Narrador (Yo):
Era un sábado por la noche, Giyū y Kochō se encontraban sentados en el sofá viendo una película, ambos ahora respetado la distancia del otro como si fueran desconocidos, pues ya hacía unas semanas de su reciente pelea, la cual les llevo a ser distantes, cortantes y demaciado fríos, ninguno se dirigía la palabra, solo miradas y algunos “Hola”.
Todo esto le estaba cansando a la pelimorada, quien cada día más empezaba a sentirse sola y muy incómoda, estaba pensando en irse y tomar otras medidas, aunque no lo procesaba aún bien, algo que le hacía enloquecer, tapando su cara con una mano cerrando los ojos pensando que podría hacer.
Por otro lado, el pelinegro estaba manteniéndose “Serio” como si no le importará como siempre, aunque por dentro se estaba muriendo de la tristeza, no podía permitir una noche más sin abrazarla o sentir su dulce aroma, que era cálido, era lo único que le hacía aliviar.
Así que para ambos estaba siendo unas semanas fatales, querían hablar pero ninguno se decidía, además por el miedo del rechazo y por lo absurda que fue la anterior pelea, Giyū reconocía que por su parte tal vez fue infantil comportarse de esa manera, aunque aún le dolía el echo de que le pusieran tranquilizantes a su bebida.
Pasaron las horas y la película había terminado, como siempre la primera en levantarse e ir a su habitación era Kochō, pero esa noche cambio inesperadamente...
El pelinegro se había puesto de pie para sujetar el brazo de la pelimorada y la llevarla hacia el abrazándola, ella no tuvo una reacción, era algo extraño y muy raro que el tratara de arreglar las cosas primero, usualmente ella lo solía hacer, pero al parecer está vez no.
- Tomioka? Pasa algo? - Hablo con su tono de voz de siempre, aunque por dentro se estaba muriendo de felicidad y nerviosismo tenía que aguantarse antes de cometer algún error - No es nada... Sólo extraño tu olor - Hablo el alto haciendo un poco de presión en el abrazo tratando de esconder la vergüenza que tenía, eso hizo que Shinobu aceptará el abrazo sintiendo una cálida bienvenida en su corazón lo cual le hizo sonreír.
- Sabía que no podías aguantar - Soltó una risa baja y pegó su cara al pecho del alto haciendo un abrazo más tierno, un abrazo que ambos esperaban desde hace unas semanas, ambos no se negaron por nada del mundo al cálido abrazo.
De un abrazo ambos pasaron al beso que tanto esperaban, así juntando ambos labios de manera tierna (Por el momento), que con el paso del tiempo ese beso empezaba a ponerse un poco más caliente, ahora empezando a intercambiar saliva, ambos no se resistían, solo se dejaban guíar por los instintos de ambos.
De un momento a otro Tomioka tomo la cintura de Shinobu y se sentó en el sofá haciendo que está se sentará encima de el, ahora los toqueteos estaban por en medio, ninguno de los dos se quejaban, era algo que esperaban hace unas semanas.
¿Para que esperar más?
La pelimorada pasó su mano en el pecho por arriba de la camisa blanca que su pareja portaba, con deseó, como si no lo hubiera tocado hace años. Este al instante notó sus movimientos y no se quedó atrás, así que se decidió por empezar a dejar marcas por su cuello y empezar a tocar ambos pechos de la bajita, era justo para el; de un momento a otro el ambiente empezó a ponerse más desesperado, A Tomioka le empezaba a incomodar su vestimenta de cadera para abajo, cosa que noto Shinobu, tenía miedo por lo que iba a hacer, pero estaba segura que hoy lo haría.
Kochō se separó de Giyū y se puso de pie para tomar un cojín, lo dejo en el suelo, cosa que le pareció extraño al pelinegro, noto a dónde iba cuando está se arrodilló delante de él subiéndose en el cojín para no lastimar sus rodillas; era cierto que era la primera vez que realizaba una “Mamada”, por lo cual se le notaba algo difícil de ver en ella, nervios.
- Mariposa, sabes que no tienes que hacerlo, hagamos lo de siempre - Tomioka hablo dulce y suave acariciando la cabeza de Shinobu, ella negó rápidamente y procedió a sacar el miembro ya erecto de Tomioka, eso fue tanto de sorpresa que las mejillas de Giyū se tornaron de un rojo carmesí - No te preocupes, no quiero que sea lo de siempre, quiero algo diferente - Ella hablaba con mucha seguridad empezando a frotar el miembro de este acariciando la punta con su dedo índice, escuchando los pequeños jadeos que soltaba. No lo pensó más y empezó a lamer empezando por el glande bajando por todo el tronco repetidas veces, era su primera vez pero no era tonta.
Proseguido de ese pequeño calentamiento procedió a meter todo a su boca despacio pasando su lengua por todos los lugares, ante ese movimiento no tardó en escuchar los gemidos de Giyū, parecía estarle gustando, así que empezó a aumentar la velocidad.
Giyū no tardó mucho en desesperarse, así que tomando la cabeza con cuidado de su pareja, empezó a mover su cadera de arriba a abajo para aumentar la velocidad entrando más profundo; La pelimorada al notar eso abrió los ojos, los cuales se llenaron de lágrimas al pasar por lo brusco, sentía el miembro de este pasar por toda su garganta, le gustaba pero le era difícil respirar, pero tampoco se quejaba tanto ya que empezó a darse placer con sus propias manos masturbándose mientras Giyū follaba su boca.
- Y-Ya estoy - Dijo entre gemidos Giyū avisando que estaba por venirse, Shinobu solo cerro los ojos y de un momento a otro sintió un líquido caliente bajar por toda su garganta, también escucho claramente un gemido de este.
Tomioka salió de la boca de la pelimorada y la miró con algo de preocupación - Estás bien? - La chica abrió los ojos y le miro asintiendo varias veces tragando todo, le había gustado aquella nieva experiencia, también a Giyū, fue quien lo disfruto más.
Tomioka le ayudo a levantarse y le dió un beso, Giyū no era de esas personas que le daba asco besar después de una mamada, A Shinobu tampoco le desagradaba.
Tomioka prosiguiendo con el momento y recostó en el sofá a su pareja poniéndose entre sus piernas, empezando a quitarle la ropa con ansias, ella también ayudaba a quitarle la ropa, hasta ambos quedar desnudos, así aprovecho para tomar de la cajonera de alado del sofá un condon, el cual abrió con sus manos y lo puso en su erecto miembro, después abrazo de la cintura a Shinobu y de una estocada logro entrar, Kochō no pudo evitar soltar un gemido y extender sus piernas doblando sus dedos, tomando con brusquedad la espalda de Tomioka quien empezaba a darle con una velocidad alta, la pelimorada estaba siendo elevada al cielo por la fuerza, parecía premio más que castigó, así que todos los gemidos de ella y los jadeos y gruñidos de el pelinegro se hicieron presentes en la sala, además de el choque de sus pieles que ambientaba más.
Shinobu quien gemia con más intensidad - T-Tomioka!~ - Era lo único que podía pronunciar al sentir como empezaba a sentir la ola de calor provocando espasmos, aquellos espasmos le gustaban a Giyū haciendo que subiera más la intensidad debido a lo estrecha que está empezaba a ser.
- Tomioka! - Se escuchó cuando la bajita por fin terminaba de correrse sintiendo cómo Giyū apretaba la cintura también corriendose soltando todo el líquido en el condón.
El pelinegro salió de la entrada y se sentó alado de Kochō, ambos retomando su respiración bastante agitados.
Tomioka quien se quitó el condón tirando esté en el bote de basura cerca de la televisión se dió la vuelta para abrazar a su pareja poniendo su cabeza entre sus pechos como niño pequeño, ella solo soltó una risa y acarició el pelo de este dejando un tierno beso - No volvamos a pelear por estupideces... De acuerdo? - Shinobu hablo claro y suave, solo sintió como la cabeza de el pelinegro asentía.
Hasta por fin ambos quedar dormidos.
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Buenaaas! Espero que hayan disfrutado este capítulo de la reconciliación, más adelante vendrán mas peleas, quien sabe, y perdón por tardar, posiblemente todos los fines de semana este actualizando, no siempre pero no dejaré la historia, así que no se preocupen, solo sean pacientes, gracias por el apoyo ♡. Se despide Shady.
Shady_5212