Parte 9

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Raphael tragó saliva, blanco, aterrorizado. Su hermano... Estaba cambiando. Su cuerpo se transformó.

Sus ojos zafiro desaparecieron junto a la pupila y fueron devorados por aquel amarillo fuego. Aunque ese horroroso color no le dejaba ver el azul, vio un destello de miedo profundo. ¿Podía...? ¿Podía ver, acaso? Lo dudó, era demasiado opaco.

La mordida brilló levemente con un tono rojizo, como si hubiera lava en vez de sangre en su interior.

Le apretó bien las manos, para que no se alterara. Si le hubiera mordido al de rojo y no al líder.... Se sintió culpable por no haber visto ni la jaula romperse, ni el alienígena huyendo, ni a Leo tras él. Si, al menos, hubiera tenido sentido común...

La cola que le había aparecido de la nada... Creció. Empezó a alargarse hasta rozar el suelo, apoyada en la camilla. Se ensanchó en la parte que se unía al caparazón y, suavemente, iba convirtiéndose más delgada hacia la punta un poco afilada.

Raph aflojó sus manos al verlo. ¿Cómo... Era posible? Escuchó unos pasos y se giró hacia ellos.

Dos muchachos, dos hermanos. Donnie tenía los ojos muy abiertos y parecía que iba a decir algo. Su expresión y sus pasos rápidos confirmaron el miedo y curiosidad que tenía. Mikey, en cambio, tenía una cara de extrañado y asombrado... ¿Le parecía... Gracioso?

¡¿Cómo podría serlo?! ¡Si daba miedo! El líder se transformó, su cuerpo se motamorfeó... ¿Y le parecía chistoso? ¡Oh, venga ya! Después de todo eso, le iba a dar una paliza que, ni siquiera él, se iba a reconocer ante el espejo.

Mientras los miraba viniendo hacia ellos, escuchó una voz.

- Raphael... - lo miró y le apretó suavemente las manos - ¿Quiénes acaban de entrar?

Volvió a tragar saliva. ¿Cómo sabía que los dos habían llegado? Seguramente los había oído o sentido, no sabía cómo funcionaba la cabeza de su hermano.

- Leo... - dijo con un tono de preocupación el genio, llegando a su lado pero guardando las distancias; le asustaba; Mikey hizo lo mismo - ... ¿Estás bien?... ¿Qué te pasa?

Leonardo frunció el ceño y trató de girar la cabeza hacia él.

- ¿Cómo crees que estoy? - estaba enfadado; soltó sus manos y las llevó a la camilla, pero la cola se lo impedió; asustado e intrigado, empezó a palparla suavemente - ... Tengo... Esta cola, mi cuerpo arde como la lava, mi hombro palpita, mis ojos queman, no puedo ver... - su voz se quebró, junto a su mueca, y unas lágrimas salieron de ellos - ... ¿Cómo crees que me siento? ... Duele mucho...

Mikey no pudo más. Corrió y le abrazó fuertemente. El líder emitió un gemido, sorprendido. No se lo esperaba. Sus lágrimas se ralentizaron.

- Tranquilo. Todo va a salir bien - le dijo al oído - ¿Vale?

Rió suavemente. Leonardo sonrió, triste. Sus ojos se endulzaron.

- ... Gracias - murmuró, cerró los párpados y correspondió.

Raph miró al genio, sonriendo y le imitó. Era muy dulce ver al pequeño preocupándose por el mayor.

El de rojo se levantó de la camilla, dejándoles espacio, y se situó al lado de Donnie.

Alzó la cabeza para mirarle.

- ¿Crees que se pondrá bien? - le susurró, para que no le escuchara.

Los ojos café le miraron, con un brillo imperceptible rojizo. Eran increíblemente... Neutros. Raphael se sorprendió por la calma que estaba manteniendo.

Suspiró, triste, como si tuviera que tratar con mutantes que mutan todos los días... Mutantes que mutan... ¿Cómo era posible? Qué raro...

- Espero que sí, hermano. Aunque nada volverá a ser como antes... - miró a sus hermanos, todavía abrazados, levemente preocupado.

El de ojos verdes se alarmó por su reacción. ¿No sabía si iba a mejorar? ¿Podría quedarse así para siempre? No...

Su mirada corrió de nuevo hacia el líder. Observó su rostro. Pegado a la mejilla del pequeño, sonreía tristemente.

Movió la larga cola que tenía y se la enrolló en la cintura al menor. Los dos se apartaron, sorprendidos, y rieron brevemente.

Se tumbó y le alzó, suavemente. Mikey dio una risa alegre. Hacía mucho que no lo hacía. El herido sonrió, por primera vez, y abrió los ojos. Perdió fuerzas. Su hermano cayó encima suyo, aturdido.

Chilló fuertemente y le empujó a un lado.

- ¿Qué pasó? - el más alto y el de ojos verdes dieron un paso adelante, preocupados.

Hizo una mueca de dolor, pero, casi enseguida, desapareció.

- Mi... Hombro... - se sentó, llevándose una mano cerca, dolorido.

Lo movió un poco.

- Pero... Ya no es nada - rió.

Miró a Raphael. Pudo distinguir en sus ojos que el color amarillo fuego brillaba, oscureciéndose por la parte de los lacrimales, volviéndose más blanco alrededor de lo que deberían ser su iris y su pupila. Sonrió enseñando los dientes. Era una sonrisa sincera. Raph correspondió.

- ¿Qué pasó? - Donnie también se dio cuenta del cambio, sorprendido.

Su mirada fue hacia la del que había hablado. El blanco de sus ojos se movió y, con él, los lados oscuros. Un escalofrío bajó por su espalda.

Sonrió enseñando los dientes.

- ... Puedo ver - rió.

Sus rostros se llenaron de alegría. Por fin una buena noticia entre tanta desgracia.

El alto extendió una mano hacia el líder, dando una sonrisa. Éste la miró con curiosidad.

- ¿Vienes? - preguntó pasado un rato.

"¿A dónde?", pensó Raph.

- ... ¿A dónde? - pareció que le había leído la mente.

Su cara mostraba curiosidad pero, sabiendo que era el responsable de las agujas, mostraba una pizca de miedo. Pero le había salvado la vida.

- A tu habitación, por supuesto. Tienes que descansar.

Dudó unos minutos pero la cogió con determinación. Se levantó débilmente con la ayuda de Mikey.

- P-Pero estoy bien - sonrió.

Hasta Raphael pudo notar que sus rodillas temblaban levemente y que apoyaba la mayor parte de su peso en el brazo de su hermano.

- No, no lo estás - su voz llamó la atención de los tres; sonaba... Fría y un poco dura - . Haz lo que te dice.

Rechistó con la mirada pero, tras segundos de guerra, se rindió.

- Vale - resopló.

Le agarró la mano. Le acompañó hasta su cuarto con paciencia. Iba cojeando.

Raph les siguió con la mirada hasta el marco de la puerta. Lo último que distinguió fue la cola ondeando.

Cuando Splinter viera así a su hijo al día siguiente, iba a asustarse, preocuparse y enfadarse mucho. Claro, si es que lo hacía... Esperaba, de verdad, que el cuerpo de su hermano volviera a la normalidad. Aunque su deseo no podía cumplirse.

- Raph... - una voz suave lo sacó de sus pensamientos y le miró - ... Todo va a volver a ser como antes... ¿No?

"No, no va a pasar. Es imposible que pueda. Todo va a salir mal. Va a ser como una pesadilla. Va a ser horroroso".

- Claro, ¿por qué no? - sonrió y le acarició la cabeza de su hermanito; sus labios eran incapaces de mentirle.

Bad Blood [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora