9 añosEL PARQUE SIEMPRE HABÍA SIDO uno de sus lugares preferidos, un espacio abierto con árboles altos y un patio de juegos gigante. Para una niña que no se podía quedar quieta como Haru, el parque era un paraíso. Un paraíso que era más disfrutable con la compañía de su amado vecino.
Luego de haber obligado a Jaehyun a subirse a la estructura para trepar y después de empujar a una niña por el tobogán por haber querido besar a su vecino, ahora ambos se encontraban en los columpios sentados descansando las piernas mientras comían un helado. Aunque pareciera imposible, a los niños también se les acaba la batería en algún momento.
— Oye, creo que casi matas a esa niña— comentó Jaehyun observando a aquella espécimen que aún se encontraba llorando a un lado del tobogán.
— ¿Qué dices? Se lo merece— dijo Haru restándole importancia—¿O querías que te diera un beso?— preguntó con cara de asco e imitando gestos de querer vomitar.
— Ew, no— contestó de la misma manera el niño— Solo que si matas a alguien irás presa, eso es lo que me contó Soojung.
Algunos segundos pasaron en completo silencio mientras ambos seguían comiendo sus respectivos helados, sin embargo la tranquilidad se vio interrumpida cuando Haru tomó conciencia de lo que Jaehyun había dicho.
— ¡No quiero ir presa!— exclamó, casi derramando el cono de helado que a último segundo logró rescatar, con pánico en su voz— ¿Qué debo hacer, Jaehyun?
— Soojung me dijo que si te disculpas, la policía te perdona— murmuró él, recordando las sabias palabras de su hermana, quien solo quería infundir miedo y librarse de él como una pre-adolescente promedio con pocas ganas de lidiar con su hermano menor.
Fue entonces así como Haru le entregó el helado a su vecino y se levantó rápidamente del columpio para terminar acercándose hasta la niña que aún seguía junto al tobogán. Por alguna razón, Jaehyun tuvo un muy mal presentimiento.
— ¿Estás bien?— preguntó Haru una vez que la otra niña dejó de llorar y la observó con los ojos cristalizados. Los segundos pasaron en silencio hasta que la última se levantó de golpe y tiró a Haru del cabello— ¡Espera, loca!
— ¡¿Por qué te metiste?!— le gritó la otra niña, aún tirando de su cabello y volviendo a llorar como si fuera bebé, haciendo que los oídos de Haru dolieran un poco.
Mientras tanto, Jaehyun se encontraba boquiabierto observando la escena mientras sostenía ambos conos de helado. Quizá fuera por el miedo a salir herido en aquel enfrentamiento bastante parecido a una pelea de gatos, o quizá fuera por la sorpresa, pero el niño se quedó inmóvil como estatua sin siquiera poder dar un paso.
— ¡Arruinaste mi primer beso!— siguió.
— ¡Nadie te dijo que fueras y lo intentaras besar!— se excusó, aún luchando para que la soltara. Haru vio su oportunidad de zafarse cuando la niña acercó demasiado el brazo a su cara.
Luego de un agudo grito que dejó sordo a Jaehyun, Haru se alejó y cayó sentada al suelo para recobrar el aire. Aquella niña ahora observaba con los ojos aún más llorosos la marca de dientes que Haru había dejado en su brazo.
— ¡Sunyeon!— gritó una mujer acercándose rápido hasta donde los niños se encontraban. Así que ese era su nombre— ¡Niña salvaje! ¿Qué le hiciste?
Haru y Jaehyun se miraron con los ojos abiertos, ahora sí temiendo por sus vidas.
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— ¡Mordiste a una niña, Haru!— reprochó su madre.— ¡Porque me estaba tirando del cabello!— se defendió la nombrada.
— ¡Porque la empujaste del tobogán!
— ¡Porque intentó besar a Jaehyun!— contestó y la cara de su madre se volvió todo un poema. Ambas miradas se posaron en el niño que se encontraba observando todo en silencio.
— Tiene razón...— comenzó él pero la señora Kwon lo detuvo.
— Jaehyun, cariño, ¿Por qué no vuelves a casa? Ya es tarde y tu madre se preocupará— dijo la mayor.
Cambiando la vista hacia Haru, Jaehyun frunció un poco el ceño al sentirse ligeramente culpable por la situación delicada en la que ella se encontraba ahora.
— Está bien...— contestó, agachando un poco la cabeza y poniéndose de pie, no sin antes darle una última mirada a Haru. Quería reírse de ella por tener el cabello como un nido de pájaros, mas se contuvo porque los padres de ella estaban allí— Hasta luego.
— Adiós— se despidió la niña, tal y como si Jaehyun fuera su ultima esperanza de salir ilesa de aquella situación.
Apenas se escuchó el ruido de la puerta principal cerrándose, Haru volvió la vista a sus padres, esperando el veredicto final.
— Estás castigada. Una semana sin galletas...— comenzó la mayor a lo que su hija rodó los ojos— y nada de ir a jugar con Jaehyun.
— ¡Mamá!— se quejó la menor luego de escuchar la última parte del castigo. A sus ojos, literalmente su madre le estaba quitando toda fuente de felicidad que tenía su vida.
— ¡Y tú, ayúdame!— exclamó la señora Kwon en dirección a su esposo.
— Haru, hazle caso a tu madre, ¿sí?— preguntó su padre con tono tranquilo, a lo que se escuchó el suspiro de su pequeña hija seguido de un asentimiento de mala gana. La señora Know estaba incrédula y solo pudo observar sorprendida e indignada a su hija, que al parecer ahora solo le hacía caso a su padre— Ve a tu cuarto.
— Bien...— refunfuñó y se dirigió a paso lento y desganado hacia las escaleras.
Una vez en su cuarto se tiró a su cama y observó el techo como si fuera el fin del mundo. ¿Qué haría sin galletas y Jaehyun por una semana? Adiós a toda felicidad, ya nada tenía sentido.
Sumida en sus pensamientos pesimistas y visualizando toda una escena apocalíptica, Haru se sobresaltó al escuchar unos golpecitos en la ventana que la hicieron volver a la realidad. A través de la cortina pudo ver a su vecino subido al árbol de su patio, intentando llamar su atención mientras se sostenía con la otra mano de una de las ramas.
— ¿Qué rayos haces aquí?— le preguntó Haru mientras levantaba el vidrio, lo que hizo que Jaehyun escuchara solamente la mitad de su pregunta.
— Alcancé a escuchar lo que tu madre dijo, entonces fui rápido a mi casa a buscar esto— contestó, adivinando la pregunta de Haru y enseñándole una pequeña lonchera de Woody para, finalmente, extendérsela.
Con sus pequeñas manos, la niña tomó la lonchera de Toy Story y la abrió con cuidado, para observar más de una decena de galletas que a sus ojos brillaban como si fueran lingotes de oro.
— Jaehyun... acabas de salvar mi vida— comentó Haru tal y como si le hubieran dado el mejor regalo del mundo. Claramente lo era, porque aquellas galletas la ayudarían a sobrevivir el castigo impuesto por su madre.
— Solo no te las comas todas ahora, ¿sí? Debes guardar para el resto de la semana— dijo escéptico, confiando poco en el poder de autocontrol de su vecina y advirtiéndole con la mirada.
— ¡Bien!— exclamó ella con una sonrisa alegre— Y en estos días que yo no esté, ten cuidado cuando vayas al parque, ¿Qué harás si te cruzas a esa niña y te intenta atacar otra vez?
— Correré— respondió Jaehyun automáticamente, provocando la risa de Haru— Ya me tengo que ir, recuerda no comer todas las galletas hoy.
Mientras el chico comenzaba a bajar por entre las ramas del robusto árbol, Haru asentía repetidas veces. Ambos se saludaron una vez más con la mano y finalmente, la niña cerró la ventana mientras volvía la vista nuevamente a las galletas dentro de la lonchera.
El castigo ahora no se veía tan mal, no había ido presa y su vecino le había llevado galletas, por lo que comenzó a creer que haber mordido a la niña del tobogán quizás había valido la pena.
playful smile
itsmartinac | 2O21
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𝗣𝗟𝗔𝗬𝗙𝗨𝗟 𝗦𝗠𝗜𝗟𝗘 • jeong jaehyun
Fanfiction━━ 𝗣𝗟𝗔𝗬𝗙𝗨𝗟 𝗦𝗠𝗜𝗟𝗘 su sonrisa traviesa y su forma de ser no hacían más que molestar a Jeong Jaehyun. o al menos eso es lo que ambos creyeron por un largo tiempo. inicio; 12/02/20 publicación; 28/06/20 finalización; ?????