Capitulo 10

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Lucca

Máscaras fuera.

Estoy perdido en una nube de placer.Que jamás había experimentado en mi jodida vida.Sentirla encima de mi y verle los ojos mientras disparaba sin miramientos a todos esos cabrones a sido lo mas jodidamente excitante de este planeta.

Sentir piel con piel y como sus paredes vaginales aparentaban mi polla,lo jodidamente estrecha que es y los suaves gemidos que salían de sus labios fue el jodido paraíso.

Sin embargo todo eso se fue disipando al ver su rostro al terminar.Se estaba arrepintiendo,y si tal vez estaba mal,pero definitivamente no me arrepentía y todo eso me comenzó a cabrear.Pero nada de eso tuvo importancia hasta que vi que tenía una jodida bala en la pierna y aún así me había permitido follarla como el animal que llevo dentro.

¡Esta loca!

Su pierna estaba cubierta de un manto carmesí y la herida de bala se veía perfectamente,no había atravesado,seguía allí,incrustada en su pierna.La ira inunda mi cuerpo y no soy capaz de siquiera mirarla a la cara.

Arranco la moto dejándola en la misma posición donde se a encontraba sin importarme una mierda que lleve las bragas rotas o que mi pantalón no esté abrochado. Aprieto el Inter comunicador para hablar con Matteo mientras salgo del bosque.

—Matteo necesito que lleves a Thomas a la mansión cuanto antes,Astrid esta herida.—Digo tratando de contener la ira que crece en mi.

—Ahora mismo.¿Está bien?

—Si.—No digo nada mas y corto la comunicación.

Mi pequeño zafiro va abrazado a mi con la cabeza en el hueco de mi cuello...y esperen un momento.

¿Mi?

Si,ella es mía,a partir de ahora nadie mas que yo la puede tener.

Así sea por las buenas o por las malas.

Llegamos a la mansión y la llevo cargada como noche de bodas, subo directo a su habitación el médico ya está esperando.Esta acostumbrado a este tipo de situaciones así que no hace preguntas y solo se dedica a sacar la bala y curar la herida.No despego la mirada de todo lo que hace y evito mirar directamente a Astrid aunque se perfectamente que me está mirando a mi.No se queja del dolor y eso me hace sentir extrañamente orgulloso.

El médico termina y salgo de la habitación junto con el para que Rosa la ayude a bañarse.

—Que haga reposo señor Lucca,perdió mucha sangre y aunque la herida no se infestó seria mejor que la cuidaran y le dieran algunos calmantes para el dolor.—Dice entregándome las pastillas.

—Gracias Thomas , Matteo te llevará.

El médico se marcha y yo voy a por un Whiskey tengo que hablar con esa pequeña demonio y tengo que estar calmado para ello.No puedo volver a perder los estribos con ella.

Tres tragos después me siento lo suficientemente calmado como para exigir las respuestas que necesito.Me dirijo a su habitación y entro sin tocar.La encuentro acostada en la cama leyendo.Solo levanta la vista y al observarme deja el libro a un lado esperando lo que he venido a decir.

—Creo que me debes unas respuestas.—Digo cruzándome de brazos recostado a la puerta.

—Supongo que si.—Responde.

—¿Entonces dime cómo es que una niña mimada de papi sabe disparar como lo has echo esta tarde?.—Digo algo molesto de pronto e intento calmarme.

—¿ De verdad pensaste que no sabía como usar un arma ? Se quién es mi padre y a qué se dedica.—Tiene razón,mas no me convence .

—Pues no lo parece.Ya que la mujer que he visto hoy no tiene absolutamente nada que ver con la niña tonta que he visto hasta ahora.

Perversa Traición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora