Encuentrame En París "El Reencuentro vol.2"

Nada Es lo que Parece

   Salimos de casa Emma, Julia, Hugo y yo, todavía con estas dos primeras riéndose de lo que Julia dijo al pie de las escaleras sobre como yo miraba a "H", vamos en el carro y no puedo evitar desviar la mirada cada vez a mi izquierda para echarle un vistazo a Hugo (es que se ve tan bello con ese estilo de bad boy), el trayecto desde casa hasta las calles mas lujosas de París donde se encontraban todas las tiendas mas exclusivas y con el ultimo grito de la moda en sus escaparates se me hizo extremadamente corto y es que ¿a quién no? Con semejante hombre a su lado desprendiendo sexualidad en cada uno de sus movimientos por muy mínimo que fuera, ¿Cómo es posible que se vea tan sexi haciendo algo tan común?.

   Hugo se estaciona al frente de una de las tiendas para que nosotras podamos bajar y entrar mientras él guarda el auto en uno de los estacionamientos mas cercanos, sin esperar a nada mis dos mejores amigas me cojen de los brazos y nos dirigimos hacia la entrada de la tienda para cumplir con nuestro plan el cual es pasar la mejor mañana de compras, caminando por la tienda y viendo toda la hermosura que en ella había y que yo ya estaba acostumbrada a ver quede deslumbrada por uno de los vestidos que tenia uno de los maniquí de la tienda, era un vestido de lentejuelas doradas, no muy corto, con toda espalda descubierta ¡infinitamente descubierta!, y unas delgadas tiras para sostenerlo a los hombros de la persona que lo fuera a usar, estaba tan concentrada en la belleza del vestido que no me percate que “H” había llegado hasta mí y estaba justo a mi lado.

—Pruevatelo  —Volteo en su dirección al escuchar su hermosa y sexi voz—  se te vera hermoso, de eso no cabe ninguna duda.

—No lo se  —Lo miro a los ojos y es que me encanta ver la adoración con la que mira—  además no voy a usarlo para ninguna ocasión, ya sabes que tengo muchos vestidos y no los e usado todos aún.

—Si, ya se que tienes un montón de vestidos, pero... —Hace una pausa y se queda pensando para luego volver hablar— Pero ninguno es como este y ninguno te lo e regalado yo, no me irás a decir que no ¿verdad?.

   Lo miro sorprendida ¿Cómo que me lo va a regalar él? —Te has vuelto loco Hugo, esta belleza debe de costar mucho dinero y tu no tienes por que gastar en mi —Me mira  y se que esta aguantando las ganas de reir— no entiendo ¿Qué te causa tanta gracia “H”?.

—Tu, tu me causas risa en estos momentos cuando quieres ser orgullosa conmigo ¿es broma cierto?, Mel es solo dinero y de eso tu y yo tenemos bastante, no es por presumir, es para que te des cuenta que aunque lo que tenga en mi bolsillo sea sólo un centavo no me dolería gastarlos en ti porqué tu te mereces eso y mucho mas —Lo miro sorprendida, no entiendo como siempre puede decir cosas simples que viniendo de él dejan de convertirse en simples para volverse super especiales— ahora ve a probarte esa hermosura de vestido — dijo mientras llamaba a una de las dependientas de la tienda.

   Lo miraba fijamente mientras hablaba con una de las dependientas de la tienda, muy joven para mi gusto que al parecer estaba embobada con la belleza y sensualidad de Hugo, no pude evitar sentir un poco de celos y no pude evitar acercarme a ellos sin pensarlo, ya estando junto a ellos tenia que seguir con el loco plan que había inventado mi corazón un poco movido por los celos causados por ver a mi “H” hablando con otra (Lo se, lo se... Subconsciente no es hora de aparecer, ya se que aun no es mio pero no me importa).

—Amooorr —Digo alargando la palabra un poco mas de lo normal mientras que me le guindo del brazo literalmente y le doy un beso en la mejilla que se demora mas de la cuenta— Amorsito ¿le podrias pedir el favor a la chica de que nos tome una foto juntos? anda ¿Si?.

   Hugo me mira un tanto extrañado por lo que acabo de decir pero al mirarme como siempre termino leyendo lo que decia mi mirada y no dudo en sonreir ampliamente al darce cuenta de mis celos, deposito un pequeño beso en mis labios para luego hablar con Samantha (ese era el nombre de la chica, lo lei en el momento que me acerque en el pequeño listón dorado que llevaba en el bolsillo izquierdo de su camisa).