Alma Gemela

Increíble

Tres meses después 

Wanda Maximoff

¡Natalia Alianovna Romanoff! - grito desde nuestra habitación -. ¡Me podrías explicar por qué la ropa de la bebé no esta doblada!

¡La compramos ayer y la lavamos hace 10 minutos! ¡¿Podrías esperarte?! - me dice desde el cuarto de la bebé.

Me levanto de la cama, estaba tomando una siesta después de ir al centro comercial a comprar ropa para Nadya, hace un mes que sabemos su sexo y siempre nos a gustado el significado de ese nombre, significa esperanza, y la verdad esta pequeña nos a traído mucha. Me dirijo hasta la habitación de Nadya, y me sorprende lo que veo.

Amor... Yo no pensé que vendrías, estaba terminando de pintar la habitación de color que elegiste, ah y ya le puse las estrellas que brillan en la oscuridad - la abrazo con fuerza y le doy un beso en los labios.

Gracias por hacer su habitación - le digo cuando nos separamos -. Me encanta como pusiste las imágenes en las paredes.

Recorro la habitación, veo cada singular parte de la habitación. Me detengo en la mesita donde veo una fotografía, una de nosotras dos, que me hace muy feliz, nuestra cita en la feria después de que mi padre volviera a molestarnos, aunque no me pude subir a todas las atracciones pasar ese tiempo junto a ella fue lo más especial del mundo.

¿Te gusta? - me dice, me volteo y sonrío -. Veo que si, ¿Quieres pedir pizza? 

Claro que si - caminamos hacia la puerta y mariposas en mi estomago me hacen sentir extraña.

Hey ¿Estás bien? - me dice Nat.

Tranquila, solo son mariposas - digo mientras que seguimos caminando hacia la sala.

¿No deberíamos preguntarle a la doctora? - me dice, yo tomo su mano y niego con mi cabeza -. De todos modos lo voy a buscar en internet.

Nat toma su teléfono y yo tomo el mío, llamo a la pizzería y pido una grande con muchos sabores. La verdad no recuerdo cuantos sabores pedí, suelo pedir de todos los que se me vengan a la mente, los antojos son bastantes y tengo que cesarlos de algún modo.

¡El bebé esta pateando! - grita Nat y yo abro mis ojos como platos -. ¡El bebé esta pateando!

¿De qué estas hablando? - me dirijo hacia ella y me muestra la pantalla del teléfono, empiezo a leer lo que dice en voz alta -. A las veinticuatro semanas de gestaciones una serie de sensaciones se vuelven más frecuentes que al comienzo del embarazo, las patadas son un ejemplo, muchas veces se pueden confundir con el hambre y/o las mariposas en el estomago.

Siento como lagrimas salen de mi ojos. Ya estás pateando mi amor...

No llores cielo, no llores - me dice Nat, y me abraza.

Ya estás pateando, cielo - digo, Nat se separa de mí y yo pongo mis manos al rededor de mi abdomen.

Nat pone sus manos sobre las mías y sonríe, me hace muy feliz saber que esta todo bien y que estas muy bien, mi hermosa princesa. Aún recuerdo cuando te vimos en esa pantalla por primera vez y ahora estás pateando, pronto vas a estar en nuestro brazos y voy a poder verte.

Bueno ¿Quieres doblar su ropa? - me dice Nat -. Y después ver una película si quieres.

Si... Claro ¿Te ayudo a recoger las cosas de su cuarto? - Nat no se le ve completamente feliz pero asiente -. Amor, yo se que no puedo cargar cosas muy pesadas pero puedo hacerlo, y voy a tener cuidado.