La compañía del penar: VI

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Más meses sumados a la lista. Se hizo costumbre que Sanford, todos los fines de semana, fuera a recoger a Deimoss a su casa para llevarlo a la suya, fue todo una suerte que Phobos no hubiera dicho nada cuando vio a Deimoss saliendo. Sus padres parecen estar saliendo muy constante a las 7 de la tarde, dejando solos a sus hijos y dándole ventaja al menor.

[...]

-Oh, Deimoss, cariño, ¡tus heridas se ven peor que antes! - exclamó, preocupada, la madre de Sanford, levantando su vista para ver a Deimoss.

La señora tenía razón, Deimoss tenía múltiples moretones en los brazos y uno que casi no se notaba en el ojo, también llevaba una delgada cortada en el labio. Obviamente se veía mal.

-Ve a bañarte, traeré agua oxigenada para tus heridas. - insistió la señora, jalando a Deimoss del brazo para llevarlo hacia al baño.

Deimoss, con algo de vergüenza, acepto, de todos modos si no lo hacía la señora seguiría insistiendo. Según, Sanford ya le prestaría algo de ropa.

Al terminar de bañarse y cambiarse, fue a la sala de estar, donde la señora lo estaba esperando para ayudarle y, aparte, ver la herida en su brazo, ya se había convertido en una cicatriz y no necesitaba más vendajes.

La señora pasaba el algodón mojado de fría agua oxigenada con total cuidado por las cortadas, quitando la sangre seca que yacía entre estas, poniendo curitas de lindos colores al final.

-Listo, ya no se ve mal! - dijo feliz la señora, sonriendo. -Ya puedes ir con Sanford, debe estar esperándote.

-Muchas gracias, señora Ford. - Deimoss se fue de la sala de estar, no sin antes desearle buenas noches a la señora.

[...]

Deimoss abrió lentamente la puerta, notando entre la distancia del marco a Sanford acostado en la cama. Entro a la habitación sin aviso.

-Por fin terminaste. - dijo Sanford, sentándose en el colchón.

-Lo siento si tarde, tu madre me ayudaba con mis heridas. - menciono Deimoss, con un poco de vergüenza, riendo.

-No importa, ven conmigo. - Sanford se hizo a un lado, dándole espacio a Deimoss en la cama.

Deimoss se acostó al lado de Sanford, tapándose con las suaves sábanas. Sanford puso su mano en los cabellos de Deimoss, esta vez no tenía su gorra y vendajes, haciendo que fuera más fácil tocarlo.

Sanford destapó a Deimoss y se acomodó encima suyo, viéndolo. Paso, ahora, su mano por la mejilla de su pareja, acariciando la piel con sus dedos.

-Sanford, ¿Qué haces? - preguntó Deimoss, quitando la mano de su mejilla.

El de lentes oscuros puso su rostro entre el cuello de su pareja, sintiendo como se ponía nervioso.

-Oye, tu madre está en la sala! - Deimoss empujó a Sanford, haciendo que acabará con el contacto en su cuello.

-Eso no es importante... - Sanford sostuvo las muñecas de Deimoss, aprisionando sus manos en la almohada.

Sanford puso otra vez su rostro en el cuello de Deimoss, éste tembló al sentir los húmedos labios de su pareja hacer contacto con su piel, sonrojándose e intentando safar sus muñecas del agarre. Al final, se rindió, decidiendo dejarse llevar por las sensaciones.

Sanford daba suaves besos en la piel de Deimoss, haciéndolo estremecer de sensibilidad, su respiración cambiaba de rumbo, haciéndose agitada por los nervios. Sanford dejo las muñecas del otro, las manos fueron a su espalda, abrazándola.

"A Love In Nevada࿐MC"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora