Capítulo 3

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Cada vez que tenían tiempo, Tharn y Lhong observaban las prácticas de la facultad de deporte, aunque no siempre bajaban a saludar, el equipo ya se había acostumbrado a su presencia. Lhong le había echado el ojo a uno de los laterales del equipo, era bajo y delgado con cabello enrulado, gracias a su tamaño esquivaba con rapidez a la defensa y pateaba con excelente puntería. Techno le había dicho que su nombre era Jay y le encantaba los partidos de futbol, de vez en cuando se juntaban en su casa para ver los campeonatos. Lhong no sabía nada de futbol, pero ahora se estaba informando más para así tener algo de que hablar con el chico.

- Ahí esta ese alfa descarado – gruñó Lhong cuando vio un compañero de su "amor" dándole una botella de agua – siempre pasando el agua. Se cuáles son tus tácticas, pervertido – gruñó haciendo reír a su amigo.

- Podemos bajar – dijo Tharn – Techno dijo que podía presentarte y te podría invitar a una de sus tardes de futbol.

- Pero tienes que ir conmigo, Tharn – suplicó – tienes que apoyarme – pidió.

- Yo no veo futbol – mencionó. Le aburría los partidos – estaré sin saber qué hacer.

- Estarás ahí para darme apoyo – le indicó – y podrías hablar con Type, ya no te gruñe tanto al hablar.

En esos meses, cada vez que Tharn tenía practica en el bar, había ayudado a Type y Techno a llegar a sus casas. En las pocas conversaciones que tenían en el auto, Type hablaba sin ser cortante y podían entablar una conversación decente mientras duraba el viaje. Lo malo era que a Tar no le agradaba eso. El omega había comenzado a ir a todas sus prácticas en el Pub para que pasaran el tiempo juntos, a la salida el alfa lo llevaba a su casa. Por lo que pudo notar que su omega estaba disconforme con el aroma que encontraba en el auto cada vez que subía, liberaba más feromonas de lo normal, su aroma envolvía por completo a Tharn. Al principio se quejó, pero al notar que eso no iba a cambiar, ya no decía nada. Aun así, Tharn podía sentir su disconformidad, hasta en los besos, ahora rápidos, de despedida que le daba.  Para consentirlo  y volver a recibir los besos deseosos de su omega, había preparado y le había prometido una cita en el zoológico el fin de semana. El omega dichoso lo besó como antes, sentándose entre sus piernas y devorándolo a besos por varios minutos, mientras sus entrepiernas se juntaban y el alfa paseaba sus manos por todo el delicado y suave cuerpo del menor.

El paseo por el zoológico fue tranquilo, Tar sonreía y corría a ver los elefantes, sorprendiéndose como estos se bañaban, salpicando el agua cuando estaban cerca de la gente. Tharn sonreía tranquilo viendo a Tar tan animado.

- P'Tharn, apúrate, vamos a ver a los monos – llamó a su novio que se encontraba a unos pasos detrás.

Cuando ingresaron al área de los monos, todo se volvió bullicioso, para poder conversar era necesario hacerlo muy cerca. Tar seguía paseando leyendo todos los carteles que tenían los nombres de cada especie, mientras Tharn caminaba detrás de él.

- Mira, P' – dijo señalando un cartel – aquí dice que los gibones son parejas toda la vida, como nosotros, alfa – indicó sonriendo – también encuentran a su predestinado y se quedan con este toda la vida.

Tharn le sonrió mientras el chico sacaba foto del cartel y buscaba algunos de esa especie que tuviesen pareja.

A Tharn le gustaba mucho Tar. El niño iba a todos sus presentaciones junto con su hermano, les llevaba algunos refrescos y los animaba siempre. Tar se le había declarado cuando tenía doce años, le dijo que su primer celo lo había pasado pensando en él, por lo que eran predestinados y él le haría verlo. Cuatro años el chico lo cortejó, le brindaba muchas sonrisas y miradas de amor, soportó las parejas casuales y temporales que el alfa tuvo en esa temporada, siempre lo animaba y brindaba su apoyo.
Cuando el Omega cumplió dieciséis, Tharn le pidió permiso a Tum para salir con su hermano menor, lo consideró normal, el niño siempre andaba a su lado, reafirmando siempre su amor y mencionando ser su predestinado. Pero al hermano mayor no le causó gracia y se peleó con Tharn, los tuvieron que separar, Tar abrazó llorando a su alfa y le pidió a su hermano que les deje ser pareja ya que estaban destinados.

Un omega fuera de géneroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora