Lo prefiero... ¿A él?

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Al día siguiente Aang se levanto muy temprano y le pidió a una de las cocineras que le ayudara a preparar una rebanada de pastel sabor chocolate para el Señor, pues quería llevársela a su amigo personalmente. La mujer acepto con una sonrisa y ayudo al Avatar a cocinar. Salió un pequeño pastel miniatura. Era de presentación simple pero con buen sabor, así que se dirigió al cuarto de Zuko. Abrió la puerta y Zuko ya estaba despierto, meditando en el balcón cuando se levanto para sonreírle a su amigo.

- Buenos días, Aang

- Buenos días, Zuko, te traje esto- Dejo la charola con el pastel y un té de canela con leche- espero te guste

- Oh, Aang, muchas gracias- Se conmovió, pues siempre quienes tenían esos gestos eran su tío o Suki

Muy pocas personas eran realmente gentiles con él y que confiaban en sus decisiones. Sabía que muchas personas incluso de su propia nación no le tenían estima, ya que había vencido a su padre y arruinado todos los planes de conquista y de mejorar, según lo que había prometido su padre.

Pero de verdad se esforzaba. Quería demostrar que podía hacer mucho mejor las cosas, con un nuevo enfoque. Y esperaba cumplirlo. Fallar no era una opción.

Fallar sería igual a rendirse. Y él, nunca se rendía.

- Es una forma de agradecerte por lo del desayuno de ayer, olvide agradecerte apropiadamente

- Gracias, acompáñame a desayunar y después podemos entrenar, ¿Te parece bien?

- Claro, es una grandiosa idea

Aang se quedo haciéndole compañía a Zuko mientras desayunaban, a él le habían traído una torta junto a un jugo de sandía. Mucho mejor que los moluscos.

El pastel sabía delicioso junto al té, eso con la compañía mutua fue agradable. Luego compartieron una manzana cortada en pedacitos, para entrenar un poco antes de que Zuko se enfocara por completo en una pila de documentos importantes, Aang pudo leer uno de ellos por encima. 

- ¿Acuerdos de pre-matrimonio?- Aang volteo mirando con asombro al joven- ¿Vas a casarte? Ni siquiera sabía que tenías una novia

- No, no tengo una novia... eso es...- Zuko suspiro frustrado y cansado. Ciertamente, era un tema que no le agradaba- No es algo que desee por el momento, pero uno de mis deberes es tener un heredero. Un sucesor que cuide de la nación del fuego, mantenga las tradiciones, que proteja y haga prosperar a la nación, pero...--

- ¿No quieres hijos?

- No, eso si me gustaría y mucho- Sonrió enternecido ante la breve imagen de un hijo o hija- pero no quiero casarme por obligación, sino por amor. Sé que un matrimonio por obligación a la larga sólo trae terribles consecuencias y desagrados que prefiero evitar

- Sin embargo, es muy grande la presión por un heredero, ¿no?

- Así es. El Consejo me dijo que lo mejor era buscar candidatos a esperar conocer al amor de mi vida

- Pero, casarse sin amor no te haría feliz

- Ni a la otra persona- Tomo los papeles con los posibles acuerdos- quisiera arrojar esto y no verlo nunca más, pero debo cumplir con mi deber. Afortunadamente tengo un lapso de tiempo antes de tomar una decisión, y así, conocer a todos

Aang se quedo pensativo, ya que Zuko siempre se refirió a candidatos y no a candidatas. Se le hizo extraño, pero también lo atribuyo a lo tenso que estaba su amigo y pudo haberse equivocado al expresarse, aunque en todo lo demás no haya tenido ese error. No hizo caso a eso y mejor ideo un plan para distraer a su amigo de todo ese embrollo mental. 

Hermoso EquilibrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora