Zuko los invito a almorzar, así que les dijo que se instalarán. Aang quería decirle que no podía quedarse mucho tiempo, pero Suki le dio un codazo.
- ¡Oye!- Le reclamo- ¿Y eso por qué fue?
- Se amable- Murmuró- Él está muy feliz de verte
Zuko tenía una sonrisa al guiarlos a sus habitaciones. Aang sabía que Suki se volvió la mejor amiga de Zuko, además de ser su protectora, así que era normal que quisiera verlo feliz después de un día estresante. Lo pensó un poco mejor y no dijo nada.
- Sus habitaciones están junto a la mía, espero se sientan cómodos ¿Cuántos días se quedarán?
- Unas tres semanas, si lo permites, claro- Dijo Sokka con una sonrisa
- Claro, quédense el tiempo que quieran
- Gracias, Zuko. Eres muy amable- Le dijo Aang
- En media hora estará el almuerzo. Descansen un rato y cuando esté listo, vendré a buscarlos- Les aviso Zuko
Asintiendo con la cabeza se fue, indicándole a Suki que podía quedarse con Sokka.
- Pero tienes mucho trabajo- Replicó ella
- Descuida. Sé que hace mucho no lo ves y quieres estar con él
Suki le agradeció y tomo a Sokka de la mano. Lo llevaría por el palacio, por los jardínes y luego a ver los alrededores.
Aang estaba cansado, quería quedarse sobre la cama, pero al notar las ojeras del mayor supo que no había estado durmiendo adecuadamente y aún así los recibió con alegría.
- Zuko, yo podría ayudarte con el papeleo
- ¿Seguro?- Alzó una ceja ante la propuesta pero le dedico una sonrisa amable- Yo puedo encargarme, Aang
- Estoy seguro, quiero decir, así podremos acabar más rápido
- Está bien. Iré por el té, espérame en mi despacho, es ahí- Señaló una puerta al final del pasillo
Aang asintió y se dirigió al despacho mientras Zuko iba a la cocina a preparar el té.
Aang estaba por entrar cuando escucho al viejo Jiayi hablar consigo mismo, al parecer se estaba quejando de algo.
- No puedo creerlo...- Se lamentaba el anciano- El señor del fuego no debe actuar así ¡Es inaceptable!- Y se fue dando fuertes pisadas por todo el pasillo
Aang sabía que la realeza debía tener cierta conducta, "reglas de etiqueta", pero él veía a Zuko comportarse como lo hacía y creyó que está bien. Siempre amable y atento.
¿O es que acaso el señor del fuego no debe ser así? Eso lo confundió, pero no le dio tanta importancia. Camino hasta el despacho y al entrar, la luz del sol lo golpeó. Había mucha luz, que resaltaba los distintos tonos de rojo de la habitación.
- Vaya... Nunca había entrado antes aquí, siempre que vengo estoy en los establos o jardines, pero aquí también es agradable
- Eso me alegra escucharlo
- ¡Ah, Zuko! No entres así de pronto- Exclamó con una mano en el pecho, luego de haber dado un pequeño salto
- Oh lo siento, creí que al ser mi despacho podría entrar sin avisar- Explico con una sonrisa, como si fuera algo obvio
- Si, es solo que me sorprendiste
- Lo sé, lamento eso, pero aquí está el té y déjame decirte que quedó delicioso
- Eso lo veremos- Expreso con una gran sonrisa
...
- Tenias razón, esto es aburrido
- Te lo dije, pero agradezco aun más tu ayuda. Se que en este momento preferirías estar en el pueblo gozando de la comida y los bailes que se organizan en las noches, pero estas aquí con todo este papeleo
- ¿Y si vamos a la fiesta de esta noche?
- No puedo Aang, tengo tareas con las que cumplir
- Lo sé, pero también debes descansar, mucho trabajo tampoco es bueno. Te enfermaras o caerás desmayado por el cansancio
- Falta todavía para el baile, ¿Te parece terminar esto y luego irnos?
- De acuerdo
Aang sabia que antes, sin ser el señor del fuego era difícil sacar a Zuko de su zona de confort, ahora con el puesto era casi una misión imposible. Incluso podía pesar que era más sencillo pelear con algún espíritu furioso que sacar a Zuko a divertirse.
Pero Zuko se tomaba su trabajo muy en serio, ya que no quería decepcionar a nadie, ni a su madre ni a su pueblo, tampoco a las personas de las otras naciones que lo odiaban. Aang podía decirle que eso no era cierto, pero Zuko sabia que no era verdad. Aunque fue el camino que sus ancestros forjaron, él también contribuyo. No lo inicio, pero si ayudo, incluso si después lo termino con ayuda del Avatar.
A veces trataba de no pensar en eso, recordándose que el pasado es el pasado, pero para Zuko era difícil que la gente lo perdonará y más difícil no pensar en las cosas terribles que hizo, incluso si trato de remediarlo, como con ese niño en aquella pequeña aldea, el chiquillo lo odio al reconocerlo como alguien de la nación del fuego. Claro, que hay muchas personas más que agradecen lo de la ciudad, así como también que pensara en ellos y no solamente en el equilibrio que debían tener las naciones al permanecer cada una en su lugar. Zuko al final se dio cuenta que se podía aprender algo de cada nación, al igual que las demás personas.
Terminaron todo el papeleo, o al menos lo más importante y Aang ya estaba listo para ir a la fiesta, encontrándose a Sokka y a Suki también en la puerta del palacio, ya vestidos para la ocasión, cuando escucho al anciano Jiayi hablar con Zuko.
El joven gobernante sonreía al anciano, aunque por dentro deseaba callarlo, pero debía escucharlo.
- Mi señor, recuerde que aún debe firmar la autorización para el recorrido de los niños de la escuela al palacio, además debe de verificar personalmente al soldado que hará el recorrido, también debe de preparar un discurso para los jóvenes que entrarán al rendimiento mañana en la mañana, también debe de prepararse para la llegada de sus pretendientes y--
Cuando escucho la palabra pretendientes, Aang se quedó tieso, confundido ante eso.
- Un momento, Suki, ¿A qué se refiere con pretendientes?
- Bueno, Zuko como el señor del fuego debe tener un heredero. Un sucesor que se haga cargo del puesto del señor del fuego cuando Zuko muera, es una tradición y obligación con la debe cumplir
- Creo que es un poco injusto que deba tener esa carga- Menciono Sokka- creo que aún es algo joven para casarse y tener hijos, además, apenas puede con todo el paquete de ser el señor del fuego
- Lo sé Sokka, pero Zuko debe cumplir. Él ha tratado de aplazarlo, pero al parecer no funcionó y ya buscaron posibles candidatos y--
- ¿Candidatos?
- Ups
- Suki, linda, ¿Es de lo que me estabas comentando hace rato?
- Si
- ¿Qué cosa?
- Pues, luego te lo explico Aang
Voltearon hacia Zuko, quién se acercaba a ellos con una sonrisa de disculpa, de esas que ponía y no te podías enojar con él por cancelar.
- Lo siento amigos, debo quedarme a revisar algunas cosas, pero ustedes vayan y diviertanse
- Pero Zuko- Replicó el joven Avatar- venimos para verte y estar contigo, no es justo que debas quedarte
- Ya lo sé Aang, pero mañana habrá una feria con algunos juegos nuevos, si arreglo todo hoy, mañana podré ir
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo, Aang- Le sonrió- ahora ve y diviértete mucho
- Si, claro- Respondió desanimado
Aang y los otros se fueron, mientras Zuko regreso a su oficina con Jiayi detrás de él.
Continuará...
ESTÁS LEYENDO
Hermoso Equilibrio
FanfikceAang no sabe que creer. ¿Lo que siente está bien o está mal? Sabe cuál es su deber con el mundo, pero... Lo que siente por Zuko también es grande. ¿Quedarse con Katara o escuchar su corazón? ¿Deber o amor? ¿Katara o Zuko?