la frente.

Finalmente termino de cocinar y Aurora prepara la mesa. Tuvimos una cena realmente hermosa con música suave de fondo y con mi comida que sabía más rica de lo usual.

Y probablemente sea porque aparte que está muy rica, lo hace aún más delicioso comerlo frente a la chica de tus sueños con una gran sonrisa mientras cuenta sus mejores anécdotas.

Y aquí, en este momento, mientras ella contada una parte graciosa de su anécdota que la hacía reír con una gran carcajada y cortando su carne. Fue que me di cuenta que el paraíso no era estar en la isla y el cielo y el sol radiante. Sino el paraíso era estar con ella, que ella esté en un simple lugar, lo hacía parecer como un real paraíso al que no te quieres ir nunca.

Perdidos entre nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora