Capitulo 16

510 26 0
                                    

Aurora

Solo lo sigo mientras vamos hacia el auto. No lo puedo ver ya que estoy unos pasos detrás de él porque él camina muy rápido, aparte de que es alto.

Me abre la puerta del auto y me suelta la mano para que pueda subir, pero antes de hacerlo agarro su brazo apretándolo.

- Will... - suspiro y él se voltea pero evita mirarme.

- Lo lamento mucho - me mira un segundo y después se voltea para dar la vuelta al auto y subirse a su asiento.

Me da pena de que esté tan apenado. Will no merece lo que está haciendo su hermano. Y se que él quería que esta cena salga bien.

Me subo y me pongo el cinturón. Él abre la puerta de su lado y sube, enciende el auto en menos de dos segundos y arranca.

Se siente mal, muy mal.
No sé si es por su hermano o por lo que me dijo, quizá esté avergonzado. Pero él no tiene la culpa de nada ni de lo que hace su hermano.

Tenía una muy buena imagen de James, pero esta noche quedé totalmente decepcionada.
Aunque una parte de mi, lo ve a James como dolido, como si solo lo hiciese por venganza o ambición.

- No cenaste bien - comenta Will ya saliendo de la residencia de su madre - ¿Quieres ir a comer algo?

- Quiero qué pares el auto - pido y él se voltea a verme, con mi mirada sabe que es necesario.
Está molesto, no puede manejar así.

Se para a un costado y suelta un gran suspiro lleno de enojo y rabia.

- Nada ha sido tu culpa, Will - aseguro y Will se ríe sarcástico.

- Todo ha sido mi culpa Aurora - asume - Este problema, se ha creado desde antes... sólo que hoy ha salido a la luz.

- No es tu culpa haber metido a James en un centro de rehabilitación - digo y Will niega con la cabeza - Solo querías ayudar.

- No me refiero a eso - afirma y ahora si no entiendo nada. Will después de un suspiro, continúa- Mi padre... cuando estaba enfermo y ya sabíamos que iba a morir...- pone una mano en el volante - Habló conmigo... me dejó todo a mi, Aurora - se voltea a verme - No creía capaz a James para manejar su empresa y me lo dejó todo a mi - dice apenado - Y yo... y yo no me negué y lo acepté.

- Pero James asegura...- digo confundida.

- James no sabe nada - afirma apenado - Él solo sabe lo que los abogado y yo le hemos hecho creer - suspira- Cambié los papeles para que sea 50% para los dos.

Lo miro unos segundos y veo realmente arrepentir yo en sus ojos y dolor.

- No te debes sentir culpable por algo que decidió tu padre... tú no tienes la culpa.

- No le insistí - reniega golpeando suavemente el timón - Debí decirle que no era justo, debí decirle que le dejara algo a James...

- Hey hey hey - agarro su cara y lo hago voltearse hacia mi - No puedes por siempre pensar que lo que "hubiese pasado". Lo hecho, hecho esta - aseguro - Y mira lo que ha crecido la compañía. Mira lo mucho que tú la haz hecho crecer. Tú padre tenía razón.

- ¡No me hubiese dejado nada! - exclama agotado - Ahora por su culpa estoy así con mi hermano, si todo lo que se ha convertido la compañía es a precio de que mi hermano me odie... no lo quiero.

- Pero ya le dijiste lo que a él le pertenece...- digo tratando de calmarlo - Pero él... está ambicioso, quiere más.

- Pero hay un problema - asegura calmándose un poco - Hoy revise los papeles... y mi papá dejó otro papel, del que yo no estaba enterado.

- ¿Cual? - pregunto desconcertada.

- Yo creí que con solo una firma ya podía darle parte de mi empresa a James...

No comprendo porque siquiera se le cruzo por la cabeza darle algo de su empresa, de su trabajo, pero luego comprendo que para Will lo más importante es su hermano y estoy segura de que haría lo que fuese para que no perderlo.

- Pero al parecer mi padre ya lo suponía que lo haría - dice sarcástico - Asi que hizo un documento aparte donde terminantemente prohibido que James Kepler, obtenga alguna parte de la herencia.

- ¿Que? - digo confundida.

Will se estira para mi lado para abrir la guantera y sacar un sobre blanco.

- Hoy me lo dio el abogado - me lo pasa - Mi padre me la escribió antes de morir y debía recibirla cuando me entere de ese documento.

Aún mirándolo confundida, abro el sobre y saco una hoja doblada en dos.
Con mi mirada le pregunto si en serio desea que la lea y él asiente.

Querido William:

Sé que quizá ya ha pasado un tiempo de mi muerte y que quizá ya no querrás saber de mi.
Solo te pido que me escuches por esta vez.

La decisión que yo tomé no fue nada fácil como crees tú, fue probablemente una de las más difíciles que he tenido que hacer. Finalmente ustedes dos son mis hijos y los amo por igual a los dos.

Y la decisión de yo tomé fue por el bienestar de tu madre, James y tú. Es todo lo que siempre he querido.

Sé que no me creerás y que probablemente sigas enojado conmigo por todo lo que les hice pasar y créeme que lo lamento mucho. Moriré pensando que pude haber hecho las cosas mejor.
Lamento tanto como dejé la empresa y tengo la plena confianza en ti de que lo sabrás resolver.

Por eso te escribo esto, para que vivas una vida sin arrepentimientos.

William, sé que lo harás, querrás darle a tu hermano lo que crees que es justo y créeme que no te juzgo, es lo que te hace ser tú.
Siempre tan noble y amable, en especial con James que siempre lo has protegido como el diamante perdido.

Pero yo sé lo que hago. Sé que lo hice y eso no me arrepiento.

Que James siga su vida de piloto, eso es lo que le gusta y eso es lo que hará y por más que lo haya entrenado y preparado para que maneje la empresa, no está listo y nunca lo estará.
Lo sabes bien, pero no lo quieres aceptar.

Pero te aseguro William, que si le das la empresa a James siquiera una semana, se va a abajo más de lo que ya está y no porque no lo quiera o no confíe en él, es porque conozco a mis hijos y sé las capacidades de James y su vocación no es ser líder de la empresa, no es un líder y eso no es malo.

Por eso deseo que él haga lo sus capacidades son capaces de hacer.
Es como tirar a un niño que no sabe nadar en una piscina. Se ahoga.

Y tú William, tú naciste para esto. No necesité prepararte para el puesto porque ya naciste listo. Y estoy segurísimo que harás crecer la empresa como jamás yo he podido hacer.

De igual manera, no dejes de lado a James. Te pido que te hagas cargo de tu madre y James para que sigan viviendo como siempre les prometí.

Confío en ti William.

Ahora acá, en mi lecho de muerte, me arrepiento de tantas cosas, pero ya no hay nada que hacer.
Solo te digo que te he amado y he amado a James con cada parte de mi ser junto con tu madre y los seguiré amando después de mi muerte, a donde sea que sea eso.

Adiós.
Dominic Kepler.

Volteo ver a Will que está apoyado su cabeza en el asiento mientras unas lágrimas se le caen.

Perdidos entre nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora