Capitulo 32

457 20 0
                                    

Aurora

Me voy hacia donde están los niños donde siento que me tranquilizaré y pensaré bien las cosas.
Sé que no he hecho bien las cosas hasta ahora. Eso lo sé.

Pero ahora no sé cómo solucionarlas.

Sé que tengo que contarle a Will pero no sé en qué momento porque esta noche es la peor ocasión. Sin embargo, también es la mejor antes de que se entere por si solo y esto termine en una confusión tremenda.

- ¡Aurora! - grita emocionado el niño Diego, el que jugué la última vez, mientras corre hacia mi.

Lo abrazo cargándolo mientras caminábamos hacia el banco. Probablemente arrugará mi vestido y mi maquillaje pero a este punto ya nada me importa.

- ¿Estás bien? - me pregunta mientras me siento en el banco y lo pongo sobre mis piernas.

- No...- suspiro mirándolo mientras le pongo su pelo detrás de la oreja - Pero ahora que estoy aquí contigo estoy mucho mejor.

- Me alegra - sonríe risueño haciendo que sonría también - Porque he hecho más soldados de aluminio que seguro te gustarán.

- Estoy segura de que si...- le sonrío y le beso la mejilla.

- ¡Vamos! - se levanta agarrandome la mano mientras me jalaba. Yo solo me dejo llevar.




Will

Ya todos los invitados habían llegado y ya se estaban sentando en sus mesas. Además eran las 8 de la noche así que ya debíamos empezar las subasta solo que Aurora no aparecía.

La busco entre la gente pero nada. Encuentro a Pamela junto a Mark ya acercándose a nuestra mesa. Les pregunto y su hermana me dice que Aurora se había ido a la zona de los niños.

Obvio, debí haber pensado en ese lugar desde el principio.

Solo que tampoco estaba ahí. Empiezo ya asustarme un poco. Veo como los niños juegan y correr fuera y dentro de la clínica. Me adentro a ella donde las enfermeras y organizadores corrían por doquier, les pregunté por mi bella novia perdida, y me señalan el único dormitorio donde la puerta estaba abierta.

La veo en el centro de la habitación, sentada en el suelo con su vestido regado y arrugando, jugando junto a Dieguito con sus juguetes de aluminio.

La hermosa imagen hace que se me encoja el corazón deseando... deseándolo todo con ella.
Jamás habría imaginado que desearía tenerlo... que sería merecedor de una familia. Bueno, Aurora ya es mi familia pero ¿con una creación de ambos? Me explotaría la cabeza y verla con el niño, tan sonriente y risueña, me hace querer desearlo de verdad.

El sentimiento amenaza con ahogarme así que me aclaro la garganta volviendo a la realidad. Por más que lo odiara, tenía que interrumpir ya que había una subasta pendiente que no solo ayudaría al bello niño que mira con ojos de amor a Aurora, sino a toda la clínica.

Ella alza la cabeza a mi igual que el niño.

- Ya es hora de empezar - digo un poco avergonzado porque sentí mucha privacidad entre los dos. Odiaba arruinar ese momento.

Ella asiente lentamente diciéndole al niño que en un rato volvía y él asiente medio triste. Diego se voltea a lanzarme una mirada fulminante mientras Aurora se levantaba del suelo.
Me acerco rápidamente a ella para ayudarla. Le sujeto la cintura y ella de mis hombros, el vestido si que pesaba.

- Aburrido - me recrimina el niño con los ojos entrecerrados.

- Perdóname, pero también la quiero un rato...- bromeo y él finalmente asiente.

Perdidos entre nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora