𝔻𝕠𝕤

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~𝔾𝕖𝕠𝕣𝕘𝕖 𝕎𝕖𝕒𝕤𝕝𝕖𝕪~

Me senté a su lado y entrelacé mi mano con la suya; estaba fría.

Un nudo en la garganta se me formó al instante, me sentía tan mal, tan culpable, tan estúpido. Mi ángel, si tan sólo hubiese estado contigo.

La miré, sus ojos estaban cerrados, se veía tan en paz, pero en mi interior sé que está sufriendo. Cómo desearía que me hubiese ocurrido a mí, y no a ella. Me fijé en sus hermosas pestañas, largas y de un color negro intenso, igual como el de sus ojos y cabello. Como amaba ese negro, no cualquiera; el de ella.

-Hola, bonita...-logré notar cómo la maquina al lado de la camilla indicaba que sus latidos se aceleraban. Me podía oír, me podía sentir-. Quizás te sorprenda que esté aquí, o quizás no. Necesitaba verte, cuando supe lo que te había ocurrido, mi mundo se vino abajo.

Y no mentía, ella era mi mundo.

-Me da igual lo que pasó entre nosotros hace algunos días atrás. Todo lo que nos dijimos ese día, ya no me importa. Te amo, da igual las circunstancias, si estamos juntos o no, no cambia el hecho de que lo que siento por ti.

Mis voz comenzaba a quebrarse, no quería que ella me sintiera de esta forma.

Es algo que jamás me había pasado, pero un sentimiento de mal augurio me invadió de los pies a la cabeza. Me sentí ahogado, desesperado. Sólo quería que esa sensación se esfumara.

-Se siente tan extraño el que estés en silencio, extraño tanto tu voz, tu risa; todo de ti. En verdad siento no haberme puesto en tu lugar la otra noche, no sabes lo arrepentido que estoy...

Lo único que había recordado estos últimos días, fue nuesta discusión, que llevó a que termináramos. Un sentimiento de culpa me come la mente todas las noches, recuerdo tan bien lo que nos dijimos, pero sobre todo, cómo la hice sentir.

"Extraño a la T/n de la que me enamoré..."

"Tú tienes la culpa de que tú y yo, ya no seamos lo mismo..."

Supieras lo arrepentido que estoy, pero como tú me dijiste alguna vez: "Lo hecho, hecho está".

Mi corazón dió un brinco al ver sus párpados moverse ligeramente, y me llené de falsas esperanzas. Nada ocurrió, no despertó.

-A pesar de estar como estás, sigues igual de hermosa, ¿sabes? -me acerqué un poco más a ella, sus rosados labios me tentaban, pero no me atreví a nada; quizás ella no estaría de acuerdo-. No te vayas, por favor.

Y en ese instante me quebré. Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas sin cesar, mientras mi corazón se quebraba, más de lo que ya estaba.
Ella me oyó, me escuchó llorar, y lo supe porque solo a los pocos segundos, lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.

Es increíble lo que te puede hacer amar tanto a alguien.

En mis cortos diecinueve años, jamás pensé tener la suerte de conocer a una chica que me amara tal como era, porque a pesar de que antes de ella, hubieron más, ninguna se le compara. Ella me ha aceptado con mis defectos y virtudes, me ha querido en cada una de mis facetas, y me ha ayudado en cada uno de mis problemas, y eso, es una fortuna. Y es que nos complementamos tan bien. Es ese tipo de conexión que crees no volver a tener nunca más en tu vida, esa combinación imperfecta, que los hace perfectos.

¿Quién pensaría que aquella chica que vi bailando, se convertiría en la dueña de mi corazón y pensamientos? Llegó de una forma tan inesperada a mi vida; a desordenar mi monotonía; a sacarme de lo habitual, y ahora temo perderla para siempre.

P.D: Aún te amo. [George Weasley] [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora