Los hermanos de las bandanas de colores cálidos estaban en el salón. El pequeño caminaba de un lado a otro, tratando de despejar un poco la mente; y el mayor, sentado con las piernas cruzadas, moviendo una inquietamente, y con una mano en la boca.
¿Cómo narices había pasado aquello? A su mente acudieron muchas preguntas.
¿Por qué se separó del equipo si justamente ÉL era el líder? ¿Por qué les abandonó a su suerte por curiosidad? ¿De dónde venía el personaje que le mordió? ¿Era pacífico? ... Bueno, lo último ya se sabía... ¿Por qué lo hizo? ¡¿Y por qué tenía ahora una colita?!
Y, la más importante, ¿qué o quién era Renji? ¿Era un nombre en clave o era real? Si era así... ¿De qué? ¿Por qué lo dijo? ¿Lo había visto antes?
Una sensación interrumpió sus pensamientos. Con un poco de esperanza, se giró. Los ojos que vio no eran los azules zafiro de Leonardo.
- ¿Qué tal está? - exclamó triste Mikey al verlo - ¿Se va a recuperar?
Donnie sonrió. Pudo comprender que era una sonrisa falsa. Su expresión no reflejaba felicidad. Más bien, todo lo contrario.
Dio un largo suspiro antes de contestar.
- Raph - le miró a los ojos, casi suplicándole - ... Ven, por favor...
Se levantó despacio. Notó la mirada del pequeño en cada movimiento que hacía, con tristeza.
- ¿No puedo ir yo también? - preguntó mientras se acercaba al que le había llamado, ligeramente mosqueado.
- No, no puedes - respondió el de la bandana roja con sequedad, su voz le salió más ronca y fría de lo que quería.
Mikey se le quedó mirando, sin creerse que lo iban a dejar allí... Y así fue.
Se acercaron al laboratorio y pararon en la puerta. Donnie puso la mano en el pomo y se miraron a los ojos durante unos segundos.
- Y... ¿deseas algo? - dijo con un tono levemente irónico, pasando al serio de nuevo.
- Sólo quería decirte y enseñarte el estado de Leo... - bajó la mirada, sus ojos estaban empañados.
- ... ¿Y bien? ¿Está mejor?
- ... Bueno... - río nerviosamente, llevándose la otra mano a la nuca, para después volver a dejarla bajar - ... Esto... Está "bien"... - recalcó las comillas con los dedos.
- ¿A qué te refieres con eso? - le imitó, burlándose.
- ... Las heridas de la cabeza están vendadas y curadas... - hizo una pausa - ... Como sabrás, intenté coserle la herida profunda... - Raphael recordó aquel momento con los ojos cerrados, con una leve mueca de sufrimiento y dolor - ... Pero no pude - abrió los ojos de nuevo, sorprendido.
- ¿Cómo que no pudiste? - frunció el ceño, extrañado y confundido.
- Se... Movía demasiado. Además, la herida era muy profunda y no daría efecto. Es decir, seguiría abierta... En cuanto a lo de la sangre - rió brevemente; Raphael no comprendió - tendremos que recoger más.
- ... ¿Vamos a entrar de una vez? - no pudo contener su impaciencia, le llevaba siguiendo más de una hora.
- S-sí - bajó el pomo - . Pero no te asustes, ¿vale?
- ¿Por qué debería...? - sus palabras se las comió la puerta, abriéndose por fin.
Lo que vio le dejó sin aliento ni apetito.
Descubrió a su hermano mayor tumbado en la camilla. Sus antebrazos estaban ocupados por las agujas con la sangre, por si había algún problema. Sus piernas estaban en el mismo estado, al igual que el cuello, pero éste con una sola.
Unos tubos conectados a unas máquinas salían de su boca. Gracias a esos, seguía respirando y "tomaba" los nutrientes que necesitaba. La parte de su cara que podía distinguir estaba pálida, pero neutra, sin expresiones, como si estuviera durmiendo y soñara con un mal sueño.
Además, por si no fuera poco, tenía una especie de casco metálico en la cabeza. Cubría todo el cerebro sin excepción. Uno de los cables que salía de ese extraño sombrero estaba conectado al ordenador de su hermano.
Aquella situación parecía una pesadilla. Si tan solo hubiera permanecido con ellos,nada de eso habría pasado...
- ... ¿P-para qué...? - sus palabras salieron pesadamente de su boca, sin terminar la pregunta.
- Me di cuenta de todo el daño que se había hecho en la cabeza - la señaló - y decidí ver si había originado algo peor... - la pausa y la tensión estaban matando lentamente al hermano mayor - ... Pero no fue así - suspiró, aliviado - ... Pero, a su vez, observé una cosa curiosa y preocupante a menor escala.
Se acercó al ordenador, sentó en el silla y tecleó varias letras. Cuando llegó a su lado, le enseñó una imagen.
Parecía un cerebro... Sí, lo era. Estaba pintado completamente de azul. Aunque, había una pequeña parte, menor que la uña de un dedo, de color amarillo.
No supo lo que era, pero no le gustaba.
- ¿Traducción? - preguntó, empezándose a preocupar otra vez.
- La parte azul - la señaló con las manos - es el... Digamos que es la consciencia suya, la de Leo.
- ¿Y la amarilla? - la señaló.
- No lo sé - negó con la cabeza - . No creo que sea bueno o buena... ¿Sabes lo que significa? - le miró.
- No.
- Que puede ser que en el futuro esa cosa - su mirada se perdió en el dibujo - pueda "controlarlo mentalmente"...
No pudo contenerse. Empezó a reírse fuertemente.
- ¿De verdad piensas eso, genio? - farfulló entre carcajadas.
Se enfadó ligeramente y le golpeó el hombro.
- Para ya.
- Vale, vale. Tranquilo.
- ... Creo que tenemos un problema...
- ¿Mmm? ¿Cuál?
Señaló al intrépido líder.
- ¿Cómo se lo decimos a Splinter?
Se quedó quieto. No había caído en la cuenta... ¿Cómo? ... Una idea cruzó por su cabeza.
- Se me acaba de ocurrir algo, te lo digo mañana - el más alto iba a replicar pero le interrumpió - . Hoy le vigilaré yo. Duerme tranquilo, ya has hecho mucho.
Sonrió de oreja a oreja. Se desperezó y se fue a dormir, agradecido.
Tras unos minutos meditando en silencio, le miró a la cara... O intentó.
- En los líos en los que te metes, Leonardo... - ríe tristemente.
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Bad Blood [CANCELADA]
FanfictionKraang y una fábrica abandonada... ¿Quién iría? Yo por supuesto no. Pero estos cuatro nunca aprenden. Y menos el mayor, Leonardo. "La curiosidad mordió al gato", dicen. Nunca había cobrado tanto sentido. TMNT fanfic gore, totalmente en español.